68. Manejando en Londres

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Niall se sienta junto a Jessica apoyando una mano en su espalda una vez que ha despedido a su abogado, Gregory, en la puerta. Gregory iba a conseguir la información de Diana para comenzar el papeleo. Lo otro que necesitarían para que la demanda resultara, es un testigo, lo cual tenía a Jessica nerviosa. Claro, habían habido personas, pero ella no conocía a nadie, y no había puesto atención a quienes la rodeaban.

Pero como estaba desesperada, supo lo que tenía que hacer. No le gustaba la idea, pero era lo único que podía hacer.

- ¿Tienes hambre? ¿Quieres que te prepare algo?- se ofrece Niall, quien la observa con atención. Jessica se negaba a mirarlo, así que mantenía su mirada fija en la televisión apagada.

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- No, gracias- dice y se levanta-. Creo que me iré a la cama temprano.

Todo era un maldito desastre. Las malas noticias simplemente no dejaban de caer, como si se tratase de lluvia, y como si Jessica fuera una tierra que sufre de sequía. ¡Se suponía que debía estar planeando su boda! Maldita sea, quería golpear algo, quería provocar daño.

Se lleva la mano al pómulo herido y presiona allí. Hace una mueca ante el dolor, pero agradece la distracción. Pero luego recuerda a Niall y baja la mano. Cierra los ojos. Recuerda el abrazo que le había dado Niall hace dos horas y cómo ella se había dejado consolar, mientras lloraba en su pecho como si el tiempo no hubiese pasado, cambiado las cosas.

Joder, qué bien se había sentido. Por un momento, había olvidado la razón del por qué estaban distanciados. Pero, joder, quería olvidarlo todo, perdonarlo, y dejar que sus fuertes brazos envolvieran su cuerpo como tanto le gustaba. Pero necesitaba que Niall demostrara cuan genuino era su amor por ella, porque tenía miedo de darle otra oportunidad solo para que él pudiera romperle su corazón otra vez.

Cuando se cansa de pensar, se acuesta en la cama luego de hacer su rutina y abraza la almohada que había robado de la cama de Niall. Era una de las almohadas que usaba y cuando se fuera a acostar, se daría cuenta que faltaba y que solo había una culpable, pero a estas alturas, ya no le importaba. Necesitaba su aroma, algo suyo para que calmara sus nervios.

***

Jessica se despierta sin ganas y se viste sin esfuerzo, tenía muchas preocupaciones atormentando su mente, y cómo se vestiría no era una de ellas. En lo que sí puso extra esfuerzo era en el maquillaje que usó para cubrir el daño en su rostro.

Luego se dirige a la cocina para prepararse el desayuno y luego se sienta junto a Niall en el sofá.

- Estaba pensando en enseñarte a manejar en las calles londinenses, para que puedas usar uno de mis autos para ir a la universidad, para que no tengas que usar el metro y perder tiempo entre ir y venir- comenta Niall cuando Jessica iba en la mitad de su desayuno. Enseguida ella detiene la cuchara que iba a mitad de camino hacia su boca.

- ¿En serio? ¿No te importa?- pregunta con ilusión. La verdad que no le gustaba ir al metro, no se sentía segura, y le entraba la ansiedad una vez que las puertas se cerraban. Además, perdía mucho tiempo entre caminar al metro y esperar a su llegada. Además que nunca le enseñaron a usar el metro, y tuvo que recurrir al internet. Recién era jueves, pero el lunes y martes fueron horribles, sin saber cómo identificar su parada lo cual llevó a que ella se perdiera y se viera forzada a volverse cuando se pasó de su parada y terminó por llegar tarde a clases ambos días, lo cual fue sumamente vergonzoso, todos esos ojos en ella...

Se estremece ante el recuerdo. Al menos el miércoles terminó por preguntarle a una señora quien le indicó cuando debía bajarse. Se sintió como una estúpida, pero al menos la señora no pareció importarle.

Help Me - Niall Horan❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora