72. Bajo Amenaza

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Cuando Jessica abre los ojos se siente confundida, porque no recordaba haberse quedado dormida, y mucho menos manejar hacia al apartamento y subir a la cama.

Mira a su alrededor y su corazón comienza a latir acelerado. No reconocía el cuarto en el que estaba. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no podía recordar nada? Lo último que recordaba era...

No.

Intentando no entrar en pánico, se levanta y mira a su alrededor descubriendo que sus cosas no estaban allí. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso ellos la habían traído? ¿Por qué? ¿Por qué ahora?

Entonces la puerta del cuarto se abre y aparecen las dos personas que creía que nunca vería en su vida. Sabía que ellos no habían muerto, simplemente la habían abandonado, sin embargo, no podía evitar sentir como si estuviera mirando a dos fantasmas de su pasado.

- ¿Nos extrañaste, cariño?- su sonrisa, en vez de producirle felicidad, le produjo una sensación desagradable.

Quería vomitar, quería llorar, quería gritar y sobre todo, quería correr y alejarse de ellos lo más posible, pero no sabía qué hacer primero.

No sabía cómo debería sentirse. Pensó que cuando los volviera a ver, los abrazaría y les suplicaría por aceptarla de nuevo, pero ahora... después de todo lo que había ocurrido... Nada. No sentía nada. No. Sí que sentía algo: rabia, tristeza, dolor por su traición.

- Mamá, papá...- las palabras que le salieron de su boca les supo raro. No las había pronunciado en cinco años. Joder. Cinco malditos años. ¿Qué carajos querían ahora?- ¿Qué demonios quieren? ¿Por qué me han traído aquí?

Quería mostrarse fuerte ante ellos, ocultar el verdadero dolor que ambos le causaron cuando la abandonaron, pero el temblor en su voz la delató. De repente, sus piernas se sentían de gelatina, pero se obligó a mantenerse de pie. Cinco años era mucho tiempo, y ella ya no era la misma niña de antes. Esos cinco años endurecieron su corazón, y tan solo unas cuantas personas habían logrado adentrarse en él. Pero Jessica se había asegurado que no hubiera lugar para aquellas personas que le hirieron tan profundamente que la herida jamás sanaría completamente.

- Ah, nena. ¿Así es cómo tratas a tus padres?- inquiere su padre alzando sus brazos. Le habían salido canas en su cabello rubio, y sus ojos parecían más oscuros, opacos. Su madre también parecía afectada por la vejez.

Jessica suelta una risa vacía y sin humor.

- Dejé de tener padres cuando ellos decidieron abandonarme cinco años atrás- dice de forma mordaz. Quería herirlos con sus palabras, pero algo le decía que ellos ya no tenían corazón para que ella los siguiera afectando.

- Vamos, cariño. Ya han pasado cinco años. Pensé que ya lo hubieras superado- dice su madre restándole importancia a sus actos del pasado.

A Jessica se le forma un nudo en la garganta.

- ¡Me abandonaron! ¡Se suponía que ustedes deberían de amarme y protegerme de personas como ustedes! ¿Cómo esperas que supere el abandono de mis padres? ¡Nadie debería pasar por lo que yo pasé!- estalla, y Jessica ya no pudo seguir reteniendo las lagrimas, las cuales le caían de los ojos con una libertad que la molestaba.

Ella niega con la cabeza y se pasa las manos por la cara, furiosa.

- ¿Saben qué? No importa. Me voy- dice y empieza a caminar hacia la puerta pero el cuerpo regordete de su padre se interpone en su camino. Esa acción hizo que una alarma se prendiera en el interior de Jessica.

- Me temo que no podré dejar que te vayas- dice negando con la cabeza.

Jessica traga saliva forzadamente, sintiendo la garganta cerrada por el pánico.

Help Me - Niall Horan❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora