12. Volando a él

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Lamento mucho la demora, estaba en periodo de examenes pero ya estoy de vacaciones yei♥️

Durante el viaje al aeropuerto, Jessica se mantuvo tranquila, o al menos eso quería aparentar, pero cuando el taxi aparcó a un lado en el aeropuerto sintió los nervios como un torbellino. Observa al gentío allí fuera yendo de un lado a otro y sintió pánico.

"¿Qué demonios estoy haciendo?", se pregunta sintiendo la desesperación tapando sus vías respiratorias.

- Ay, no, no puedo- estalla respirando sonoramente- ¡Quiero ir a casa!- chilla y Morris se apresura a calmarla. El conductor mira por el espejo retrovisor no comprendiendo qué le sucedía a esa chica que de repente comenzó a actuar de manera alocada y extraña.

- Nena, tienes que tranquilizarte- le murmura con voz suave. Jessica niega con la cabeza sintiendo el mareo y las ganas de llorar con fuerza.

- No puedo, no sé en qué estaba pensando, esto es una locura. No puedo- lloriquea en medio de su ataque de pánico.

- Estabas pensando que querías apoyar al chico que amas- le dice y Jessica se detiene para mirarla con asombro y vergüenza. Morris suelta una leve risa-. Sí, lo sé- le sonríe de manera cómplice.

- Pero, ¿y si él no me quiere allí? ¿y si..?

- Los "y si"no existe. ¿Cómo sabrás lo feliz que se pondría el chico si nunca te presentas?- el taxista la interrumpe y mira sobre su hombro a la chica- Creo que lo que estás haciendo es bastante noble, y cualquier hombre apreciaría ese gesto- le sonríe de manera paternal bajo su espeso bigote negro.

Jessica sonríe en respuesta y sale del taxi antes de que se arrepintiera. Morris también sale para sacar su bolso de la maleta.

- ¡Muchas gracias!- le dice al conductor por la ventana y parten caminando hasta que ven a un hombre uniformado con un letrero que decía su nombre. Ella mira a Morris dubitativa.

- Yo soy Jessica- le dice al hombre, de manera incómoda, para llamar su atención.

- He venido por pedido de Deo, voy a llevarte donde el jet espera- dice de manera cortés y con un movimiento de la cabeza saluda a Morris.

- ¿Puede Morris ir con nosotros?- pregunta Jessica con timidez, todavía no estaba preparada para separarse de la única persona que la hacía sentir segura, y que todo irá bien.

- Por supuesto- dice el hombre, entonces se da la vuelta y las dos le siguen hasta llegar a la zona privada del aeropuerto. Jessica queda con la boca abierta, jamás pensó que algún día viajaría en un jet privado, ¡era una locura! ¿Desde cuando su vida se volvió patas arriba?

En seguida tuvo la respuesta a la pregunta, y se dice que tras pagar un duro precio, sufriendo constantemente, la vida parecía darle al fin aquello por lo que tanto había sufrido y peleado todos estos años.

Cuando marcó aquel número, jamás se imaginó que pasaría todo esto. Estaba parada en el aeropuerto apunto de volar en un jet privado gracias a esa llamada. Entonces se dijo a sí misma que el sufrimiento valió la pena, aunque hubiera sido mejor sin tantas tormentas. Aunque nadie le aseguraba que todo iba a ser días bonitos en primavera de ahora en adelante. Bien había aprendido que las cosas buenas no le pasan a cualquiera, y mucho menos a ella.

Habían veces, cuando pensaba en Niall, que comenzaba a enlistar las cosas que él tenía y lo envidiaba por ello, pero una envidia buena, porque se alegraba enormemente por él y su éxito. Deseó con fuerzas tener la oportunidad de verlo hacer sus cosas con sus propios ojos. Volver a oírlo cantar en persona, pero ahora, de más cerca.

Sale de sus pensamientos cuando ya todo parecía estar preparado. En sus brazos, aprieta la ardilla que le había dado Darla y en su interior le pide que todo estuviera bien.

Entonces, aceptando lo inevitable, se gira para quedar de cara a Morris.

- Todo va a estar bien, cariño- la consuela dándole una cálida sonrisa.

- Lo sé... bueno, no lo sé, pero...- balbucea Jessica nerviosa-. Jamás he salido de Minnesota y me da miedo perderme, o caerles mal a las personas, o hacer una tontería y...

- Jessica- la interrumpe-. No tienes por qué preocuparte de esas cosas. Eres una chica preciosa y amable, además, Niall no dejará que nada malo te pase.

Jessica al oír el nombre de Niall siente ese agradable sentimiento calentándole el pecho.

- Supongo que tienes razón- musita incapaz de moverse. Morris nota su vacilación y apoya sus manos ahora libres en sus hombros. El amable hombre había tomado las pertenencias de Jessica para llevarlas adentro.

- Cariño, solo tienes que pensar que ese avión, te va a llevar con la persona que amas.

Entonces Jessica se gravó esas palabras en su mente y se llenó de valor.

- Tienes razón, mientras antes partamos, antes llegaré donde está Niall- dice haciendo lo mejor que pudo para sonar confiada-. Adiós, Morris, te agradezco todo lo que has hecho por mí- le dice lanzándose a sus brazos para darle un último abrazo.

- Te voy a extrañar, Jessica- confiesa-. No te olvides de nosotros, sino, te va a ir mal- advierte de manera burlona.

- Eso no pasará- le sonríe, entonces antes de que se arrepintiera, corre a las escaleras del jet donde la esperaba el hombre, y sin mirar atrás, sube las escaleras para terminar dentro del elegante avión. Sin poder creérselo, admira todo a su alrededor.

Era impresionante. Pensó que Niall debería estar acostumbrado a estos lujos, y Jessica comenzó a preguntarse cómo sería vivir una vida como la de Niall. Viajando a todos lados, haciendo lo que amas, sabiendo que eres querido por muchas personas. Debía de ser fantástico.

Se sienta en un asiento que quedaba junto a la ventana, se puso sus audífonos para oír música y se acomodó, haciendo lo imposible para ignorar el nudo que se estaba formando en su estómago. Cuando el jet despegó, se aferró con tanta fuerza a los brazos del asiento que los dedos le quedaron trémulos por la fuerza que ejerció.

Y cuando el corazón volvió a latir con normalidad, se atrevió a asomarse por la ventana y se asombró por la vista, era fantástica, pero luego se arrepintió porque le invadieron las nauseas.

No sabía qué se suponía que uno hacía en un avión durante el vuelo. ¿Se quedaba sentada hasta que el avión aterrizara? ¿Veían películas para pasar el tiempo?

Entonces sacó el libro que tenía guardado y comenzó a leer, pero se dio cuenta que fue una mala idea, porque de inmediato le albergó un mareo horrible. Entonces, rendida, se deja caer contra el respaldo del asiento de cuero café.

Este iba a ser un vuelo bastante largo.





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Besos xoxo

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