1. El comienzo

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Con manos temblorosas agarra el móvil y ahogando un sollozo teclea el número de la única persona con quien podía contar en sus momentos de crisis, en aquellos momentos donde sentía que todo estaba perdido, y que no había esperanzas.

Se ve obligada a borrar y re-escribir el número por su nerviosismo pero finalmente logra completar los dígitos y marca el número. Al no contestarle decide dejarle un mensaje de voz, no perdía nada, cabía la posibilidad de que no lo oyera, pero al menos lo habrá expulsado todo.

La noche estaba helada, y una fuerza invisible la llama a salir. Con mínima ropa sale a la calle, dejando la casa destartalada completamente sola, como siempre está cuando ella está fuera. Camina por las frías calles de Minnesota. Cuánto odiaba esta ciudad, siempre helada y oscura y con la gente siempre hosca. Nada allí la incitaba a seguir viviendo.

***

Por otro lado, cruzando todo un océano, por allá en Londres, una persona saca su móvil ante la notificación de un mensaje. Ve la pantalla y descubre que tenía una llamada perdida de un número desconocido, era un número americano, y luego un mensaje de voz. Desliza el dedo para escuchar el mensaje:

- Eh.. Ty, soy yo, Jessica.. Ehm...- hace una pausa al escaparse un sollozo- Ya no puedo más, o bueno, eso es lo que siento ahora. Estoy tan cansada de esta soledad... de esta ciudad de mierda... siempre congelándome como si fuera a romperme en cualquier momento, pero luego me río, porque yo ya estoy rota, en miles de pedacitos.

Aleja el móvil de su oreja para mirar al objeto con el ceño fruncido. No conocía la voz de la chica que hablaba en el mensaje. No tenía acento, y parecía bastante triste y desamparada. Una parte de él le dijo que eliminara el mensaje porque solo estaba perdiendo el tiempo, pero otra parte de él, aquella noble y curiosa, hace que vuelva a poner el móvil junto a su oreja.

- Desearía que estuvieras acá, conmigo, diciéndome que mantenga la esperanza, que pararse en medio de una carretera no es la solución... ¿Pero sabes qué? Es en estos momentos en que pienso que estás completamente equivocado, porque no tengo miedo, y la carretera se ve tan real... como si me llamara.

El cuerpo se le congela y por un segundo dejó de respirar. ¿Es que le estaban jugando una clase de broma? ¿qué clase de persona enferma jugaba con el suicidio? Con pánico, vuelve a prestarle atención a la voz de la extraña chica.

- Pero a pesar de todo, siempre hay algo que me detiene. Realmente quiero sentir amor, sentirme querida. Viajar por el mundo y ver el sol desde otra perspectiva. Rodearme de gente a quien le importe, besar unos labios que me correspondan... Lo sé, muy fantasioso. No quiero un nuevo teléfono, o un novio, o joyas para ser feliz, yo solo quiero un abrazo, a alguien quien no se rinda conmigo como todos lo han hecho... Yo solo quiero la felicidad, Ty, pero tengo miedo de que sea demasiado tarde, y que mañana sea cuando suelte mi último suspiro.

Y la voz termina ahí. El chico se queda estático en el lugar, con el móvil pegado al oído, esperando a oír más, pero solo oye la monótona voz de la grabadora cuando finaliza el mensaje de voz.

No sabía en qué pensar. La euforia se había drenado de su sistema y ahora le embargaba la angustia, la preocupación, el pánico.

¿Quién era esta chica? ¿por qué quería tanto morir? ¿quien era Ty?

- Niall, ¿qué demonios te pasa?- Deo sale a su encuentro, al no regresar su primo, fue en busca de él- ¿Quien era en el teléfono?

Niall se debatió entre contarle o no, pero la verdad era que, no podía cargar con ello solo.

- Al parecer una chica se equivocó de teléfono y dejó un mensaje al supuesto destinario...- balbucea, sintiéndose incapaz de decir palabra.

- Tranquilo, seguramente una fan loca...

Help Me - Niall Horan❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora