—¿Cómo me queda la venda? —preguntó George mientras se colocaba la chaqueta.
—Horrible, ¿Por qué iría a mentirte? —dijo Adhara sin mirarlo a la cara, mientras terminaba de preparar el desayuno para una parte de la familia.
George mordió su labio inferior un poco consternado. No le había dolido el comentario de la muchacha, aquellos juegos entre ellos eran bastante normales, lo que le molestaba era algo un poco más complejo.
Desde que habían vuelto de la misión de los siete Potters, Adhara lo evitaba constantemente. No lo miraba, intentaba no entablar una gran conversación con él y si tenía la posibilidad escapaba a la habitación de Ginny cada vez que quedaban solos. Ya no le permitía pasar tiempo con ella y eso lo dejaba, evidentemente, de mal humor.
—¿Qué piensas del casamiento? —volvió a hacer una pregunta George. Tal vez así sería la única manera en la que ella quisiera hablar un rato.
Adhara, sin embargo, se encogió de hombros.
Antes de que el pelirrojo volviera a interrumpir el silencio, Ginny y Harry bajaron las escaleras ya vestidos. El casamiento ocurriría en unas pocas horas y Molly no paraba de apurar a todos para que estuvieran listos lo antes posible así terminaban de arreglar los últimos detalles.
—¿Dónde está Hermione? —preguntó Adhara a Ginny.
—Se termina de cambiar.
Adhara aprovechó aquello para escapar de la cocina y subir las escaleras rápidamente para dirigirse a la habitación de la menor de los Weasley. Ser la mayor de las mujeres entre ellas le brindaba un poco de responsabilidad, o al menos eso quiso tener luego de la muerte de Dumbledore. Estaba al tanto de la misión secreta que este le encomendó a Harry y el dolor que tendría Ginny si algo le pasaba a Potter, por lo que decidió adoptar el rol de la hermana menor y cuidarlas hasta donde fuera necesario.
—Te llegó otra carta —anunció Hermione mientras señalaba la cama de Adhara.
—Gracias —respondió ella cerrando la puerta tras de sí.
La pelinegra tomó el papel en sus manos y leyó el sobre. Un suspiro salió de sus labios y lo metió dentro de un cajón, dispuesta a leerlo más tarde. Ahora mismo tenía la cabeza en otro lado.
La mañana pasó muy lentamente. Molly no paraba de dar órdenes a todos en la casa, por lo que de vez en cuando terminaban escapándose un rato para poder descansar. Pero en una de las tantas huidas de Adhara tras el granero, las cosas se tensaron un poco.
—Ese vestido te queda espectacular —se apresuró a decir George cuando vio que ella pensaba marcharse, provocando que la muchacha se quedara de piedra.
—No podría decir lo mismo de tu chaqueta —repitió ella. El perlirrojo asintió—. Creo que debería volver...
—Antes podrías besarme —murmuró coqueto—. ¿O tienes miedo que nos descubran?
—Creo que no es el momento.
—Estamos a horas de un casamiento, creo que no hay momento mejor —dijo confiado mientras se acercaba a ella—. Antes querías besarme todo el tiempo.
Adhara corrió la mirada y suspiró.
—¿Acaso el que no tenga una oreja te intimida? —preguntó divertido. Ella no respondió—. ¿Realmente es eso?
—No seas estúpido —espetó la pelinegra ante el repentino miedo de George—. Sólo que no quiero ahora.
—¿Y después? —insistió.
ESTÁS LEYENDO
harry potter || one shots y fragmentos
Fantasy𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...