En circunstancias normales se hubiera muerto de ganas de ver a Hagrid, pero la asignatura de Cuidado de Criaturas Mágicas implicaba ver también a los de Slytherin. Era la primera vez que se vería con ellos desde su conversión en campeón.
Como era de esperar, Malfoy llegó a la cabaña de Hagrid con su habitual cara de desprecio.
—¡Ah, miren, chicos, es el campeón! —les dijo a Crabbe y Goyle en cuanto llegaron a donde él podía oírlos—. ¿Han traído el libro de autógrafos? Tienen que darse prisa para que lo firme, porque no creo que dure mucho: la mitad de los campeones murieron durante el Torneo. ¿Cuánto crees que vas a durar, Potter? Mi apuesta es que diez minutos de la primera prueba.
Crabbe y Goyle le rieron la gracia a carcajadas, Emily estaba a punto de lanzarse sobre el rubio, pero Harry la detuvo.
Cuando, después de comer, él, Emily y Hermione llegaron a la puerta de la mazmorra de Snape, se encontraron a los de Slytherin que esperaban fuera, cada uno con una insignia bien grande en la pechera de la túnica. Por un momento, Harry tuvo la absurda idea de que eran insignias de la P.E.D.D.O. Luego vio que todas mostraban el mismo mensaje en caracteres luminosos rojos, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:
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¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!
—¿Te gustan, Potter? —preguntó Malfoy en voz muy alta, cuando Harry se aproximó—. Y eso no es todo, ¡mira!
Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde:
POTTER APESTA
Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados. Harry notó que se ponía rojo de furia.
—¡Ah, muy divertido! —le dijo Emily a Pansy Parkinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie.
—Derrochan ingenio —dijo Hermione.
Ron estaba apoyado contra el muro con Dean y Seamus. No se rió, pero tampoco defendió a Harry.
—¿Quieres una, Granger? —le dijo Malfoy, ofreciéndosela—. Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.
La ira que Harry había acumulado durante días y días pareció a punto de reventar un dique en su pecho. Antes de que se diera cuenta de lo que hacía había cogido la varita mágica. Todos los que estaban alrededor se apartaron y retrocedieron hacia el corredor.
—¡Harry! —le advirtió Hermione.
—¿Tú si puedes y yo no? —preguntó molesta Emily sacando la varita también.
—Por favor...—susurró Hermione nerviosa.
—Vamos, Potter —lo desafió Malfoy con tranquilidad, también sacando su varita—. Ahora no tienen a Moody para que los proteja. A ver si tienen lo que hay que tener...
Se miraron a los ojos durante una fracción de segundo, y luego, exactamente al mismo tiempo, ambos atacaron:
—¡Furnunculus! —gritó Harry.
—¡Densaugeo! —gritó Malfoy.
—¡Expelliarmus! —gritó Emily.
De las varitas salieron unos chorros de luz, que chocaron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione y el de Emily a Crabbe logrando que su varita fuera a parar muy lejos. Goyle chilló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos. Hermione se tapaba la boca con gemidos de pavor.
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harry potter || one shots y fragmentos
Fantasía𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...