—El profesor Snape, por su parte —prosiguió Dumbledore, elevando la voz para acallar los murmullos—, ocupará el cargo de maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras.
—¡No! —exclamó Harry, haciendo que muchas cabezas se volvieran hacia él.
Pero no le importó: él miraba fijamente la mesa de los profesores, indignado. ¿Cómo podían darle ese puesto después de tanto tiempo? ¿Acaso no se sabía desde hacía años que Dumbledore no confiaba en Snape para ese cometido?
—Pero, Harry, tú dijiste que esa asignatura iba a impartirla Slughorn —le recordó Hermione.
—¡Eso creía! —repuso Harry, furioso, e intentó precisar cuándo se lo había dicho Dumbledore; pero no logró recordar que el director de Hogwarts hubiera mencionado qué asignatura daría Slughorn. Miró a su hermana en busca de respuestas. pero parecía igual de consternada.
Snape, que estaba sentado a la derecha de Dumbledore, no se levantó al oír su nombre; se limitó a alzar una mano para agradecer vagamente los aplausos de la mesa de Slytherin. No obstante, Harry detectó una mirada de triunfo en aquellos rasgos que tanto odiaba.
—Bueno, al menos hay algo positivo —se consoló Emily aunque en su mente seguía Draco—. Snape se marchará antes de que termine el curso.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Ron.
—Ese puesto está maldito. Nadie ha durado más de un año en él. Incluso Quirrell murió mientras lo desempeñaba. Así que voy a cruzar los dedos para ver si hay otra muerte...
—¡Emily! —se escandalizó Hermione.
—Quizá Snape vuelva a enseñar Pociones a final de curso —especuló Ron—. A lo mejor ese tipo, Slughorn, no quiera quedarse en Hogwarts para siempre. Moody no se quedó.
Dumbledore carraspeó. Emily, Harry, Ron y Hermione no eran los únicos que se habían puesto a cuchichear: el comedor en pleno era un hervidero de murmullos tras saberse que Snape había conseguido por fin su gran sueño. Como si no se hubiera percatado del impacto de la noticia que acababa de comunicar, Dumbledore no hizo más comentarios sobre los nuevos nombramientos y se limitó a esperar a que reinara de nuevo un silencio absoluto. Luego continuó:
—Bien. Como todos los presentes sabemos, lord Voldemort y sus seguidores vuelven a las andadas y están ganando poder.
Mientras hablaba, el silencio fue volviéndose más tenso y angustioso. Emily le lanzó una ojeada a Malfoy, que no miraba a Dumbledore, sino que mantenía su tenedor suspendido en el aire con la varita, como si considerara que el discurso del anciano director no merecía su atención. La ira de Emily crecía dentro. El idiota de su novio no era capaz de hacer nada para poder estar juntos. Suponía que su relación no tenía un final feliz. Ella y él eran de mundo distintos, con objetivos completamente diferentes.
—¿Qué te ha pasado en la nariz? Dime la verdad —pidió Ron cuando ya eran de los últimos que quedaban en el comedor y nadie podía oírlos.
Harry le contó lo ocurrido y Ron no se rió, demostrando así lo sólida que era su amistad. Emily cerraba sus manos en forma de puños por debajo de la mesa.
—He visto a Malfoy explicando con mímica algo relacionado con una nariz —comentó.
—Sí, ya. Bueno, eso no importa —replicó Harry, afligido—. Pero logré escuchar lo que decía antes de que descubriera que yo estaba allí...
Se había imaginado que Ron se quedaría pasmado al enterarse de los alardes de Malfoy, pero no le parecieron nada del otro mundo. Harry lo interpretó como pura testarudez.
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harry potter || one shots y fragmentos
Fantasy𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...