—Ya sé que no debería alegrarme después de lo sucedido la pasada noche —dijo—. Me refiero a que Black se volviera a escapar y todo eso... Pero ¿a que no adivinan...?
—¿Qué? —dijeron, fingiendo curiosidad.
—Buckbeak. ¡Se escapó! ¡Está libre! ¡Lo estuve celebrando toda la noche!
—¡Eso es estupendo! —dijo Hermione, dirigiéndole una mirada severa a Ron, que parecía a punto de reírse.
—Sí, no lo atamos bien —explicó Hagrid, contemplando el campo satisfecho—. Esta mañana estaba preocupado, pensé que podía tropezarse por ahí con el profesor Lupin. Pero Lupin dice que anoche no comió nada.
—¿Cómo? —preguntó Emily.
—Caramba, ¿no lo has oído? —le preguntó Hagrid, borrando la sonrisa. Bajó la voz, aunque no había nadie cerca—. Snape se lo ha revelado esta mañana a todos los de Slytherin. Creía que a estas alturas ya lo sabría todo el mundo: el profesor Lupin es un hombre lobo. Y la noche pasada anduvo suelto por los terrenos del colegio. En estos momentos está haciendo las maletas, por supuesto.
—¿Que está haciendo las maletas? —preguntó Emily alarmada—. ¿Por qué?
—Porque se marcha —dijo Hagrid, sorprendido de que Emily lo preguntara—. Lo primero que hizo esta mañana fue presentar la dimisión. Dice que no puede arriesgarse a que vuelva a suceder.
Emily se levantó de un salto.
—Voy a verlo —dijo a Harry, Ron y a Hermione.
—Pero si ha dimitido...
—No creo que podamos hacer nada.
—No importa. De todas maneras, quiero verlo. Nos veremos aquí mismo más tarde.
La puerta del despacho de Lupin estaba abierta. Ya había empaquetado la mayor parte de sus cosas. Junto al depósito vacío del grindylow, la maleta vieja y desvencijada se hallaba abierta y casi llena. Lupin se inclinaba sobre algo que había en la mesa y sólo levantó la vista cuando Emily llamó a la puerta.
—Te he visto venir —dijo Lupin sonriendo. Señaló el pergamino sobre el que estaba inclinado. Era el mapa del merodeador.
—Acabo de estar con Hagrid —dijo Emily—. Me ha dicho que ha presentado usted la dimisión. No es cierto, ¿verdad?
—Me temo que sí —contestó Lupin. Comenzó a abrir los cajones de la mesa y a vaciar el contenido.
—¿Por qué? —preguntó—. El Ministerio de Magia no lo creerá confabulado con Sirius, ¿verdad?
Lupin fue hacia la puerta y la cerró.
—No. El profesor Dumbledore se las ha arreglado para convencer a Fudge de que intenté salvaros la vida —suspiró—. Ha sido el colmo para Severus. Creo que ha sido muy duro para él perder la Orden de Merlín. Así que él... por casualidad... reveló esta mañana en el desayuno que soy un licántropo.
—¿Y se va sólo por eso? —preguntó Emily.
Lupin sonrió con ironía.
—Mañana a esta hora empezarán a llegar las lechuzas enviadas por los padres. No consentirán que un hombre lobo dé clase a sus hijos, Emily. Y después de lo de la última noche, creo que tienen razón. Pude haber mordido a cualquiera de vosotros... No debe repetirse.
—¡Es usted el mejor profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que hemos tenido nunca! —dijo Emily—. ¡No se vaya!
Lupin negó con la cabeza, pero no dijo nada. Siguió vaciando los cajones. Luego, mientras Emily buscaba un argumento para convencerlo, Lupin añadió:
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harry potter || one shots y fragmentos
Fantasy𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...