(editado)
Sí, probablemente mis padres hubieran hecho todo lo posible para que no me metiera en problemas y más sabiendo todo lo que estaba sucediendo en el mundo mágico con la supuesta vuelta de Voldemort.
Yo confiaba en Harry y, por supuesto, no me importaba lo que mis padres opinaran. Yo quería pelear ante cualquier situación, quería defenderme y proteger aquello que amaba de quienes querían arrebatármelo.
Las clases a escondidas de Defensas Contra las Artes Oscuras resultaban dinámicas y era satisfactorio notar como cada maleficio me salía a la perfección.
—¡Increíble! —exclamó Ron Weasley enfrente mío mientras observaba como había convertido en cenizas a un pequeño baúl.
—Gracias —susurré avergonzada.
Harry estaba allí, él me estaba mirando desde detrás de Ron con una sonrisa sincera. Sus ojos verdes se fijaban en mis mieles y sabía, estaba segura, que me hubiera quedado en ese momento para siempre.
—No sabía que eras tan buena, Bella —dijo acercándose con un poco de seguridad.
Harry Potter nunca me había dirigido la palabra tan directamente, siempre eran saludos o miradas casi insignificantes, pero que a mí me alegraban todo el día.
No sabía cómo reaccionar y se notaba que él estaba un poco nervioso y lo entendía. Tener que manejar al Ejército de Dumbledore, a escondidas, él solo, debía ser algo difícil de realizar.
Ron no tardó mucho en alejarse dejándonos completamente solos con los gritos y chispas de colores de los demás alumnos que se encontraban practicando.
—Sólo tengo un poco de facilidad en algunos hechizos, no es nada impresionante.
—Lo es, en serio. Algunos ni siquiera han podido desarmar a su compañero y tú has logrado convertir en cenizas un baúl.
Paseé la vista por el salón y Cho Chang le había perdido fuego la túnica a su compañera. Neville se desarmaba a sí mismo mientras que los gemelos Weasley no paraban de interferir en varios hechizos de sus compañeros.
Harry me sonrió antes de marcharse para seguir paseándose por la sala y ayudar a quien lo necesitaba.
Cuando el horario había terminado, sentí una opresión en el pecho casi sofocante. Las vacaciones de invierno llegaban y eso significaba que volvería a casa con mis padres. Así lo habían planeado.
No tenía la menor intención de volver. Quería estar lo más lejos posible de aquellos pensamientos cerrados y a favor del Ministerio.
—Estoy segura que hubiera luchado —dije mirando la foto de Cedric que se encontraba en la pared—. Él hubiera peleado por nosotros.
—Lo sé —susurró Harry.
Todos los estudiantes se habían ido y sólo nos encontrábamos nosotros dos solos. No tenía vergüenza ni nervios, sólo pensaba en Cedric.
—Todos confiamos en ti, Harry —afirmé dándome la vuelta para mirarlo—. Si estamos aquí es por algo, no estás sólo.
—Harry...
Una dulce voz se escuchó desde la entrada. Cho Chang estaba situada allí mirándonos atentamente. Respiré profundo y bufé, siempre estaba en el momento menos oportuno.
Harry la miró y volvió la vista a mi, casi apenado. Le sonreí tiernamente y deposité un suave beso en su mejilla que se encontraba fría debido a la temperatura del ambiente.
—Adios, Harry. Feliz Navidad.
—¡Expecto Patronum!
Un gran oso pardo salió de mi varita logrando derribar a algunos estudiantes. Estaba fascinada con la criatura y la belleza que iluminaba su recorrido.
Todos se habían quedado boquiabiertos y tenían motivos. Pocos lo habían conseguido y la mayoría de sus patronus eran pequeños o de tamaño mediando, yo era la única que había conseguido un hechizo tan grande.
—¡Por Merlín! —gritó Ron al acercarse—. Es impresionante.
Yo no escuchaba todas las exclamaciones, sólo estaba enfocada en mi patronus y en como me hacía recordar a Cedric. Extrañaba demasiado a mi mejor amigo y sabía que una parte de él estaba con mi gigante oso pardo ya que mi recuerdo más feliz era junto a Cedric.
—Has estado increíble.
Harry se encontraba detrás de mi cuando cuando la clase había terminado. Dejé de observar la imagen de Cedric y me enfoqué en el Gryffindor. Durante las vacaciones habíamos estado comunicándonos mediante cartas y la confianza entre nosotros había aumentado. Observé como un muérdago crecía sobre mi.
—Pensé que estas cosas eran falsas —comenté sonriente.
Harry se encogió de hombros.
Él se fue acercando lentamente. Se encontraba nervioso, lo podía notar. Yo también me encontraba así. Sus labios fueron acercándose a los míos y sentí como un escalofrío recorría todo mi cuerpo. Era lo que siempre había deseado y se había cumplido.
—Mis padres quieren sacarme del colegio —susurré cuando nos separamos.
—Lo sé.
Sus ojos verdes me quitaban cualquier miedo. Ni quiera estaba consciente de nada de lo que ocurría al rededor, ni siquiera que los gemelos Weasley espiaban desde la puerta. Mi mirada estaba fija en él.
Durante semanas había creído que el culpable de la muerte de Cedric había sido el famoso Harry Potter, pero con el tiempo entendí que no. Simplemente habían sido malas decisiones y momentos inoportunos los que hicieron que el final de Cedric fuera mortal.
No me importaba lo que pensaran mis padres. Quería que, a pesar de todo, la muerte de Cedric no fuera en vano. Quería pelear y junto a Harry.
Nos fundimos en un abrazo donde me sentí protegida y miles de pensamientos que cruzaban por mi mente se fueron alejando hasta desaparecer.
—Lo lograremos, Bella —susurró en mi oído.
Perdonen por la poca imaginación que estoy teniendo últimamente.
Ya saben que si quieren un one shot tienen que ir al apartado de PEDIDOS que es el primero en este libro.
Quería agradecerles además por el amor que me dan todos los días, son fantásticos, realmente.
Los quiero.
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harry potter || one shots y fragmentos
Fantasía𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...