TREINTA Y UNO DE OCTUBRE DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y UNO
Emily y Harry se encontraban en el despacho del último. Como siempre Emily acomodaba papeles mientras que Harry iba de un lado al otro reclutando información. Harry pensaba en dónde se encontraba su hijo en ese momento mientras que la pelirroja recordaba la charla con Draco días atrás cuando una voz hizo que detuvieran cualquier acción.
—Buenas noches, chicos.
Ambos se giraron a ver, inexpresivos, el retrato de Dumbledore.
—Profesor Dumbledore. En mi despacho. Es un honor. Se ve que esta noche estoy donde está la acción —dijo Harry mirándolo.
—¿Qué están haciendo?
—Revisando documentos, comprobar si he pasado algo por alto. Conseguir apoyos para combatir pese a nuestros escasos medios. Asimilar que la batalla se disputa muy lejos de nosotros. ¿Qué otra cosa puedo hacer?
Dumbledore no dijo nada. Emily respiró profundamente y bajó la mirada. A pesar que la pérdida de su sobrino le importaba más que cualquier otra cosa, aquella discusión era solo y exclusivamente de Harry y Dumbledore.
—¿Dónde estaba, Dumbledore?
—Ahora estoy aquí.
—Aquí, ahora que se pierde la batalla. ¿O va a negarme que Voldemort regresará? —preguntó acercándose al retrato.
—Es... posible.
—Márchese —ordenó—. No quiero verlo aquí. No lo necesito. Estuvo ausente las veces en que de verdad me hacía falta. Me enfrenté a él tres veces, sin usted. Volveré a enfrentarme, y yo solo, si es necesario.
Emily no dijo nada. Una vez más su hermano le quitaba protagonismo. ¿Es que acaso no recordaba que ella también lo había enfrentado? Nunca le había dicho nada.
Él siempre era el niño que llevaba la cicatriz, el mejor buscador, el que vio regresar a Voldemort, el ahijado de Sirius Black... Él era Harry Potter.
Emily jamás se había quejado de eso, no quería toda esa fama que los rodeaba. Ella siempre había sido arrastrada a todos esos desafíos por ser la hermana del famoso Harry Potter y, perder a la única familia que te queda... Ella tenía que cuidarlo. No lo hacía por ganas de reconocimiento.
Meditó las palabras de Draco en el ministerio. "Siempre mostrando una imagen que no eras".
Claro que ella no era valiente, ni una persona fría. Pero cuando se había tratado de tener el cariño de Harry hacía todo lo posible para no fallarle, para que no la despreciara. ¿Por qué no fue lo suficientemente valiente para decirle a Harry que salía con Draco? No era para que los demás no la miraran raro, era para que Harry no la dejara de querer.
Había sido infeliz para ver a su hermano feliz.
Ese era el poder del amor, del amor hacia su hermano. Y él nunca supo verlo o valorarlo como era debido.
—Harry, ¿crees que no me habría gustado luchar contra él en tu lugar? Si hubiera podido, te habría ahorrado...
—¡El amor nos ciega! —lo interrumpió—. ¿Usted sabe de verdad qué significa eso? ¿Sabe el daño que me hizo con ese consejo? ¡A mí y a Emily! —la señaló—. ¿Cómo cree que se sintió al pensar que me perdía? Ahora mi hijo... mi hijo está disputando batallas por nosotros, como Emily y yo tuvimos que hacer por usted. Y he demostrado ser tan mal padre como usted lo fue para mí. Lo dejé en sitios donde no se sentía querido. He sembrado en él rencores que tardará años en entender.
ESTÁS LEYENDO
harry potter || one shots y fragmentos
Fantasy𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...