—Van a descubrirlos —le murmuró Isaura a Dumbledore—. Están seguros que tienes algo que ver con esto.
—¿Y tú qué le has dicho?
—Que no, por supuesto —respondió ofendida ante la duda de su ex profesor.
Dumbledore meneó la cabeza y levantando un dedo en el aire detuvo las palabras que la muchacha iba a lanzar. Gente del ministerio había entrado al aula.
—Dumbledore —habló Travers al entrar. Isaura se removió en su lugar al ver a Theseus allí.
La charla no había sido más diferente que las anteriores. Acusaban a Dumbledore de ayudar a Newt a escapar de Gran Bretaña y de estar aliado a Grindelwald.
—Eres el único mago que se le iguala. Debes vencerlo.
—No puedo —murmuró Albus.
—Entonces ya sabemos de qué lado está.
Y con un rápido movimiento de varita, las muñecas del profesor se adornaron con dos grandes pulseras de plata. Empezaban a controlarle sus hechizos. Como si fuera un muchacho menor de edad.
—Se están equivocando —dijo Isaura molesta, captando la atención de los aurores.
—Fawley, tú eres la siguiente en nuestra lista —comentó Travers furioso—. No te conviene hablar
—¿Por qué? Porque soy la amiga de Newt, ¿cierto?
—Y porque eres la amiga de Newt nos dirás qué no tenías idea de que él se escapaba a París, ¿verdad? —preguntó el hombre acercándose a la muchacha—. Que no pudiste hacer nada para detenerlo o que te hechizó... ¿Qué dirás esta vez?
—Que son unos imbéciles —dijo Isaura inflando el pecho, sin dejarse intimidar—. Y que no tienen idea alguna de lo que sucede a su alrededor.
—Di, entonces, qué sucede.
Isaura miró fijamente a Travers y luego a Dumbledore quien le negó sutilmente con la cabeza. No era momento para meterse en problemas
—Eso creía —murmuró el hombre aún frente a la muchacha—. Fawley, no te conviene seguir protegiendo a tu noviecito... Terminaremos descubriendo qué hay aquí.
—Jamás dejaré de proteger a Newt.
Y como si eso diera por finalizada la charla, Travers se dio media vuelta y se fue por dónde había entrado, siendo perseguido por todos sus empleados. A Theseus, quien había escuchado toda la conversación atento, le costó quitarle los ojos de encima a Isaura.
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—Theseus —llamó Dumbledore provocando que este se diera vuelta—. Si Grindelwald llama a una reunión, no lo interrumpas... Si alguna vez confiaste en mi...
El muchacho no habló. Miró a Isaura que estaba al lado de Albus Dumbledore en señal de su infinita lealtad y sintió que su corazón estaba en pelea con su mente. Se volvió nuevamente hacia la puerta y salió.
