⌚Tercera generación

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COMIENZO...

Albus se quedó observando la cantidad de golosinas que aquella bruja les mostraba. Esas ranas de chocolates estaban llamándole la atención.

—Al, tenemos que concentrarnos —dijo Rose mientras lo apartaba de allí y le agradecía a la señora con una sonrisa.

—Concentrarnos, ¿En qué?

—En decidir de quién nos haremos amigos. Como sabes, mis padres conocieron a tu padre y a tu tía en su primer viaje en el expreso de Hogwarts.

—¿Y tenemos que decidir ahora de quién seremos amigos el resto de nuestra vida?¡Qué miedo! —dijo Albus mirando a su prima a los ojos.

—Al contrario. ¡Qué emoción! Yo soy una Granger-Weasley, y tú eres hijo y sobrino de los Potter. Todos querrán ser amigos nuestros, así que podemos escoger a quien queramos.

Albus no estaba muy seguro de aquello, pero Rose era muy inteligente y debía hacerle caso. Al fin y al cabo, ella era la que tenía el mando en esta situación.

—Entonces, ¿Cómo decidimos en qué compartimento viajamos?

—Los examinamos todos y luego decidimos.

Rose y Albus comenzaron a caminar por el largo pasillo del Expreso de Hogwarts. Todos los compartimentos estaban llenos de estudiantes que ninguno llamaba su atención. Cuando estaban por rendirse Albus observó uno de ellos donde un muchacho solitario de un cabello rubio miraba distraído por la ventana. Albus Potter se adentró.

—Hola. ¿Esté compartimento está...?

—Está libre. Estoy yo solo —dijo el pequeño al mirarlo.

—Muy bien. Pues nos quedaremos aquí... un rato. Si te parece bien.

Albus miró a Rose que tenía una especie de desagrado por estar allí. Al se sentó frente al muchacho.

—Sí, claro. Hola.

—Albus. Al. Me llamo Albus...

—Hola, Scorpius. Quiero decir que yo me llamo Scorpius. Tú eres Albus. Yo soy Scorpius. Y tú debes de ser...

Miró a Rose que se encontraba aún con una cara de pocos amigos.

—Rose —dijo seriamente sentándose al lado de su primo.

—Hola, Rose. ¿Les apetecen unas meigas fritas? —preguntó Scorpius mostrando sus dulces. 

Rose negó.

—Acabo de desayunar.

—También tengo chocoshocks, diablillos de pimienta y babosas de gelatina. Idea de mamá, que dice que las golosinas siempre te ayudan a hacer amigos —dijo melódicamente. Rose y Albus se lo quedaron mirando sorprendidos—. Una idea estúpida, supongo.

—Yo probaré alguna. Mi madre no me deja comerlas. ¿Por cuál empezarías? —dijo Albus seguro de que aquel muchacho era raro, pero agradable. 

Rose lo golpeó disimuladamente sin que Scorpius se diera cuenta.

—Fácil. Siempre he considerado que los diablillos de pimienta son los reyes de la bolsa de golosinas. Son unos caramelos de menta que hacen que te salga humo por las orejas —dijo animado extendiéndole a Albus uno de esos caramelos.

—Genial, pues probaré...—Rose volvió a golpearlo—. ¿Quieres parar de pegarme, Rose?

—No te he pegado —dijo haciéndose la sorprendida.

—Sí lo has hecho y me ha dolido.

Scorpius se puso serio de inmediato.

—Te ha golpeado por mi culpa.

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora