Harry, Emily Ron, y Hermione entraron en la pequeña tienda juntos. Parecía, a primera vista, estar vacía, pero en el momento que la puerta se cerro detrás de ellos oyeron una voz familiar que salió de detrás de unas perchas de túnicas de vestir adornadas con lentejuelas verde y azul.
—...No soy un niño, en caso de que no lo hayas notado, madre. Soy perfectamente capaz de hacer mis compras solo.
Había un ruido de cloqueo y una voz que Harry reconoció como de la señora Malkin, la dueña, diciendo:
—Querido, tu madre tiene razón, se supone que ninguno de nosotros debe andar caminando por los alrededores solo ahora, no tiene nada que ver con ser un niño.
—¡Mire donde está clavando ese alfiler, basta ya!
Un muchacho adolescente de cara pálida, puntiaguda y pelo rubio casi blanco apareció detrás de la percha llevando un hermoso juego de túnicas verdes oscuras que relucieron con los alfileres alrededor del dobladillo y los bordes de las mangas. Anduvo frente al espejo y se examinó; unos momentos antes de que notara que Emily, Harry, Ron, y Hermione se reflejaron encima de su hombro. Sus ojos grises se achicaron ligeramente.
—Si estás preguntándose que es ese olor, madre, es una sangre sucia que esta por acá —dijo Draco Malfoy.
—¡No creo que haya necesidad de utilizar ese lenguaje! —dijo la Señora Malkin mientras corría detrás de la percha de túnicas que sostenía una cinta de medir y una varita—. ¡Y no quiero varitas mágicas en mi tienda tampoco! —añadió a toda prisa, dando un vistazo hacia la puerta había visto la situación, Harry y Ron apuntaban sus varitas mágicas como señalando a Malfoy.
Hermione, que estaba de pie ligeramente detrás de ellos, susurraba:
—No, no lo hagan, francamente, no vale la pena.
—Me gustaría ver que hagan magia fuera de la escuela, dijo Malfoy con desprecio—. ¿Quién te dejo el ojo negro, Granger? Me gustaría enviarles flores.
Emily miró a Draco fijamente con ganas de gritarle que se calle. No había necesidad de armar todo ese circo. Malfoy miró de soslayo a la pelirroja que tenía cara de pocos amigos y sin ninguna muestra de felicidad por verlo.
—¡Ya es demasiado! —dijo Malkin agudamente mirando sobre su hombro pidiendo ayuda—. Señora, Por favor.
Narcissa Malfoy salió detrás de la percha de ropa.
—Guarden eso —dijo fríamente a Harry y Ron—. Si usted pincha con alfileres a mi hijo de nuevo, yo me aseguraré que sea la última vez en su vida que lo haga.
—¿Realmente? —dijo Harry jugando con la varita y mirando fijamente la cara arrogante que, a pesar de su palidez, todavía se parecía a su hermana. Él era ya tan alto como ella ahora—.¿Irá a buscar a algunos de sus amigos Mortífagos, para que lo hagan?
La Señora Malkin gritó poniendo su mano sobre su corazón.
—¡Realmente, no deben acusar... No digan cosas peligrosas... Las varitas guardadas, por favor!
Pero Harry no bajó su varita. Narcissa Malfoy sonrió desagradablemente.
—Veo que ser el favorito de Dumbledore te ha dado un sentido falso de seguridad, Harry Potter. Pero Dumbledore no siempre estará allí para protegerte.
Harry echó una mirada burlona alrededor de la tienda.
—Wow... mire eso... ¡Él no está ahora aquí! ¿Por qué no vemos qué pasa? ¡Puede ser que le consigan una celda doble en Azkaban con el perdedor de su marido!
ESTÁS LEYENDO
harry potter || one shots y fragmentos
Fantasía𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...