⌚Tercera generación || parte 4

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SEGUNDA PRUEBA...

—Entonces Emily pensó que los dos muchachos que había visto de Durmstrang (o sea nosotros) habían sido los responsables de que Cedric se quedara desarmado por órdenes de Krum. Cuando Emily se lo contó a Hermione... Bueno, ella le creyó y no aceptó ir con Viktor al baile de navidad y fue con Ron, en plan amigos. Se lo pasaron de maravilla, pero cuando Ron bailó con Padma... ¡Se lo pasaron el triple de mejor! Entonces, sin Krum, Ron no se puso celoso. Y los celos eran fundamentales... así que Ron y Hermione siguieron siendo buenos amigos, no se enamoraron, ni se casaron y no tuvieron a Rose —explicó Scorpius rápidamente como hacía cada vez que quería explicar algo.

—Y por eso mi padre es tan... ¿Él también cambió?

—Sigue siendo el Jefe de Seguridad Mágica, se ha casado con Ginny y tiene tres hijos.

—Y, ¿Por qué es así?

—Ahora mismo el tema de tu padre y tú no tienen importancia —dijo nervioso Scorpius—. ¿No te das cuenta de lo que hemos hecho? Según la ley del profesor Croaker, cinco horas es lo máximo que se puede viajar en el tiempo sin que exista la posibilidad de que el viajero, o el tiempo en sí, sufran daños severos. El instante más breve, el cambio más insignificante, provoca consecuencias. Y nosotros... hemos provocado una oleada de consecuencias muy graves. Por culpa de lo que hicimos, Rose no llegó a nacer. ¡Rose!

La bibliotecaria los mandó a callar y ellos bajaron un poco la voz.

Y entonces una pelea de manos tenía un objetivo. Agarrar el giratiempo. Albus estaba seguro que si volvían atrás en el tiempo podrían salvar a Cedric y a Rose, pero Scorpius no estaba tan seguro de ello. Eran unos perdedores, aquello no iba a salir bien porque ellos eran unos inútiles.

—¡Somos unos perdedores! —exclamó en voz baja Scorpius.

—Antes de conocerte yo no era un perdedor.

—Sea lo que tengas que demostrarle a tu padre, esta no es la manera...

—No tengo que demostrarle nada a mi padre. Tengo que salvar a Cedric para salvar a Rose. Y si no fueras un lastre para mí, puede que lo consiga.

—¿Sin mí? ¡Ay, pobre Albus Potter, el despechado! ¡Pobre Albus Potter, qué pena me da! —Albus lo miró con rabia—. ¡Prueba a ponerte en mi lugar! —estalló Scorpius—. A ti la gente te mira porque tu padre y tú tía son los famosos Harry y Emily Potter, los salvadores del mundo de los magos. A mí me miran porque creen que mi padre es Voldemort. ¡Voldemort! —gritó enfurecido—. ¿Te imaginas lo que es eso? ¿Te lo has planteado siquiera? No. Porque no ves más allá de tus narices. Porque no ves más allá del estúpido conflicto que tienes con tu padre. Él siempre será Harry Potter, ¿te enteras? Y tú siempre serás su hijo. Y ya sé que es difícil, y que los otros chicos son muy pesados, pero tienes que aprender a aceptarlo, porque... hay cosas peores, ¿lo sabías? —Scorpius arrebató de las manos de su amigo el giratiempos y tomó valor para decir—: Cuando vi que se había alterado el tiempo, hubo un momento en que me entusiasmé, porque pensé que a lo mejor mi madre no se había puesto enferma. A lo mejor mi madre no estaba muerta. Pero no: resulta que sí estaba muerta. Sigo siendo el hijo de Voldemort, sigo sin tener madre, y sigo ofreciéndole toda mi comprensión a un chico que jamás da nada a cambio. Así que lo siento mucho si te he arruinado la vida, porque voy a decirte una cosa: tú no podrás arruinar la mía porque ya está arruinada. Y tampoco la has mejorado, porque eres un amigo horrible, el peor que pueda haber.

Entonces la voz de la profesora McGonagall se escuchó en la biblioteca. Albus y Scorpius se miraron un milisegundo y el Potter del medio sacó una capa de su mochila.

—¡Rápido, hay que escondernos!

—¿Esa no es la capa de James? —preguntó Scorpius asombrado mientras se mentían ambos debajo de esta.

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora