𝙧𝙚𝙢𝙪𝙨 𝙡𝙪𝙥𝙞𝙣

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Una boda en plena guerra era algo, extrañamente, necesario. Clarisse ayudaba a Molly y a la madre de Fleur con las decoraciones y, de vez en cuando, acompañaba a Hermione y Ginny con la limpieza de la casa.

—Clarisse, cariño, ¿Llamarías a Harry y le dirías que ayude a Arthur a limpiar el granero? Y si Ron está con él dile que vaya con los gemelos a cortar el pasto.

La muchacha estaba segura que Molly quería que el trío estuviera separado la mayor parte del tiempo. Todos sabían que Harry Potter tenía una misión encomendada por Dumbledore y, para la mala suerte de Molly, su hijo estaba envuelto en lo mismo.

Clarisse sabía que algo anda mal y también necesitaba saber que ocultaban los muchachos. Unos chicos de diecisiete año no podían hacer una misión tan peligrosa ellos solos, porque ella estaba segura que nada fácil vendría de Albus Dumbledore.

Subió las escaleras y escuchó voces del otro lado de la habitación. Los tres adolescentes estaban en el cuarto de Ron hablando tranquilamente. Golpeó dos veces la puerta y los murmullos cesaron.

—Pase —dijo Ron.

La mujer entró con una delicada sonrisa y se apoyó en el marco de la puerta, admirando a aquellos niños que habían crecido tan rápido.

—Lamento interrumpir su charla —dijo observando a Harry que cada día se parecía más a James—. Pero Molly ya tiene nuevas tareas para ustedes.

Ron puso los ojos en blanco y se levantó molesto del suelo.

—Está insoportable —dijo enfadado—. No nos deja respirar ni un segundo.

Clarisse se encogió de hombros y suspiró.

—Debes entenderla. No quiere que se vayan antes de lo previsto...

Los tres miraron extrañados a la mujer que se adentraba a la habitación y cerraba la puerta tras ella.

—No voy a pedirles que me digan que traman, pero... quiero pedirles que se cuiden. Estamos pasando por tiempos difíciles y estar unidos en este momento es la mejor opción.

—No podemos quedarnos —habló Harry enfrentándose a Clarisse.

—Lo sé —respondió esta mientras ponía su mano en el hombro de Harry—. Sé más cosas de las que ustedes suponen, por eso digo lo que digo.

Los tres volvieron a quedarse callados y se miraron entre sí, provocando que Clarisse decidiera irse.

—Hermione, este libro es necesario —comentó agarrando un cuaderno del suelo—. Pueden necesitar comprender ruinas... y tengan la capa de invisibilidad cerca.

Cuando la mujer estaba por cruzar la puerta, la voz de Harry la detuvo.

—Clarisse —la llamó. Ella se dio vuelta—. ¿Nos prometes que cuidarás de todos aquí? ¿Prometes que todos estarán a salvo?

Una sonrisa nostálgica apareció en su rostro.

—Tu padre me dijo lo mismo dieciocho años atrás e hice lo que pude —respondió Clarisse—. Esta vez no será diferente sólo que ahora yo te pediré que prometas algo, Potter.

Harry sintió que las palabras que aquella mujer, que lo había protegido durante tantos años, iba a decir no estaban dirigidas a él, sino a su padre.

—Hagan lo que hagan, suceda lo que suceda, no se separen, ¿oíste? Mantengan la varita junto a ustedes en todo momento y siempre sueñen con regresar a casa —dijo tranquilamente pero con lágrimas en los ojos—. Porque no los perdonaré si no regresan.


harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora