—Lamento la intrusión —dijo Scrimgeour, mientras cojeaba para detenerse ante la mesa—. Especialmente cuando veo que estoy aguando una fiesta.
Sus ojos se posaron un momento en los pasteles con forma de Snitch gigante y de libros junto a varitas mágicas.
—Muchas felicidades a ambos.
—Gracias —dijeron los Potter al unísono.
—Debo tener unas palabras en privado con ustedes —siguió Scrimgeour—. También con el Señor Ronald Weasley y la Señorita Hermione Granger.
—¿Nosotros? —dijo Ron, que sonaba sorprendido—. ¿Por qué nosotros?
—Se lo diré cuando estemos en algún lugar más privado —dijo Scrimgeour—. ¿Hay un lugar semejante? -exigió al Señor Weasley.
—Si, por supuesto —dijo el Señor Weasley, que parecía nervioso—. El, eh... salón, ¿por qué no allí?
—Puede usted mostrarme el camino —le dijo Scrimgeour a Ron—. No habrá necesidad de que nos acompañes, Arthur.
Harry vio que el Señor Weasley intercambiaba una mirada preocupada con la Señora Weasley mientras él, Emily, Ron y Hermione se ponían en pie. Mientras se dirigían de vuelta a la casa en silencio, Harry sabía que los otros tres estaban pensando lo mismo que él; Scrimgeour debía haber averiguado de algún modo que los cuatro estaban planeando dejar Hogwarts.
Scrimgeour no habló mientras todos pasaban a través de la revuelta cocina al salón de la Madriguera. Aunque el jardín había estado lleno de la suave luz dorada de la tarde, allí ya estaba oscuro. Harry ondeó su varita hacia las lámparas de aceite mientras entraba y estas iluminaron la desgastada pero acogedora habitación. Scrimgeour se sentó en el sillón hundido que normalmente ocupaba el Señor Weasley, dejando a Harry, Emily, Ron y Hermione intentando encajarse lado a lado en el sofá. Una vez lo hubieron hecho, Scrimgeour habló.
—Tengo algunas preguntas para ustedes cuatro, y creo que será mejor si lo hacemos individualmente. Si ustedes tres... —señaló a Harry, Emily y Hermione—.... esperan arriba, empezaré con Ronald.
—No vamos a ninguna parte —dijo Harry, mientras las muchachas asentían vigorosamente—. Puede hablarnos juntos, o nada en absoluto.
Scrimgeour lanzó a Harry una fría y calculadora mirada. Harry tuvo la impresión de que el Ministro se estaba preguntando si valía la pena o no abrir las hostilidades tan pronto.
—Muy bien entonces, juntos —dijo, encogiéndose de hombros. Se aclaró la garganta—. Estoy aquí, como seguramente sabran, por el testamento de Albus Dumbledore.
Harry, Emily, Ron y Hermione se miraron unos a otros.
—¡Una sorpresa, aparentemente! ¿No eran conscientes de que Dumbledore les había dejado algo?
—¿A todos? —dijo Ron—. ¿A Hermione y a mí también?
—Si, a todos...
Pero Emily interrumpió.
—Dumbledore murió hace un mes. ¿Por qué ha tardado tanto en darnos lo que nos dejó?
—¿No es obvio? —dijo Hermione, antes de que Scrimgeour pudiera responder—. Querían examinar lo que sea que nos dejó. ¡No tenía derecho a hacer eso! —dijo, y su voz tembló ligeramente.
—Tenía todo el derecho —dijo Scrimgeour despectivamente—. El Decreto para la Confiscación Justificada da al Ministerio poder para confiscar el contenido de un testamento...
—¡Esa ley fue creada para evitar que los magos legaran artefactos Oscuros —dijo Hermione— y se supone que el Ministerio debe tener una prueba poderosa de que las posesiones heredadas son ilegales antes de confiscarlas!
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harry potter || one shots y fragmentos
Fantasi𝙋𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧. (𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐨 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐥...