💎Callejón Diagon

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—Es aquí —dijo Hagrid deteniéndose—. El Caldero Chorreante. Es un lugar famoso. 

Era un bar diminuto y de aspecto mugriento. Si Hagrid no lo hubiera señalado, Harry y Emily no lo habrían visto. La gente, que pasaba apresurada, ni lo miraba. Sus ojos iban de la gran librería, a un lado, a la tienda de música, al otro, como si no pudieran ver el Caldero Chorreante. En realidad, Harry tuvo la extraña sensación de que sólo él, su hermana y Hagrid lo veían. Antes de que pudiera decirlo, Hagrid los hizo entrar. 

Para ser un lugar famoso, estaba muy oscuro y destartalado. Unas ancianas estaban sentadas en un rincón, tomando copitas de jerez. Una de ellas fumaba una larga pipa. Un hombre pequeño que llevaba un sombrero de copa hablaba con el viejo cantinero, que era completamente calvo y parecía una nuez blanda. El suave murmullo de las charlas se detuvo cuando ello sentraron. Todos parecían conocer a Hagrid. Lo saludaban con la mano y les onreían, y el cantinero buscó un vaso diciendo: 

—¿Lo de siempre, Hagrid? 

—No puedo, Tom, estoy aquí por asuntos de Hogwarts —respondió  Hagrid, poniendo la mano en el hombro de Harry y obligándole a doblar las rodillas. 

—Buen Dios —dijo el cantinero, mirando atentamente a Harry—. ¿Es éste... puede ser...?

El Caldero Chorreante había quedado súbitamente inmóvil y en silencio. 

—Válgame Dios —susurró el cantinero mirando a la pequeña pelirroja—. Harry y Emily Potter... todo un honor. 

Salió rápidamente del mostrador, corrió hacia Harry y le estrechó la mano,con los ojos llenos de lágrimas. 

—Bienvenido, Harry, bienvenido. 

Harry no sabía qué decir. Todos lo miraban. La anciana de la pipa seguía chupando, sin darse cuenta de que se le había apagado. 

—Bienvenida, Emily, es un placer.

Emily aceptó dudosa la mano extendida. Hagrid estaba radiante. Entonces se produjo un gran movimiento de sillas y, al minuto siguiente, Harry y Emily se encontraron estrechando la mano de todos los del Caldero Chorreante. 

—Doris Crockford, niños. No puedo creer que por fin los haya conocido. 

—Estoy orgullosa, muy orgullosa. 

—Siempre quise estrechar sus manos... estoy muy complacido. 

—Encantado, Harry, Emily, no puedo decirles cuánto. Mi nombre es Diggle, Dedalus Diggle. 

—¡Yo lo he visto antes! —dijo Harry, mientras Dedalus Diggle dejaba caer su sombrero a causa de la emoción—. Usted me saludó una vez en una tienda. 

—Es cierto —recordó Emily mirando atentamente al hombre.

—¡Me recuerdan! —gritó Dedalus Diggle, mirando a todos—. ¿Han oído eso? ¡Se acuerdan de mí!

Harry y Emily estrecharon manos una y otra vez. Doris Crockford volvió a repetir el saludo. Un joven pálido se adelantó, muy nervioso. Tenía un tic en el ojo. 

—¡Profesor Quirrell! —dijo Hagrid—. Chic

os, el profesor Quirrell les dará clases en Hogwarts. 

—P-P-Potter —tartamudeó el profesor Quirrell, apretando la mano de Emily y luego la de Harry—. N-no pue-e-do decirles l-lo contento que-e estoy de co-conocerlos. 

—¿Qué clase de magia enseña usted, profesor Quirrell? 

—D-Defensa Contra las Artes O-Oscuras —murmuró el profesor Quirrell,como si no quisiera pensar en ello—. N-no es al-algo que u-ustedes n-necesites,¿verdad, P-Potter? —Soltó una risa nerviosa—. Estás reuniendo el e-equipo, s-supongo. Yo tengo que b-buscar otro l-libro de va-vampiros. —Pareció aterrorizado ante la simple mención. 

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora