𝙨𝙞𝙧𝙞𝙪𝙨 𝙗𝙡𝙖𝙘𝙠

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Estar en un campamento con aquellos chicos había sido la peor decisión que Jasmin había tomado en su vida (o tal vez estaba exagerando un poco).

La fogata en medio de la ronda aún seguía con vida y no parecía querer apagarse por esos momentos. El frío se apaciguaba un poco, pero la muchacha estaba abrigada con una prenda de cada uno de sus amigos. Remus le había prestado un suéter, James sus medias de algodón, Peter su gorro de lana y Sirius, por supuesto, su campera de cuero.

—No estamos en invierno —comentó este último con una sonrisa.

Su rostro estaba anaranjado por las llamas del fuego y Jasmin pensó en lo bonito que se veía Sirius en aquel lugar.

—Debo estar enferma —respondió ella sin quitarle la mirada de encima.

El cabello de Black apenas tapaba sus orejas, cosa que le agradaba a la muchacha ya que le encantaba como le quedaba el pelo largo a su amigo. Una barba débil se asomaba en su rostro y aquellos ojos grises tan profundos la miraban sólo a ella.

James y Lily se encontraban abrazados, mimándose y diciéndose cosas lindas al oído. A Jasmin le daba un poco de asco ver a su hermana en ese estado, pero si ella hubiera tenido novio (o si hubiera aclarado con anterioridad su estado amoroso), posiblemente estaría en la misma situación.

Remus hablaba un poco cansado con Peter. Ambos parecían querer irse a dormir, pero pensar en el sólo hecho de acostarse en el suelo y con el frío de la carpa hacía que se quedaran al lado del fuego.

—¿Qué les parece si cantamos una canción? —preguntó Sirius emocionado—. Aprendí una muy buena la otra vez.

—Si es una muggle... no, gracias —respondió Remus—. No es por ofender, pero cantas horrible, Canuto.

—Ah, lo siento... maldito hombre lobo —murmuró esto último.

Jasmin sonrió al notar la mirada del castaño sobre Black como diciendo "te escuché, imbécil, pero estoy muy cansado ahora para discutir".

—Bueno, iré a dar unas vueltas por el bosque. Tal vez aparezca un oso y libre con él una batalla increíble —dijo Sirius hablando al aire, como si estuviera solo—. Tal vez muera en el intento, claro, pero lucharé dignamente... en fin, los veo luego.

James y Lily miraron a Jasmin con una sonrisa cuando Black comenzaba a perderse en la oscuridad. Claramente aquello había sido una invitación para que la menor de las Evans lo siguiera.

Y así lo hizo. Tomó su varita, se acomodó aquella campera de cuero y siguió los pasos a través de los árboles, pero cuando quiso darse cuenta, ningún hombre estaba frente a ella.

—¿Sirius? —preguntó comenzando a asustarse—. ¡Lumus!

Una suave luz salió de la punta de la varita de Jasmin, quien achinó los ojos para acostumbrarse a esa mezcla de oscuridad y luz.

Bajo sus pies se rompían ramas y hojas, y susurraba el nombre de Sirius, pero este parecía haberse esfumado en el medio de la noche. Pensó en que, tal vez, este había comenzado a correr lejos de allí o había decidido volver al campamento, entonces ella también decidió regresar.

Se dio la media vuelta para volver, pero unos arbustos se movieron detrás de la pelirroja. Evans miró asustada.

—¿Sirius? ¿Eres tú? Esto no es gracioso.

Jasmin mantenía una postura firme, con su varita en alto, esperando a que lo peor apareciera. Entonces unos ojos amarillos la miraban entre las hojas como si quisieran atacarla.

—¡Maldita sea, Sirius!

El gran perro salió entre los arbustos moviendo la cola y olfateando a su compañera.

—Mira si te lanzaba un maleficio, pedazo de tonto.

El canino lanzó un ladrido y en cuestión de segundos la forma humana de Sirius Black apareció frente a ella.

—Eso significaría que no conoces a mi perro —dijo divertido acercándose a la muchacha—. Y has visto muchas veces a mi perro.

—No vuelvas a decir eso —pidió Jasmin casi rogando mientras sentía las manos de Sirius en su cintura—. Sonó muy mal.

Pero antes de que ella pudiera seguir lanzando palabras al aire, Sirius atrapó sus labios, besándola intensamente. La luz de la varita de la pelirroja se apagó provocando que ambos se quedarán a oscuras, besándose a la luz de la luna.

—Moría por hacer esto —susurró él en los labios de Jasmin.

—No sé qué te detenía —dijo ella acariciando el suave cabello de Black.

—Es vergonzoso hacer esto frente a nuestros amigos...

—¿Ah sí?

—No me malentiendas, pero ¿No te provoca asco como James y tu hermana no paran de besuquearse?

Jasmin asintió con una sonrisa. En realidad no le molestaba para nada tener esos momentos de intimidad con Sirius, besarse en privado era lo mejor del mundo, sin embargo, ella sentía que quería hacer el siguiente paso.

—Sabes... Lo estuve pensando —susurró ella como si alguien estuviera por ahí escuchándolos—. Y realmente quiero hacer las cosas bien.

—¿Me estás diciendo de verdad? —preguntó emocionado Sirius soltándola de repente—. ¿Aceptarás ser mi novia?

Jasmin asintió lentamente, sonriendo por la cara de tonto que tenía aquel muchacho que le quitaba el sueño.

Sirius comenzó a correr unos metros hasta que volvió a convertirse en perro. Jasmin lo persiguió detrás, riéndose, contenta por la situación que estaba viviendo.

Un gran lago apareció frente a ellos, con la luna reflejada sobre él y Sirius, moviendo la cola sin parar, comenzó a aullar.

Por fin aquella chica era su novia.



aa medio corto, pero estoy intentando subir todos los pedidos que puedo, perdón 😔

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora