🐍Poción Multijugos

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—Están ahí —dijo él, mirándolos—. ¿Se han pasado todo el tiempo en el Gran Comedor, poniéndose como cerdos? Los estaba buscando, quería enseñarles algo realmente divertido.

Malfoy echó una mirada fulminante a Percy.

—¿Y qué haces tú aquí, Weasley? —le preguntó con aire despectivo. Percy se ofendió aún más.

—¡Tendrías que mostrar un poco más de respeto a un prefecto! —dijo—. ¡No me gusta ese tono!

Malfoy lo miró despectivamente e indicó a Harry y a Ron que lo siguieran. A Harry casi se le escapa disculparse ante Percy, pero se dio cuenta justo a tiempo. Él y Ron salieron a toda prisa detrás de Malfoy, que les decía, mientras tomaban el siguiente corredor:

—Ese Peter Weasley...

—Percy —le corrigió automáticamente Ron.

—Como sea —dijo Malfoy—. He notado que últimamente entra y sale mucho por aquí, a hurtadillas. Y apuesto a que sé qué es lo que pasa. Cree que va a pillar al heredero de Slytherin él solito.

Lanzó una risotada breve y burlona. Harry y Ron se cambiaron miradas de emoción. Malfoy se detuvo ante un trecho de muro descubierto y lleno de humedad.

—¿Cuál es la nueva contraseña? —preguntó a Harry.

—Eh... —dijo éste.

—¡Ah, ya! «¡Sangre limpia!» —dijo Malfoy, sin escuchar, y se abrió una puerta de piedra disimulada en la pared.

Malfoy la cruzó y Harry y Ron lo siguieron. La sala común de Slytherin era una sala larga, semisubterránea, con los muros y el techo de piedra basta. Varias lámparas de color verdoso colgaban del techo mediante cadenas. Enfrente de ellos, debajo de la repisa labrada de la chimenea, crepitaba la hoguera, y contra ella se recortaban las siluetas de algunos miembros de la casa Slytherin, acomodados en sillas de estilo muy recargado.

—Esperen aquí —dijo Malfoy a Harry y Ron, indicándoles un par de sillas vacías separadas del fuego—. Voy a traerlo. Mi padre me lo acaba de enviar.

Preguntándose qué era lo que Malfoy iba a enseñarles, Harry y Ron se sentaron, intentando aparentar que se encontraban en su casa. Malfoy volvió al cabo de un minuto, con lo que parecía un recorte de periódico. Se lo puso a Ron debajo de la nariz.

—Te vas a reír con esto —dijo.



—¿Qué te pasa, Crabbe? —dijo Malfoy bruscamente.

—Me duele el estómago —gruñó Ron.

—Bueno, pues vayan a la enfermería y denle a todos esos sangre sucia una patada de mi parte —dijo Malfoy, riéndose—. ¿Saben qué? Me sorprende que El Profeta aún no haya dicho nada de todos esos ataques —continuó diciendo pensativamente—. Supongo que Dumbledore está tapándolo todo. Si no para la cosa pronto, tendrá que dimitir. Mi padre dice siempre que la dirección de Dumbledore es lo peor que le ha ocurrido nunca a este colegio. Le gustan los que vienen de familia muggle. Un director decente no habría admitido nunca una basura como el Creevey ése.

Malfoy empezó a sacar fotos con una cámara imaginaria, imitando a Colin, cruel pero acertadamente.

—Potter, ¿puedo sacarles una foto, Potter? ¿Me conceden un autógrafo? ¿Puedo lamerle los zapatos, Potter, por favor?

Bajó las manos y se quedó mirando a Harry y a Ron.

—¿Qué les pasa a ustedes dos?

Demasiado tarde, Harry y Ron se rieron a la fuerza; sin embargo, Malfoy pareció satisfecho. Quizá Crabbe y Goyle fueran siempre lentos para comprender las gracias.

—San Potter, el amigo de los sangre sucia —dijo Malfoy lentamente—. Ése es otro de los que no tienen verdadero sentimiento de mago, de lo contrario no iría por ahí con el traidor de la sangre Weasley. ¿Y la Potter? Con es sangre sucia Granger. Ambos me dan asco. Ella caminando por los pasillos con los Weasley llamando la atención de todos como si alguien quisiera verla. Potter... ¡Y se creen que Harry es el heredero de Slytherin!

Harry y Ron estaban con el corazón en un puño; quizás a Malfoy le faltaban unos segundos para decirles que el heredero era él. Pero en aquel momento...

—Me gustaría saber quién es —dijo Malfoy, petulante—. Podría ayudarle.




—Hermione, sal, tenemos muchas cosas que contarte.

—¡Márchense! —chilló Hermione.

Harry y Ron se miraron el uno al otro y luego miraron a Emily que estaba sentada afuera del cubículo de Hermione.

—¿Qué pasa? —dijo Ron a Emily.

—No ha querido salir del baño aún —respondió esta que se había quedado a acompañar a su amiga.

—Tienes que estar a punto de volver a la normalidad, nosotros ya...

Pero Myrtle la Llorona salió de repente atravesando la puerta del retrete. Harry nunca la había visto tan contenta.

—¡Aaaaaaaah, ya la verán! —dijo—. ¡Es horrible!

Oyeron descorrerse el cerrojo, Emily se levantó rápidamente y Hermione salió, sollozando, tapándose la cara con la túnica.

—Qué pasa? —preguntó Ron, vacilante—. ¿Todavía te queda la nariz de Millicent o algo así?

Hermione se descubrió la cara y Ron retrocedió hasta darse en los riñones con un lavabo. Tenía la cara cubierta de pelo negro. Los ojos se le habían puesto amarillos y unas orejas puntiagudas le sobresalían de la cabeza.

—¡Era un pelo de gato! —maulló—. ¡Mi-Millicent Bulstrode debe de tener un gato! ¡Y la poción no está pensada para transformarse en animal!

—¡Eh, vaya! —exclamó Ron.

—Todos se van a reír de ti —dijo Myrtle, muy contenta.

—No te preocupes, Hermione —se apresuró a decir Emily—. Te llevaremos a la enfermería. La señora Pomfrey no hace nunca demasiadas preguntas...

Les costó mucho trabajo convencer a Hermione de que saliera de los aseos. Myrtle la Llorona los siguió riéndose con ganas.

—¡Pues ya verás cuando todos se enteren de que tienes cola!

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora