Extra • Black Magic

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Los tenues rayos del sol en el amanecer   pintaban de naranja el oscurecido cielo lila. Parecía que sería un día normal, pero presenciar el amanecer no era algo común.

— Aún tengo sueño - bostezo Elsa —. ¿Y tú?

— También tengo sueño, pero quiero saber... ¿qué día es hoy, Elsa?

— Oh, no lo sé. He perdido la noción del tiempo, pero... Está cosita de aquí dice que hoy es nuestro tercer aniversario - le entregó una caja aterciopelada color avellana —. Puede que me esté equivocando de fecha.

— Aw, si te acordaste... Quería pasar el día contigo, pero tienes que ir a Arendelle ¿cierto?

— Sí, y tú tienes cosas que hacer aquí en el bosque... Ambas tenemos que hacer lo que debemos hacer. Cuando vuelva te lo voy a compensar.

— Deberíamos ir al lago, tú sabes, nuestro primer beso fue allí. ¿Qué hay en la caja?

— Abrelo, creo que te va gustar.

La morena abrió la caja y era un collar de cadena de plata con perlas y un diamante en el centro rodeado de pequeños cristales de zafiro y esmeraldas.

— ¿Te ayudo a ponértelo? - la morena sonrió y dejó que Elsa le colocara el collar en el cuello —. Es una pieza única diseñada especialmente para ti. No hay nada igual en todo el mundo.

— Me siento mal cada vez que me das este tipo de regalos, yo no puedo darte algo igual de lujoso.

— Nunca te he pedido algo como eso... Porque mi corazón ya se siente completo cuando estoy contigo. No necesito nada más.

Honeymaren se refugió en los brazos de Elsa, el sol se terminó de alzar sobre el horizonte y los pájaros comenzaron a cantar.

— Será una semana difícil mientras no estés

— Te enviaré cartas a diario - beso su frente con suavidad —. Será mejor que me vaya ahora. Anna estará muy molesta si no llego a tiempo para que ella se suba al crucero.

— Está bien... Te veré en una semana entonces - le tomo la mano y se despidieron.

Durante los primeros cuatro días espero las cartas de Elsa, pero jamás recibió ninguna y las que enviaba no eran respondidas. Le pareció raro y un mal sabor de boca se formaba en ella. Algo no estaba bien, sin embargo cada vez que trataba de buscar explicación algo se lo impedía y la obligaba a tomar decisiones difíciles ¿ir a Arendelle o evitar el río se desborde y cause una inundación en la tribu? ¿Ver a Elsa o arrear los renos fuera del peligroso barranco? ¿Dejar a su pueblo desprotegido un día para seguir un mal presentimiento?

Llego el sexto día y Honeymaren se preocupaba cada vez más, casi una semana sin noticias de Elsa y siempre que intentaba hacer algo el universo se ponía en su contra para distraerla. Su instinto rara vez fallaba y este le advertía que algo había sucedido. Elsa jamás olvidaría enviarle una carta o responder los mensajes.

Una ventisca helada empujo a Honeymaren hasta hacerla chocar con un árbol.

— ¿Gale? ¿Viste a Elsa? - la ventisca no se detenía. Bruni le saltó encima y daba vueltas a su alrededor, incluso Nokk se materializó salvajemente en el río —. No puedo entenderlos ¿ella está bien?

Nokk la llamo, pero sin la magia de Elsa para congelar la superficie de su cuerpo era imposible llevarla a Arendelle por él mismo. A lo lejos escucho el galope de los corceles de Arendelle, no podía ser Elsa, aún no era la fecha para volver.

Vio a Anna descender del carruaje con una expresión molesta en el rostro. Incluso Kristoff se veía molesto al momento de bajar del asiento de conductor.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora