Aftercare

109 18 16
                                    

Intenso. Esa era la palabra en la que Elsa pensaba cuando Honeymaren le preguntó: ¿qué tal estuvo? Tal vez no era lo apropiado, pero sinceramente cualquier otra palabra en su vocabulario había desaparecido. Aún sentía la piel ardiendo y sus piernas temblorosas... en realidad, todo su cuerpo estaba débil y tembloroso. La cercanía de la castaña y el calor que desprendía contra su cuerpo la hacía sudar más. Tembló cuando la morena le dió un último beso en los labios y siguió mirándola, esperando una respuesta.

—¿Te dejé sin palabras? —preguntó divertida, acariciando ambas mejillas de la mujer frente a ella. Elsa se rió y evitó mirar a Honeymaren. No podía verla a los ojos sin ponerse más roja de lo que estaba, no estaba segura de si era grosero mirarle el pecho por la posición en la que estaban, mirar de la cintura para abajo le parecía un descaro. Honeymaren se rió de ella y le llenó el rostro de besos cortos y tiernos. Se movió sobre ella e intentó sacar a Elsa de su trance, aunque realmente le parecía adorable el modo en que sus manos no encontraban espacio en ella y prefería jugar con las sábanas de la cama antes que mirarla a los ojos o como su mirada se desviaba a cualquier otra cosa en la habitación. Relajó el cuerpo para darle seguridad —. Después de todo lo que hemos hecho ¿aún estás nerviosa? —preguntó, aún sobre ella, ahora acariciando su cuerpo desde el hombro hasta el muslo y de regreso.

—Ya sé, ya sé —se disculpó con una sonrisa tonta. Se abrazó a ella, apoyando la frente contra su hombro, permitiendo que su cuerpo al fin se relajara. La luz de las velas se sacudió por la brisa que entró por la ventana. La luna estaba cubierta por las nubes oscuras que arrastraba el cielo nocturno consigo.

—¿Quieres que nos acostemos ya? Digo, si quisieras puedo hacer esto toda la noche —Elsa se volvió a paralizar, pero esta vez logró responder con la voz apenas audible.

—Tal vez otra noche —le dijo en voz baja. Honeymaren se quitó de encima de ella y se acostó a un lado, rodeándola con el brazo por sobre su estómago—¿Q-quieres que vaya a buscarte algo? Algo de comer, de beber o... —entre dijo apenas dando un vistazo a Honeymaren.

—Estoy bien —dijo y atrapó su mano para dirigirla a ella y besarle el dorso —¿Quieres hablar de algo? Aún te ves nerviosa —le preguntó sin soltarla.

—No, me siento bien —dijo aunque no era toda la verdad —. Creo que aún estoy procesando todo —admitió con media sonrisa.

Honeymaren cambió su expresión juguetona por una de preocupación. Le apretó la mano y se sentó a su lado con un suspiró prolongado.

—¿Crees que nos apresuramos? —preguntó ahora con un sentimiento de culpa, ella había sido la de la idea y la que inició todo —¿Te arrepientes? —murmuró despacio, como si decirlo en voz alta lo convirtiera en realidad y eso le dolería.

—¡No! Para nada, me gustó, es que... —pensó en sus palabras un minuto, dejó que el calor de sus mejillas subiera y bajara hasta tranquilizarse y por primera vez se giró a Honeymaren para verla a los ojos dejando de lado su pena —. Con lo de mis poderes jamás creí que tendría esta experiencia con nadie —confesó. La lengua le supo amarga de solo pronunciar la verdad —. Se siente bien que alguien pueda tolerar esto —suspiró, mirando los copos de nieve que caían sobre ellas y se desvanecían antes de tocarlas.

Honeymaren la tomó de la mejilla y la besó en los labios. Finalmente la hizo acostarse en la cama. Elsa miraba al techo todavía con la cabeza revuelta en un millón de cosas, Honeymaren la abrazó y se acurrucó lo más cerca posible de ella. Podía escuchar sus corazones latiendo casi al mismo tiempo. Estaba a nada de cerrar los ojos para dormir cuando vio a Elsa morderse los labios con el ceño fruncido.

—Porque puedes soportarlo ¿cierto? Todo el frío —preguntó con la voz más débil. Si la morena respondía de manera negativa no podía molestarse con ella, entendía perfectamente si decía que no.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora