Extra • Noche

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¡Ya era el equinoccio de primavera! No había nada realmente emocionante ese día, salvo por ver a los animales despertando de sus largos sueños y preparándose para buscar pareja, quizá las flores eran bonitas y eso. Honeymaren daba saltitos al caminar, porque pronto se cumpliría uno de sus deseos.

Durante meses, después de formalizar su relación con Elsa, representante del quinto espíritu, Honeymaren había suplicado que durmieran juntas alguna noche. La ojiazul se negó en repetidas ocasiones, pero finalmente había accedido a su petición.

La morena estaba emocionada. Esa noche podría ir a conocer Ahtohallan, el río helado con todas las respuestas del pasado y además pasaría la noche con Elsa.

De cierto modo, Elsa también estaba entusiasmada de compartir la noche con una persona tan preciada para ella como lo era Honeymaren, sin embargo... Ahtohallan era un glaciar helado, ella tenía poderes de hielo y las noches de primavera eran tan frías como las del invierno. No sabía cuál era la tolerancia al frío que Honeymaren tuviera, pero estaba segura de que una docena de mantas no serían suficientes.

— Te ves emocionada - dijo la platinada al toparse con su amante.

— Estoy emocionada. Va ser la primera vez que conozco Ahtohallan. Es cómo conocer en persona a una leyenda.

— Es un lugar hermoso - agregó Elsa dejando en el suelo la cesta con fruta recién recolectada —. Puedo llevarte a conocer Ahtohallan cuando sea ¿es necesario dormir allá?

— ¿Por qué te niegas tanto a que pasemos la noche juntas?

— No, no me niego a eso. Me encantaría pasar todas mis noches contigo por el resto de mi vida, lo juro, pero el frío...

— Ya me dijiste que cargue con todos los abrigos y mantas que pueda, estaré bien. A mí tampoco me molesta el frío.

Elsa sintió que sus mejillas se calentaron, no pudo evitar esbozar una sonrisa ante el comentario.

— Bien, bien, solo no quiero quejas después cuando te agarre un resfriado.

— Te veo en la noche, cielo - se acercó a darle un veloz beso en la mejilla para volver al trabajo antes de que Yelena, la líder Northuldra, les diera un regaño por perder el tiempo en lugar de hacer algo útil por la tribu.

(***)

Cuando la luna se alzó en el cielo, Honeymaren se presentó en la orilla de la playa con una mochila que era demasiado chica.

— ¿Tienes tu abrigo y manta ahí?

— Algo así - mencionó sin prestarle atención al asunto —. ¿Nos vamos?

Elsa iba a decirle que regresara a la tribu y trajera algo que la pudiera cubrir del frío en la noche, pero conociendo a Honey sabía que solo gastaría tiempo y no conseguiría nada. Llamó a Nokk de un chiflido y el espíritu del agua se materializó como un caballo de agua, cuya superficie se congeló al tacto de Elsa. La ojiazul ayudo a Honey a subir al corcel y juntas se dirigieron a Ahtohallan.

Una vez ahí, Honeymaren comenzó a dar pasos cortos y girando alrededor, admirando cada detalle del glaciar.

— La entrada esta por aquí - la llamó Elsa tomándola de la mano para guiarla –. Hay muchos pasadizos, es fácil perderte aunque ya marque algunos caminos.

Fuese de noche o de día, el interior siempre se veía iluminado tenuemente, reflejando las olas del mar, la luna y destellos purpuras y azulados en las paredes de hielo. Bruni, el espíritu del fuego despertó de su siesta y corrió hacía Elsa para posicionarse sobre su hombro y emitir una suave calidez.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora