Extra · No eres más alta

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Honeymaren caminó hasta Elsa y la jaló del cuello del vestido. La mayor estaba confundida por la acción tan violenta e impropia de Honeymaren. Ella la obligó a agacharse para quedar a la misma altura.

—Quítate los tacones —ordenó con la voz grave, casi haciendo rechinar los dientes.

—¿Uh...? Okay, lo que digas — Elsa se quitó los zapatos. quedando un centímetro por encima de Honeymaren.

La morena miró de pies a cabeza a su pareja y continuó así un momento. Elsa comenzaba a sudar de los nervios.

—No hay manera de que seas más alta que yo. No lo voy a tolerar. Pies tocando el suelo — volvió a ordenar. Elsa asintió y dejó que la planta de sus pies tocaran la superficie del suelo y continuó siendo un centímetro más alta. La morena bufó y la soltó del vestido.

—¿De qué se trata esto? —preguntó con un tono divertido aunque seguía nerviosa por el extraño comportamiento.

—Eres más alta que yo. Eres más alta que yo ¡Eres más alta que yo! —gritó y acusó señalando con su dedo.

—Sí ¿y qué? —Elsa chocó con un árbol al intentar retroceder.

—No me gusta que seas más alta que yo.

—La diferencia no es tanta —dijo dando un paso al frente y bajando el dedo acusador de Honeymaren que reposaba en su pecho—. De hecho creo que medimos igual.

—Elsa, eres un centímetro más alta.

—Solo es un centímetro, yo no veo cuál es el problema.

—Que si tú eres la alta debes ser la que manda en nuestra relación, pero yo soy quien manda aunque soy más pequeña.

—¿Qué qué? ¿Tú mandas? Digo, ¿yo mando? Eso no tiene sentido...

—Para mí sí. ¿Quién manda en las relaciones? El hombre ¿por qué? Son más altos y más fuertes.

—Personalmente me parece una tontería —confesó Elsa al fin sintiéndose tranquila por descubrir que su comportamiento inusual tenía una explicación —. Nunca habías actuado así ¿pasó algo?

—No, nada en particular, pero Ryder me dijo enana y ahora necesito demostrar dominio sobre algo para no sentirme tan... Vulnerable.

—Oh ya, bueno, ni se te ocurra hacer eso conmigo —agregó Elsa apartandola de ella para ponerse de vuelta los tacones.

—¿Por qué no?

—Uno; no me gusta eso de "la que manda". Dos; si de poder se trata, soy una reina, soy un espíritu, soy la mayor y soy la más alta. Por ningún lado puedes dominarme.

—¿Y qué tengo para ejercer control entonces? ¿Cómo demuestro mi poder?

—Entrena a un reno, tal vez puedas enseñarle algo nuevo. Saltar una cerca, cargar mercancía, incluso a hablar.

Honeymaren se quejó y Elsa tuvo que suspirar mirando al cielo.

—¿Vas a enloquecer si no te ayudo con esto, verdad?

—Entiendo tu punto, es ridículo que quiera controlarte, pero ¡Ryder me ofendió!

—Aún no me queda claro ¿qué te ofendió? ¿Qué te dijo enana? Amor, eres alta para ser mujer, Ryder te dijo enana porque él es un hombre y por naturaleza siempre será más alto que nosotras ¿quieres sentirte poderosa para demostrar qué? ¿Que las bajitas también pueden dominar?

—Suena tan tonto cuando lo dices así.

—Es tonto —Elsa la acercó a ella y le besó la frente —. Podemos darle un escarmiento si eso te hace sentir mejor —sugirió, rodeando sus hombros con los brazos. Honeymaren tuvo que elevar la mirada para verla directo a los ojos.

—Un escarmiento ¿qué tienes en mente?

—Veamos qué tan rudo es con alguien de su tamaño... O más de su tamaño —La castaña sonrió y se emocionó con la idea de Elsa. Fueron corriendo a buscar a Ryder.

(***)

Ryder gritó cuando el hombre de nieve lo sujetó de la pierna y lo elevó tres metros sobre el suelo para verlo y rugirle en la cara. Honeymaren sentada en el hombro izquierdo del gigante de nieve se burló.

—¡Ya dile que me baje! —ordenó Ryder y luego miró a Elsa —¡Por favor!

La ojiazul, sobre el hombro derecho del gigante se giró para ver a Honeymaren. La morena negó con la cabeza.

—El honor de mi dama no ha sido restaurado, caballero —dijo Elsa con un tono de voz exagerado que hizo reír a Honeymaren.

—¡No me digas que esto es por decirte enana! —Ryder comenzaba a marearse al estar de cabeza. Honeymaren hizo oídos sordos y el pobre chico gruño —. Lo que digas, lo siento. No eres una enana ¿ya me bajas, por favor?

Elsa repitió el ciclo, miró a Honeymaren para preguntarle con la mirada si la broma podía terminar. La morena suspiró y se llevó la mano a la barbilla para pensar.

—Esta bien, hermano. Acepto tus disculpas, pero aún quiero que pagues por tu ofensa.

—Tranquilo, el gigante se derretirá en una hora —le dijo Elsa a Ryder ayudando a Honeymaren a bajar de los hombros del gigante. El hombre de nieve continuó jugando con Ryder como si fuera una muñeca de trapo hasta que el sol de mediodía lo debilito lo suficiente para soltarlo.

—Ustedes... Son... Horribles —murmuró Ryder antes de caer dormido sobre el barro.

—¿No crees que nos excedimos? —preguntó la mayor. Honeymaren la calló entregándole una manzana para que comiera.

—Nah, se lo merecía.

Ambas continuaron comiendo hasta que Yelena las descubrió holgazaneando y les ordenó ponerse a trabajar si no querían un castigo.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora