Extra • Ocean blue eyes looking in mine

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Había pasado una semana después de que Elsa decidiera quedarse en el bosque encantado, se había adaptado con facilidad a la vida de los Northuldras. Honeymaren fue la primera persona en ofrecerle un lugar en la tribu, pero extrañamente no siguieron hablando después de la primera noche en que el muro de niebla se desvaneció.

Elsa pensó que se debía a la timidez, pero lo descarto al instante al recordar que Honeymaren la amenazó a ella y su hermana con un arma puntiaguda, conversaron en la fogata y hasta caminaron de la mano durante un rato después de liberar el bosque. Luego atribuyo la distancia entre ellas por ser prácticamente una extraña que solo conoció unos minutos, entonces aquellos gestos gentiles solo eran amabilidad y no una verdadera amistad naciendo.

Los niños se acercaban a Elsa para jugar con ella y sus poderes (sobretodo sus poderes). Ella los complacía dejando caer una leve nevada encima de ellos. Honeymaren detuvo su trabajo para mirar en dirección a la platinada, no pudo evitar sonreír y girar la mirada al suelo.

Honeymaren sí trataba de ser amable cuando Elsa y Anna llegaron al bosque con la promesa de liberarlos de la niebla, pero después de conversar toda la noche con Elsa y andar juntas por el bosque un tiempo, sintió algo más floreciendo en su corazón.

Posiblemente solo era un crush efímero, sin embargo era brutal la manera en que con solo mirar al objeto de su admiración las piernas le temblaran de nervios y fuera incapaz de mirarla a los ojos directamente por más de unos segundos sin sonrojarse.

— Vamos, aún tenemos trabajo - la empujo su hermano Ryder.

Honeymaren asintió y dio un último vistazo rápido a su crush.

(***)

Ryder y Honeymaren acarrearon a los renos hasta el río para que tomarán agua y se ejercitaran un rato. Honeymaren se recargo en el tronco de un árbol y Ryder se quedó cerca del río jugando con el agua.

— Es que tiene ojos muy bonitos

— Aquí vamos otra vez...

— Sus ojos son como el océano, hermosos y profundos, tan severos que te atraviesan el alma... Pero tiene esa mirada tan gentil y dulce. Es inteligente, valiente, guapa, desinteresada, apacible y además en buena con los niños.

— Hemos tenido la misma conversación desde que la conociste. Deberías decirle algo en vez de ignorarla.

— ¿Qué le puedes decir a una diosa?

— No es una diosa, es un espíritu, muy similar, pero diferentes.

— No puedo hablarle, mucho menos si me mira a los ojos, simplemente me congelaría.

— Bueno, si no le dices algo tú, alguien más lo hará.

— No quiero pensar en eso.

Ryder giró la cabeza y una sonrisa maliciosa se formó en sus labios.

— Buenos días - saludo al caballo de hielo a su jinete.

— ¡Hola, buenos días! - Elsa detuvo a Nokk y miró a los hermanos —. ¿Necesitan ayuda?

— Para nada estamos bien - dijo él.

Elsa saludo con la mano a Honeymaren, pero no recibió una respuesta. Ryder se fijo en eso y trato de corregirlo.

— Disculpala, esta triste. Le gusta alguien y no puede confesarse porque... De hecho no tiene motivos para no hacerlo, simplemente no quiere hacerlo.

— Ouh, bueno... Creo que yo soy la menos indicada para ayudar con eso, pero ¿Haz intentado acercarte a él?

— No puedo ni mirarla a los ojos. Tiene unos ojos tan preciosos que es imposible no caer rendida cuando te ve.

— ¿Eh? Oh, bien ¿Sabes si esa persona tiene interés en ti?

— ¿Qué soy yo comparada con ella? Ella es como una diosa caída del cielo.

— ¿Y ya tiene pareja?

— No, pero es incluso peor que este soltera, no puedo evitar imaginar como sería si yo llenará ese espacio vacío.

— Desgraciadamente no soy una experta en el amor, pero quizá si confiesas tus sentimientos te lleves una agradable sorpresa. Perdón, doy consejos horribles, realmente el amor no es mi especialidad.

— Creo que es un buen consejo en realidad ¿Tú que piensas Honeymaren?

— Ja... Lo pensaré.

— Bueno, yo ya debo retirarme ¡los veo después!

— ¡Adiós, ve con cuidado! - le grito Ryder y luego se giro hacía su hermana — ¿Ves? Hablaste dos minutos con ella y no te pusiste nerviosa.

— ¡Miré al suelo todo el tiempo!

— Eres un caso perdido...

(***)

Pasaron algunas semanas más, el invierno llegó y se alojo con tranquilidad en el bosque, cubriendo las ramas de los árboles con nieve, cubriendo el suelo de blanco y llevando a los animales a dormir hasta la primavera.

Hoy era el día en que Honeymaren confesaría sus sentimientos por Elsa. Desde ese día que hablaron en el río se propuso ser más abierta y acercarse más a ella.

— Elsa, desde hace algún tiempo he querido decirte algo.

— Claro, dime - se acomodó mejor para verla de frente y no perderse ningún detalle. Para concentrarse Honeymaren tuvo que cerrar los ojos.

—  Es que yo en realidad tengo sentimientos por ti. Me gustas mucho desde la primera vez que conversamos juntas. Me daba miedo que lo supieras, pero creo que ya no me importa porque realmente quiero saber si me correspondes.

Elsa, siendo la reina del hielo y la nieve se quedó congelada. Paralizada y sin palabras. Se acomodó la voz para evitar sonar grosera.

— También tengo sentimientos por ti, pero no creo estar lista para corresponder los tuyos. M-me refiero a que si quieres, podríamos ser pareja, pero más bien me refiero a que existe la posibilidad... En el futuro.

— ¿Eso...?

– Necesito tiempo, comprender lo que siento por ti, asimilarlo, entender lo que tú sientes por mí y después considerar tener una relación afectiva. C-conocernos más, es que creo que eres mi primera amiga real y no quiero que mis sentimientos sean un simple enamoramiento pasajero.

— Yo... Sí, te entiendo, de hecho creo que sería bueno que yo hiciera lo mismo. Conocernos más nos ayudaría mucho.

(***)

Honeymaren y Elsa se reían juntas recordando sus primeras citas. Hace un año habían formalizado su relación. Honeymaren abrazó a la ojiazul, hundiendo su rostro en el pecho de su amada para evitar que se siguiera burlando de ella.

— Vamos, mírame a los ojos - le suplicó enternecida.

— Ya sabes que no puedo cuando me miras así...

— Ah, sí, mis ojos siempre han sido tu debilidad - se siguió riendo y la morena trato de callarla, pero no lo conseguía.

Elsa aprovecho un segundo de descuido para tomarla del rostro y darle un dulce beso en los labios.

— Ya sabes que a mí me gusta verte a los ojos - le dijo observando como su novia desviaba la mirada en otra dirección mientras sus mejillas se cubrían de rojo —. Vamos, hay que trabajar.

Se tomaron de la mano para dirigirse al bosque y comenzar sus propias labores. Tal vez si terminaban temprano podrían ir a divertirse juntas antes de dormir.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora