Extra • Tesoro

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— Estás haciendo un desastre - dijo Honeymaren con un tono de burla.

— Lo siento, es mi primera vez...

— ¿Trabajando? Se nota.

— Mi primera vez cabando un hoyo en la tierra - corrigió sintiéndose un poco ofendida. Aunque en realidad era verdad.

— Hace falta que aprendas tantas cosas... Déjame ayudarte - Honeymaren dejo su parte del trabajo a un lado y se acercó a Elsa —. Primero: así se toma la pala. Segundo: debes golpear el suelo así - clavó la pala en el suelo, pero al golpear sintió algo extraño.

— ¿Todo bien?

— Hay algo aquí - siguió golpeando el suelo con la pala para soltar la tierra y luego ambas se agacharon para cavar con sus propias manos. Encontraron un cofre sucio que estaba cerrado.

— Vaya, un tesoro - mencionó Elsa sacudiendo la tierra de sus manos.

— No puedo abrirlo - le entrego el cofre a Elsa y ella lo abrió usando sus poderes. Al abrirlo vieron que su contenido era un pergamino de papel en mal estado.

— Creo que es un mapa - explicó tomando con cuidado el papel y viéndolo desde diferentes ángulos para comprenderlo —. Creo que en Arendelle hay un cartógrafo que nos puede ayudar.

— ¿Deberíamos ir? Tenemos trabajo aquí todavía.

— Es tu decisión. Solo ten en cuenta que yo soy un asco trabajando.

— Ay... Vayamos a Arendelle.

(***)

— ¡¿Encontraron un mapa del tesoro?! ¡Eso es genial! - exclamó Olaf emocionado — Me pregunto a que clase de tesoro escondido nos conducirá.

— Por favor, que no sea una maldición o algo así - murmuró Kristoff.

— ¡Ya esta listo! Según este mapa en pésimas condiciones... La ubicación señalada es de un prado detrás de las montañas del norte, pero eso era hace años, actualmente es una zona boscosa totalmente cubierta de nieve - dijo el cartógrafo entregando el mapa —. Posiblemente los años hicieron que "el tesoro" se moviera de lugar o quedara demasiado hondo en el suelo para encontrarlo.

— ¡Aventura, aventura, aventura! - canturreo Olaf.

— Muchísimas gracias, Señor Jackson - Anna y sus amigos emprendieron el viaje hacía el dichoso tesoro. Hacía mucho frió y los árboles dificultaban la visión.

— Se supone que si damos unos pasos hacía aquí... Luego nos vamos hacía acá, después vamos para allá... Aquí debe estar el tesoro.

Kristoff bajó las palas y le dio una a Honeymaren.

— ¿Yo qué?

— ¿Crees que ellas saben usar una pala?

— Cierto

Elsa y Anna gruñeron. Elsa movió toda la nieve que pudo y después de algunas horas finalmente encontraron algo en la tierra.

Entre todos sacaron un gran cofre oscuro. Kristoff de limpio el sudor de la frente y golpeó el candado del cofre con la pala para abrirlo. Cuando lo abrieron se desilucionaron un poco.

— Solo hay telas muy viejas... Y olorosas - dijo Olaf quitándose la nariz de zanahoria.

— Algunas monedas de oro y joyas - señalo Elsa sin mucha emoción —. Tu paga de hoy - se las dio a Kristoff.

— Hay muchas cartas para una tal Lady Romina - mostró Anna.

— ¿Hay algo que valga la pena? - pregunto Honeymaren.

— Nope - Elsa vació el cofre completo y salvo a lo que ya habían encontrado no había nada más valioso. Para la tribu Northuldra las joyas y oro eran innecesarios, Elsa y Anna ya eran reinas con su propia fortuna, las telas eran feas, mal olientes y ni siquiera servían como trapo según Kristoff. Las cartas iban dirigidas a una persona que ni siquiera seguía viva.

— Bueno, esta búsqueda del tesoro fue divertida, pero tenemos que volver al bosque encantado - Honeymaren tomó la mano de Elsa. Se despidieron y cada uno tomó su camino a casa.

(***)

— ¡Hermana, descubrimos algo sobre el tesoro de la otra vez! - anuncio Anna cuando llego al bosque para ver a su hermana mayor.

— ¿Las monedas valían algo?

— Eh... No. De hecho hasta las joyas eran falsas, las telas de seda eran imitaciones también...

— ¿Todo era falso?

— Sí, pero resulta que la tal Romina era una duquesa que amaso su fortuna vendiendo productos falsos y pagando con dinero falso.

— Una estafadora

— Sí, quien le escribía las cartas era su proveedor. Él escondía la mercancía y le dejaba instrucciones escondidas a Romina para que nadie sospechara nada. Luego Romina murió antes de encontrar el último cargamento.

— ¿Y?

— Y ya.

– Ah, que interesante supongo. Como sea, la búsqueda del tesoro fue divertida aunque decepcionante.

— Eso es verdad.

— ¡Aún tenemos trabajo! - grito Honeymaren.

— Lo siento, Anna, pero estoy ocupada ahora mismo.

— Ay no... - murmuró Honeymaren. Del suelo sacó otro cofre de madera y se los mostró.

— ¿Quieres ir por otro tesoro? Quizá este sea mejor.

Las tres se decidieron por darle otra oportunidad a los tesoros escondidos. Buscaron a Kristoff y Olaf y emprendieron  un nuevo viaje.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora