Extra · Debate

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La cena de los Northuldras siempre estaba llena de risas y conversaciones divertidas. Fue extraño que Anna llegara antes del atardecer, más extraño aún que se quedará hasta después de media noche, pero Elsa no dijo nada al respecto, le agradaba que su hermanita la visitara de sorpresa. Aunque el encuentro entre Northuldras se hubiera terminado en el momento en que la comida se enfrió y todos en la tribu se fueran a dormir, el pequeño grupo de amigos permaneció junto al fuego alimentándolo mientras contaban historias de sus vidas. Kristoff contó la primera vez que conoció a las princesas, cuando eran niños y él las siguió por todo el bosque hasta topar con los Trolls. Mencionó que fue una maravillosa casualidad encontrar una familia que lo amaba después de seguir un camino de hielo y luego de años, toparse al amor de su vida decidido a seguirla para buscar a su hermana que resulto ser la reina de las nieves.

—¿Lo ves, Elsa? De alguna manera tú nos uniste, no puedes oponerte a nuestro matrimonio —le dijo Anna a su hermana mayor. Elsa bufó y asintió. Le alegraba que se haya topado con un hombre bueno que realmente la apreciaba, pero sus modales aún dejaban mucho que desear.

—Ya te di mi bendición de cualquier manera, igual Kristoff ya sabe lo que pasará si se le ocurre hacerte daño.

—¿Me congelarás?

—No, Anna te partiría la cara antes de que yo intervenga. Aunque si sigues vivo para entonces sí te congelaría.

La peliroja se rió. Kristoff se sintió un poco herido por eso. Aunque debía admitir que Elsa tenía razón. Ella podía ser la reina de la nieve y el hielo, pero el gancho derecho de Anna le parecía más aterrador que ser convertido en una paleta helada gigante.

—Bueno, sí, yo puedo cuidarme sola —agregó Anna cruzándose de brazos con altanería.

—De eso pude darme cuenta —mencionó Honeymaren —. Fuiste la primera en alzar un arma cuando nos conocimos.

Anna se ruborizo por eso, nunca había sido paciente y sus acciones lo confirmaban. Tal vez si en ese entonces no hubiera tenido a Elsa de su lado habría tomado un camino menos... Ofensivo.

—Ustedes salieron de la nada, debíamos defendernos.

—En esa parte estoy con Anna —dijo Elsa levantando la cabeza del hombro derecho de Honeymaren —. No debíamos tomar riesgos. Teníamos miedo.

—¿Te imaginas nosotros? Años encerrados sin poder salir y de pronto entran tres extraños con un reno y un muñeco de nieve que habla. No olvidemos que una tenía una espada y la otra podía convocar tormentas.

—Yo... Ya no voy a decir nada —la ojiazul ladeo su cuerpo al contrario de Honeymaren. La morena la atrajo de nuevo hacía ella y le dio un beso en la frente.

—Aw, son tan adorables —Anna sostuvo la mano de Kristoff —. Bueno, les quería entregar en persona la invitación a nuestra boda.

Anna sacó de su bolsa un sobre escrito a mano por ella misma. Kristoff la miró con los ojos brillantes, él había deseado que ese día llegará desde que reconoció sus sentimientos por Anna, saber que en pocas semanas todos sus anhelos se harían realidad hizo que una sonrisa se escapara de sus labios.

—Muchas gracias —Elsa recibió el sobre y lo miró unos minutos —. Seguro vas a necesitar que te ayude con tu trabajo cuando inicies tu luna de miel.

—Nah, ya nos divertimos bastante—mencionó Anna restándole importancia. Elsa tardó un minuto en darse cuenta de lo que Anna dijo. Primero frunció el ceño confundida, después algo hizo click en su cerebro y reaccionó en un grito.

—¿Ustedes qué? —la mayor ardía de rabia en el interior.

—¿Uh? Ay, Elsa, por favor, no me digas que vives en el siglo pasado —Anna se lo tomó como una broma, pero la expresión de Elsa dejaba en claro que no estaba jugando.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora