Extra · I won't say i'm in love

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Elsa caminó con tranquilidad hasta Honeymaren. Ambas se saludaron con naturalidad, Elsa logró controlar sus nervios lo suficiente para mirarla a los ojos sin congelarse.

—Em... Olaf armó una obra de teatro con sus compañeritos de clase. Pensé que como Olaf y tú se llevan tan bien, te gustaría ir a verlo... Me refiero a verlo conmigo. Él me invito, creí que querrías acompañarme... Lo estoy diciendo mal. ¿Te gustaría ir conmigo a ver la obra?

—Umh... —a Honeymaren le pareció adorable la manera en que Elsa trataba de corregirse por nada. Ni siquiera disimulo la sonrisa de sus labios —. Sí, me gustaría ir.

Observó cómo la mirada celeste de su compañera se iluminaba y sus mejillas se tornaban de un sutil rosado.

—La obra es esta noche. Te vendré a recoger al atardecer ¿está bien?

—Es perfecto.

Elsa se marchó levantando ambos pulgares. Honeymaren se dio la vuelta para seguir trabajando.

Esa noche, después de que la obra termino, Elsa y Honeymaren salieron juntas. Olaf las encontró y corrió para abrazarlas, sujetando a ambas por las rodillas por su estatura.

—¡¿Me vieron?! ¿Qué tal lo hice? —alzó la cabeza con la mirada llena de ilusión.

—Lo hiciste genial. Eres un gran actor —comentó Elsa acariciando la parte de atrás de la cabeza de Olaf.

—Sí, fue increíble —Honeymaren lo felicitó agachándose para abrazarlo completo.

—Gracias —hizo una reverencia —. Bueno, gracias a ambas por venir —Olaf escuchó cómo sus demás compañeros actores lo llamaban para jugar y él se despidió.

—Es muy lindo —mencionó Honeymaren y se giró hacía Elsa que asintió con la cabeza. La luna creciente fue escondida por las nubes grisáceas, los puestos de la calle comenzaron a cerrar y la mayoría apagó sus velas.

—Es bastante tarde —Elsa sacudió con un codazo a Honeymaren —. Creo ya deberíamos irnos.

—Sí, tienes razón.

Ambas tomaron camino hacía el bosque. El canto de los grillos las tranquilizó cuando cruzaron el sendero hasta el norte. Las bromas y charlas durante la caminata hizo el viaje ameno, antes de cruzar la frontera entre Arendelle y el bosque encantado, Elsa se agachó y arrancó una flor del suelo.

—Mira lo que encontré —le dijo a Honeymaren.

—Wow, comenzaron a florecer muy pronto —mencionó la morena. Era una flor lila de pétalos largos y ovalados, el centro era de un profundo purpura con puntos amarillos y hojas cortas casi redondas. A Honeymaren le fascinaba cuando el bosque florecía con aquellas flores.

Elsa se la entregó y sus dedos se tocaron solo por un instante.

—Conservala, parecen gustarte mucho.

—Sí, estás flores... Son especiales para mí. Mi madre me decía que solo florecían fuera de la niebla del bosque. Ella hacía muchos dibujos para enseñármelas. Verlas es persona era uno de mis deseos más grandes cuando estábamos encerrados —admitió en un suspiro.

—¿Sabes? Conozco un jardín donde cultivan cientos de flores hermosas que solo crecen en lugares extraños. Si quieres puedo llevarte ahí algún día.

Honeymaren sonrió ante la idea.

—Sí, eso me gustaría.

Regresaron al camino. Honeymaren caminó hasta su hogar cuando Elsa se despidió de ella para ir a Ahtohallan. Aún con la flor en sus manos, Honeymaren suspiró y sostuvo la flor contra su pecho con una sonrisa ensoñadora.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora