Extra · Sola

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Las fiestas de medio año en Northuldra eran una de las celebraciones más esperadas de la tribu, toda la tribu ayudaba de alguna manera con una parte de la celebración. Honeymaren y otras tres personas fueron asignadas a decorar el bosque con cinturones de flores tejidos a mano, además de pintar el tronco de los árboles para delimitar la zona de celebración. Aunque la mañana era tranquila, el grupo comenzó una discusión y Honeymaren exclamó que ella sola podía hacer el trabajo y evitarse problemas ridículos. Sus compañeros se molestaron y le dejaron todas sus tareas, entonces Yelena decidió encargarle todos los preparativos de las fiesta como castigo.

—Tienes que aprender la lección, Honey. Tú te metiste sola en esto. —Elsa se burló.

—Puff, ni a mi madre le permito hablarme así –respondió Honeymaren —. No te necesito ni a nadie.

Continuó tejiendo las guirnaldas de flores para colgarlas en las ramas de los árboles.

—Eso lo dejaste muy claro —volvió a reír —¿Cómo planeas arreglar todo el bosque en tres días sin ayuda?

—Una ventaja natural que tengo es que lo que diez hombres hacen en un día yo lo puedo hacer en una hora —mencionó alzando la barbilla. Elsa no podía negar que su fuerza y resistencia fuera mayor a la de cualquier hombre que conociera, pero Honeymaren realmente se estaba sobreestimando.

—Solo espero que no te vuelvas loca cuando sea la luna llena. El tiempo te alcanzará y te caerá encima.

—Para nada.

—¡Ey, aléjate de ella, Honeymaren debe trabajar sola y tú la distraes o la ayudas a hacer trampa! —les gritó Yelena desde la colina.

—No necesito hacer trampa, ya hice la mitad de todo el trabajo —mintió, pero confiaba en que para la tarde ya tendría todo el bosque cubierto.

—Estas niñas de hoy en día, creen que pueden hacer todo en un día —murmuró Yelena volviendo a sus propios deberes.

—Ya que no necesitas ayuda y Yelena no me quiere cerca de ti, iré a dar un paseo con Nokk.

—Claro, estaré contigo en la cena.

Elsa dudó sobre aquello, pero ya no le tomó mayor importancia y se marchó. Sorprendentemente, acabó sus deberes del día y logró estar en la cena a tiempo, aunque la mayor parte de la tribu solo la miró mal.

—Te dije que terminaría a tiempo, mañana me encargaré de recolectar los materiales —dijo tocando el hombro de Elsa. La ojiazul se mostró un poco incómoda.

—Ya que no aprendiste la lección, Yelena decidió que hoy no comes.

—¿Eh?

—Si no necesitas ayuda para un evento tan importante como las fiestas de verano, entonces tampoco necesitas ayuda para preparar tu propia cena —le replicó Yelena.

—Okay, están exagerando —exclamó.

—Hasta que aprendas a trabajar en equipo, estás tú sola. Nadie de la tribu ni los espíritus van ayudarte para absolutamente nada.

Honeymaren apretó la mandíbula y acepto. Ella no iba a ceder.

—Esta bien, puedo yo sola.

—Eso incluye a tu noviecita —Yelena atrajo a Elsa tomándola del brazo y apartándola de Honeymaren tan lejos fuera posible.

—¿No es un poco exagerado Yelena? —cuestionó Elsa.

—Nope, ella necesita aprender.

Apartadas la una de la otra, Honeymaren continuó firme. Al día siguiente decidió recolectar los materiales para la ceremonia. La miel no fue difícil, encontrar las piedras necesarias tampoco, ni siquiera le tomó trabajo cazar los animales para la cena del festival. Lo difícil era que debía cocinar ella sola las ofrendas, preparar la mesa de la ceremonia y terminar de colgar las guirnaldas, además de hacer los ramos de flores para recibir el verano. Tenía dos días, no debía ser algo pesado, pero ¡las manos le dolían! Preparar los arreglos florales, escalar montañas y lidiar con abejas la habían dejado en peores condiciones de las que creyó.

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora