Capítulo 45

600 41 6
                                    

VALYRIA

El baile organizado por la reina tenía fines desconocidos pero no le faltaba ni una pizca de personalidad. Era ordenado, lujoso, con muy buen gusto y sin duda alguna con una anfitriona que no dejaba detalle al azar a pesar de contar con sus dos gemelas. Aunque el plus que ella tenía era al hada que las acompañaba en situación de niñera a pesar de estar haciéndose pasar por cualquier otro niño de su edad, aunque... sofoqué una risa, con esa actitud de inmortal hastiado que analizaba todo a su paso era difícil de creer. Creí a lo lejos escucharlo proferir una exclamación mientras una de las princesas corría directamente al peligro. Parecía tener mucho trabajo.

Me subí un poco más los guantes largos mirando hacia abajo mi vestido flojo que aún así no disimulaba para nada el abdomen abultado que llevaba, con cada día que pasaba no dejaba de pensar que sería una ironía tener que parir un niño que no era mío. Ah, pero me divertí mucho en estas semanas haciéndole la vida imposible a Kelian Dragomir. Fácilmente lo hacía traerme unos cinco antojos al día y algunos ni siquiera eran antojos. Me reí recordando lo último que se me ocurrió.

"Se me antoja una manzana recién cortada"

"Iré a comprarte una"

"Dije recién...cortada" 

"No sabe diferente, bruja"

"Oh, yo sabré lo que es diferente o no, la quiero recién cortada del bosque espiritual de las hadas, ellos tienes las mejores"

"No seguiré con tus malditos caprichos"

"Claro, no tienes porque, después de todo, yo tampoco tengo porque seguir manteniendo a raya mis ganas de lanzar maldiciones a niños recién nacidos cuando recupere mi cuerpo"

Y obtuve una manzana recién cortada del árbol espiritual de las hadas, y Kelian... obtuvo un buen masaje de entrañas con las espadas que le atravesaron las hadas guardianas del bosque. Aunque en realidad lo de la manzana si fue cosa del mocoso. Kelian pasó a mi lado todavía molesto por eso, ignorándome. Sonreí de buen humor.

- Me alegra ver que estas feliz, mi querida sobrina.- La reina, Idara me sonrió entregándome una copa con un líquido sospechoso. La tomé sin sospechar ni por un segundo, era Idara después de todo, no la creía capaz de hacer daño a las personas que más amaba.

Le sonreí, claramente ella sabia que yo no era su sobrina pero de igual manera  continuaba con el juego. Eran demasiados presentes escuchando.

- Y a mí me alegra que todo esté yendo bien, tía, aunque me gustaría saber el motivo de tan esplendoroso baile.- Ya que, en medio de una guerra y conociendo a Idara, era claro que no se trataba solo de entretenimiento. La reina sonrió y señaló mi copa.

- Es una bebida que ayuda a calmar las náuseas, te vi teniendo problemas hace unos momentos cuando te acercaste a la mesa de aperitivos.- me lanzó una mirada divertida.- Quiero pedirte disculpas por los... inconvenientes que te hice pasar.

Coloqué una mano en mi abdomen entendiendo la ironía que parecía divertirle tanto y además de sus obvios intentos por no responder mi pregunta, decidí dejarlo pasar.

- ¿Sabes? Hace unos años escuché un extraño rumor.- comentó mirando algo detrás de mi.- Algo sobre un amorío de cierta bruja con un vampiro del ejército. Me temo que comenzarán de nuevo.

Mire disimuladamente hacia donde la reina apuntaba su atención encontrando a Idara en mi cuerpo teniendo una buena charla con cierto vampiro que parecía ser su escolta, Oliver. Sonreí.

-Ah, ¿Ese pequeño detalle? En aquellos tiempos me centre más en entrenar al pequeño vampiro para que sobreviviera, se le veía aterrorizado y abogué para que saliera de la esclavitud una vez terminada la guerra. Me lo encontré justo después de aquella pérdida y... bueno, necesitaba poner mi cabeza en orden. No había otro motivo más que mis cinco minutos de buena samaritana.- Suspiré.- Pero igual los rumores se hicieron sonar, aparte el chico merece que le devuelvan su estatus, ya han pasado varios años y ha demostrado su valía ¿No lo crees?

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora