Capítulo 2

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VALYRIA

El primer día de nuestro matrimonio nunca podré olvidarlo.

Llegamos a... ¿Wesland? Y entonces me encontré románticamente en el campo de batalla como luna de miel.

El vejestorio que tenía como marido se había guardado sus palabras para él en todo el trayecto, lo que, por supuesto, lo había hecho más incómodo.

Tomé mi maleta con un solo brazo y me baje del automóvil todo terreno azotando la puerta de paso.

Esperé una queja por parte del vampiro... Pero no llegó, pasó a mi lado arrebatándome la maleta de la mano y llevándola él dentro del campamento lleno de vampiros, los cuales, giraron de inmediato la cabeza al percibir mi olor e identificarme como una mestiza, hice todo lo posible por no encogerme al caminar frente a ellos.

El aire a mi alrededor era helado y la zona donde habían asentado el campamento era más bien montañosa llena de árboles un poco demasiado altos para mí gusto, ya que, dejaban el lugar casi en completa oscuridad, ideal para ellos, pero a mí naturaleza le hacía mal, me ponía en sentido de alerta total y odiaba sentirme en peligro, a la espera de un ataque.

Maxell nos dirigió al interior de la tienda más amplia e imponente, imaginaba que era la suya y al entrar me quedé de piedra ante lo acogedor del lugar... Con un toque obviamente femenino.

Me coloqué a su lado una vez se detuvo y observé la escena frente a mi con una sorpresa no muy disimulada.

Primero había un espacio de estar donde se encontraban cinco desconocidos mirándome fijamente.

Lo primero que mis ojos captaron fue la visión de izquierda a derecha, donde primero estaba un chico tecleando en una computadora portátil con una rapidez sorprendente, su cabello pelirrojo y sus pecas le hacían ver más joven, él había dejado de teclear y la pluma que oscilaba entre sus labios había caído sobre el teclado. La segunda persona que vi, fue a un hombre como de treinta y tantos años que podía jurar olía solamente a humano,  de cabello negro y muy ondulado que había dejado las pesas en el suelo para verme. La tercera persona era un joven también de cabello oscuro que había dejado de afilar las flechas sobre su regazo y ladeó la cabeza en mi dirección con el inicio de una sonrisa. La cuarta persona era un hombre que lucía en sus veinte años con cabello color rubio arenoso, con más aspecto de surfista que de militar que no dejó de jugar con las dagas sobre sus manos incluso después de verme, le dirigió una mirada interrogante a Maxell y luego me volvió a ver al percatarse ignorado por el hombre a mi lado. La última persona era una mujer que también parecía estar en la flor de su juventud de color rubio trigo y rostro de angel que tenía puesto un mandil rosa y sostenía un plato enorme lleno de comida, ella sonreía abiertamente... No en mi dirección, si no que miraba a mi lado.

Entonces, él hombre a mi lado por fin abrió la boca.

- Les presento a la nueva adición al equipo, su nombre es Valyria, se integrará como aprendiz.- Se giró hacia mi.- Este es el equipo de fuerzas especiales.- Señaló al pelirrojo.- Evan.- Al humano.- Rossier.- Al de las flechas.- Arturo.- Al rubio.- Xenov.- Cuando llegó a la rubia se detuvo por un momento antes de mencionarla.- Perséfone. Ella es la líder y tu superior inmediato.

Ella amplió su sonrisa y dejó la bandeja de comida sobre la cabeza del rubio sin preocuparle en lo más mínimo dejar atrás a su camarada haciendo malabares para que está no se cayera y terminará bañándolo en comida.

- Maxell. Estás de vuelta.- Ella lo saludó cálidamente echándole los brazos al cuello y abrazándolo rápida pero muy expresivamente.

Maxell solo se quedó quieto hasta que ella se separó, sin embargo, cuando ella se alejó el le regaló una expresión de amabilidad que casi me ponía a rechinar los dientes.

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora