Capítulo 49

247 34 4
                                    

VALYRIA

- Uy, reconozco esa cara.- Idara estaba sentada en la mesa de jardín, observando a la nada con una taza humeante entre sus manos, su abdomen abultado ya parecía a punto de explotar.

- ¿Cuál cara? - Me preguntó.

Me senté a su lado y le sonreí.

- Esa que dice que estás a un pelo de pedir tu divorcio.- Me encogí de hombros, un sirviente se me acercó con una taza de té que le había pedido con anterioridad, la tomé agradeciéndole, amaba la calidez entre mis manos. Tener a la reina del hielo en los alrededores mantenía un ambiente muy frío.

Idara suspiró.

- Tu lo sabías. - Murmuró.

Asentí.

- Era una verdad demasiado cruda como para decirla. Te correspondía encontrarla.

- Lo sé. Solo que ahora no sé qué hacer con todo este odio y el amor que se interponen al mismo tiempo en mi corazón. No estoy preparada para elegir entre perdonar o vengarme.

- Podrías solo alejarte.- Me encogí de hombros.- Huir de todo.

- No creo que sea mi estilo.- Contestó.- Ahora siento que pertenezco a este mundo. La cazadora que alguna vez fui... Murió el día de la subasta. Ahora estoy tratando de encontrar que fue lo que quedó de esa chica.- Colocó una de sus manos en su abdomen, una lágrima brilló en su mejilla.- Ni siquiera sé si esos pedazos podrán asumir el nuevo rol de madre.

- Podrás hacerlo.- Le dije.- Esa chica que fue una cazadora ya no está aquí, pero hay algo en tu nueva identidad como duquesa, como la princesa de este reino que jamás soltó esa fuerza que tiene eso.- Señalé su corazón.- Solo date tiempo para sanar.

- Si.- Idara sonrió.- Todo... - Ella se interrumpió con un gesto de dolor sobre su corazón.

- ¿Qué sucede? - Me preocupé.

- Kelian... Él...

- Apreciaría un poco de ayuda aquí.- la voz de Maxell llegó desde nuestra espalda, cargaba a un inconsciente Kelian Dragomir, había algo mal a simple vista, se veía gris y sus venas eran negras.

- Llamaré por ayuda.- Me di vuelta para correr en dirección del castillo cuando aparecieron el rey de los vampiros y la reina de las hadas.

¿Cómo llegaron tan rápido?

- Dámelo.- Lucius recibió el cuerpo y se apresuró dentro con la reina siguiéndolo de cerca, colocando sus manos sobre el cuerpo del vampiro inconsciente, comenzaba a congelarlo. Idara no tardó mucho en reaccionar e ir detrás visiblemente preocupada.

- Genial.- Murmuré.- Otro desafortunado que te acompaña y regresa medio muerto, como siempre, provocando la muerte a dónde quiera que vas.- Le ataque con ironía.

Maxell apretó su mandíbula y comenzó a caminar en dirección al castillo.

Me mordí el labio con frustración.

Realmente era una idiota. Había arruinado todo y mi única manera de afrontarlo y provocarle el mismo dolor que me había estado acechando era atacandolo, pero ya no podía seguir así.

Lo seguí y lo detuve hasta que doblo en un pasillo colocándole la mano en su hombro.

- ¿Qué quieres Valyria? ¿Que es lo que esperas?

Apreté mis dientes.

- Lo siento, ¿Está bien? Yo lo arruiné, fue culpa mía no haberte dicho que estaba embarazada, también fue culpa mía que perdieras gran parte de tu poder y sobre todo haber perdido a nuestro hijo... Pero ya no puedo.- Lo agarré del pecho fuertemente.- Ya no puedo seguir soportando como simplemente me tomas como un saco de carne que existe y no significa nada para ti. Sé que si yo muriera por las Kisas solo enterrarias mi cuerpo y ya, pero quiero ser algo más. Yo te amo Maxell, te amo tanto que me duele.- Lo incliné a mi altura, aunque sentí su resistencia hacia mí.- Por favor dime qué al menos sientes algo.- Y lo besé, lo besé con toda la desesperación que había sentido en los últimos meses, sabiendo que seguramente saldría muy lastimada por haberme enamorado de este hombre tan frío y roto. Maxell me sostuvo por la cintura y trató de separarse pero me aferré más a él hasta que sentí que su guardia bajo y ahora me atraía a él. Me levantó en sus brazos y me llevó a su habitación. Cuando sentí las sábanas en mi espalda, mi ropa ser arrancada y su repentina hambre por mí, sabía que estaba dispuesta a aceptarlo todo y que mi corazón estaba completamente hundido y perdido por él.

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora