Capítulo 11

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IDARA

No pude entrar libremente por el palacio, así que, después de considerarlo internamente por unos momentos, decidí que llegaría a través del balcón por la gran ventana que parecía esperarme.

Escalé sintiendo la adrenalina crecer al ser conciente de que el cielo ya estaba completamente oscuro y las estrellas con su luz tenue me saludaban con la premonición de que no pasaría mucho tiempo antes de ver a los hermanos Dragomir.

El solo pensar en ellos me motivó más a lanzarme a través de la fría y rugosa pared escalando con mis habilidades como caza vampiros y mi genética a favor lo que llevó una intrusión limpia al tercer intento, hice el mínimo ruido y una vez estuve en el balcón sentí como mi cabello era barrido por el gélido viento, tragué con nerviosismo y terminé de abrir la gran ventana esperando en parte encontrarme con la reina ya esperándome, prevenida por sus instintos mucho más desarrollados que los míos.

Di un paso y después otro dentro, empujando con suavidad la cortina ondulante.

Y me encontré con una gran sorpresa.

Frente a mi, estaba una menuda chica alrededor de sus veinte años de edad que se veía extrañamente frágil, observando algún punto de la habitación como si sólo su cuerpo estuviera ahí y sin embargo su mente ya no. Seguí caminando con mi cuerpo en tensión, en la espera de que ella se diera bruscamente la vuelta y me atacara, por un momento me pregunté si me había equivocado de habitación, pero aún así no podía simplemente irme.

Si me equivocaba entonces solo asesinaría a un vampiro más, así que solo me quedaba tomar el riesgo.

Puse la punta de la estaca en su cuello.

- ¿La inoportuno, majestad?.- Mi voz salió más segura de lo que mis temblorosas piernas demostraban.

La reina de pronto me miró, saliendo de su estupor y sus ojos se abrieron unos milímetros más, en muda sorpresa, su mirada analizó mi expresión, seguramente percatándose de cada una de mis emociones y después su mirada se detuvo en mi cuello, donde el collar se encontraba.

El collar que ni siquiera los hermanos Dragomir podrían alejar de mi.

La reina mantuvo su rostro inexpresivo poniéndome sumamente nerviosa, traté de no dejarme avasallar y mantenerme firme, aunque me alarmé al ver como sus ojos se nublaban.

De pronto, recordé las palabras de uno de mis maestros en una de mis clases acerca de los vampiros y sus vínculos enfermizos. "Los vampiros vinculados se comunican telepáticamente y la señal visible de esto es ver como sus ojos se nublan, si ven algo así, no duden en cortarles la cabeza e irse antes de que llegue su pareja".

Aumenté la presión en su cuello.

- Ni lo intentes.- La reina no contestó a mis palabras y en cambio retrocedió ligeramente, evitando la punta de la estaca, percibí un hilo muy delgado de sangre correr a través de su cuello.

- ¿Cuantos años tienes?.- Su voz era tranquila, como si simplemente estuviera reuniéndose con una conocida en vez de ser amenazada por una estaca. La miré desconcertada, sintiendo la ira crecer ante su actitud despreocupada.

Así eran todos los vampiros, viendo a los humanos como si fueran inferiores, como un simple insecto por el que podrían pasar por encima y aplastar.

- Te voy a matar.- empuje de nuevo la estaca contra su cuello, sintiendo como la punta perforaba su piel, la vi apretar ligeramente su mandíbula. ¿Duele, no es así, vampira?.- ¿Y me preguntas mi edad?.- Era la primera vez que amenazaba así a una vampiresa y sus palabras solo aumentaban mi furia conforme pasaba el tiempo.

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora