Capítulo 36

348 35 14
                                    

VALYRIA

- El plan es una mierda.- Me puse enojada la chaqueta y tomé con molestia mi espada enfundada.

Básicamente mi único papel iba a consistir en deshacerme de algunas Kisas en las afueras de la propiedad de los metamorfos junto a la retaguardia de tarados niñatos  que casi no participarían en el enfrentamiento.

Incluso la reina tendría un puesto más activo, siendo ella quien estaría al frente para ofrecer de carnada, ya que, nadie mejor que la reina de los vampiros para concentrar toda la fuerza de las Kisas en un solo lugar. Maxell también estaría ahí, siendo la principal fuerza de resistencia.

Dereck estaría junto a ellos y su pareja estaría conmigo cuidando a los niños.

- ¿Soy la única que piensa que me has tendido una trampa a propósito para no estar sola mientras todos hacen caer el cuartel de las Kisas?.- Me confronté con la esposa de Dereck, quien solo me lanzó una sonrisa irónica.

- Bueno, yo solo pensaba protegerte a ti y a tu secreto...- Abrí los ojos con sorpresa por el hecho de que ella se había dado cuenta cuando yo me había esforzado tanto por ocultarlo.

- ¿De qué secreto estamos hablando?.- Maxell entró en la sala y yo inmediatamente le lancé una mirada fulminante a Mavis, advirtiéndole sobre no decir nada. 

Mavis sacudió su cabeza en su dirección y le ofreció una sonrisa.

- Realmente nada importante, ¿Qué se le ofrece al venir hasta aquí, general? Están a punto de partir, ¿No es así?

Maxell entornó los ojos en mi dirección y yo me hice la loca, todavía sensible por lo que había dicho el día anterior. Controlé mis ganas de llorar y hacer algún berrinche en este momento.

- Venía a cambiar un poco los planes, considero que uno de mis soldados de confianza sería mejor para custodiar los alrededores.- Me miró directamente a los ojos.- Valyria estará junto al grupo que plantará los explosivos.

Abrí la boca en actitud protectiva de inmediato, pero me callé pensándolo mejor y asentí.

- Si, señor.- Maxell asintió ante mi respuesta y luego se marchó sin más.

Mavis sacudió su cabeza.

- ¿Así de estúpidas son todas las brujas enamoradas?.- Preguntó.

Sonreí.

- Tal vez.

- ¿Por qué no le has dicho nada?.- Me preguntó señalando a mi abdomen.- A juzgar por como lo veo ya tienes unos tres meses pero en vez de retirarte de la guerra, sigues participando activamente y no le has dicho nada al padre a juzgar por su comportamiento hacía ti.

Sacudí la cabeza sintiendo las malditas lagrimas emerger. No podía parar de estar sensible desde que me enteré de que estaba embarazada. Ciertamente tenía unos tres meses y medio, apenas comenzaba a abultarse mi vientre, pero siempre le echaba la culpa al entrenamiento, aludiendo que eran músculos. Hasta que Persefone harta de que su comida siempre me diera nauseas, me llevó a por una prueba de embarazo.

Pero no podía decirle a Maxell porque tenía miedo a su reacción, ¿Me obligaría a abortar?, ¿O simplemente se encogería de hombros y pretendería que no existe?

De igual manera aunque Persefone hizo de todo para disminuir el entrenamiento, no se lo permití, porque necesitaba seguir fuerte para sobrevivir a la guerra. Maxell nunca me ha dejado de repetir que no era el príncipe azul que salvaba a la doncella en apuros. Ayer me lo demostró de nuevo y aunque sobrevivimos los dos, a partir de ese momento en que toda mi energía explotó, no solo había sido la mía, ya que yo también le había quitado parte de su magia al pequeño ser que crecía dentro de mi. 

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora