Capítulo 18

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VALYRIA

Me bajé del todo terreno y observé con tranquilidad las escaleras de aspecto antigüo con un toque de modernidad que conducían a la entrada del palacio de los vampiros.

En la entrada donde ya se encontraba la reina, esperando.

El rey fue el primero en subir las escaleras y cruzar unas breves palabras con ella, asintiendo, ella formó una pequeña sonrisa antes de dirigir su atención hacia nosotros.

- General.- Lo saludó formalmente.- Valyria.- Mi nombre salió considerablemente más cálido de sus labios.

Sonreí un poco en su dirección, por más que quisiera había algo que me impedía odiarla.

Los cuatro entramos y fuimos conducidos por ambos hombres a través de largos pasillos. Así se había decidido, pasando de largo por las consideraciones como merendar o tomar el té, según Maxell, eran "ridiculeces". Yo no tenía la culpa de que el vampiro malhumorado no tuviera apetito, en cambio, yo me moría de hambre pero me aguanté las ganas de gruñir en su dirección y los seguí. La reina igualó su paso al mío y así terminamos caminando una al lado de la otra.

- ¿Como te encuentras?.- Preguntó en voz baja.

Esbocé una sonrisa un tanto cínica.

- Podría estar mejor.- como por ejemplo en mi casa, con un libro en mano y una manta en mis piernas, en vez de un arma y un hambre atroz.

Ella hizo una mueca.

Seguimos caminando en silencio hasta que finalmente llegamos a un par de puertas dobles, Lucius las abrió de par en par y nos permitió la entrada.

Sabía que era una biblioteca desde que lo primero que mis ojos vieron fue las estanterías llenas y llenas de libros, era imposible no ser lo primero que se registrara en mis globos oculares cuando abarcaban una gran parte del espacio, tanto, que las paredes pintadas de colores claros eran casi imposibles de discernir. En el centro estaban algunos sillones acomodados de manera elegante y estratégica para que la persona que quisiera tumbarse a leer tuviera la mayor comodidad posible, para una ávida lectora como yo, era simplemente el paraíso.

Ahogué una exclamación, pero no fue suficiente ya que la reina me miró con expresión divertida.

- Lo sé, la primera vez siempre es impresionante.- Levantó la vista donde había un segundo piso de la biblioteca y escaleras en forma de caracol para acceder a los libros en la parte más alta.

Realmente envidiaba su biblioteca.

- Es impresionante. ¿Cuantos libros ha leído?.- decidí mantener un tono formal, pero moría de la curiosidad.

- Tuteame, por favor. Después de todo, me has salvado la vida.- Su actitud era ligera y me transmitía calidez, algo que era muy interesante considerando que ella era una vampira. Hizo un gestó a su alrededor.- Si soy sincera... Muy pocos.

Mi cara seguro era un poema, así que la reina se apresuró a explicar.

- Está biblioteca contiene libros realmente viejos, en idiomas muertos o demasiado arcaicos como para poder entenderlos, son más que nada una reliquia.

Miré a Maxell.

- Una reliquia que puede leer reliquias.- susurré, sabía que él escucharía y a juzgar por como lo ví tensar los hombros, supe que mi pequeña broma había dado en el blanco. Jamás me cansaría de remarcar nuestra diferencia de edad.

Sentí una mirada a mi lado y me incliné para encontrarme a Ivyridiana Arscorth reteniendo una discreta risa en su expresión.

Uhh, a veces simplemente olvidaba que estaba rodeada de vampiros.

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora