Capítulo 48

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Idara

Parecía que una tormenta había caído sobre los jardines exteriores.

Árboles derribados y agua por todas partes. Suspiré evitando las ramas y me senté en la parte que parecía estar más seca de un banco de piedra.

Se sentía extraño estar de vuelta en mi cuerpo... Y ahora que lo recordaba todo, también se sentía extraño estar en mi propia mente.

Cerré los ojos y levanté mi cabeza dejando que el viento helado me aclarara el lío de emociones que llevaba por dentro.

Sentí un cuerpo sentarse a mi lado, respiré su masculino y característico aroma que me recordaba al olor del chocolate oscuro.

- Sebastián.- Bajé la cabeza y abrí mis ojos permitiendome ver su cabellera pelirroja y sus ojos de un tenue color verde con tonalidades grises. Sebastián Dragomir se ajustó la montura de sus lentes y me sonrió cálidamente.

- ¿Cómo estás, hermanita? - Me preguntó sin segundas intenciones. Y la pregunta en sí sonó tan natural, como algo cotidiano y es que lo era para él. Yo era la única que parecía suspendida entre el pasado y el presente.

Sonreí con tristeza. En esto quedó lo que pudo haber sido de nosotros: en una relación fraternal... Podría haber reído si no sonará tan estúpido.

- ¿Por qué no me lo dijiste? - Le pregunté. Sebastian ladeó su cabeza, confundido.

- ¿Decirte qué? - Cuestionó.

- Mmm, no lo sé.- Suspiré.- Podrías haber empezado sobre Kelian Dragomir borrando mis memorias y reemplazando toda mi vida por mentiras.

Sebastian se me quedó viendo intensamente por unos segundos, procesando la revelación que acaba de hacerle. Luego emitió un largo y tembloroso suspiro.

- ¿Sabes? Una parte de mi siempre esperó que llegara este momento antes de que fuera demasiado tarde...- Me tomó de las manos y las acunó con ligereza entre las suyas.- Solo que tardé en comprender que hacía tiempo había perdido contra Kelian.

- ¿Soy algún tipo de trofeo? ¿Solo me voy hacia donde ustedes decidan? - Liberé mis manos de él.- ¿Tienes idea de lo que supone que mi último recuerdo dónde soy yo misma fue esperando una vida a tu lado, amándote,... y de repente, despierto, años después con los recuerdos de una marioneta embarazada de su captor? - Me llevé las manos a la cabeza con frustración.- Creo que ahora sí estoy por volverme loca.

Mi vida era una completa locura.

¿Qué parte de todo lo que estaba en mi mente era real?

¿Todos los años que viví bajo las mentiras de Kelian Dragomir solo estaban por irse a la basura?

¿Y qué pasaría con este niño?

¿Qué se supone debía de sentir?

Mis emociones eran tan confusas que ni siquiera podía articular alguna expresión: miedo, ira, asco, temor y felicidad al mismo tiempo, todo me desesperaba.

Kelian... Su nombre me provocaba asco y al mismo tiempo sentí algo más, un sentimiento cálido que me daba miedo tratar de entender.

Me aruñé a mi misma los antebrazos.

💙💙💙

- ¿Qué estás haciendo? - pregunté, asomándome sobre la espalda de Kelian. Tenía curiosidad sobre lo que estaba haciendo con tanta concentración. Kelian me impidió ver, esquivando todos mis intentos por conseguir atisbar aunque solo fuera un poco.

- No estés de curiosa.- Murmuró en un tono bajo, que no era frío pero tenía la típica tonalidad elegante que siempre emanaba de él.

- Pero quiero ver.- Recargué mi cabeza en su espalda.

Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora