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Hope.

- Me encanta tu sonrisa.

Fernando solo lograba hacerme sonrojar y que no pudiera dominar los temblores de la emoción que sentía por dentro de que el chico más lindo de la facultad de medicina estuviera aquí conmigo, en una cita.

- Gracias. – conteste tímida.

- Y cuéntame de ti... – sonrió esperando que algo interesante le dijera.

- ¿Cómo qué? – pregunte tomando un sorbo de aquel jugo que había pedido.

- No sé, que te gusta hacer en tus tiempos libres, si tienes novio...

- Deberías de haber preguntado eso desde un principio.

Ambos reímos, era agradable estar con él.

- Pensé que andabas con ese chico.

Fruncí el ceño confundida, no sabía de quien hablaba tenía un montón de amigos varones.

- ¿Por quién lo dices?

- Por el que te fuiste aquella noche, no recuerdo el nombre.

- Juan Pablo. – dije rápidamente.

- Si, ese mismo. – hablo rápidamente - ¿Son algo?

- No. – negué – Solo somos...

Me quede en silencio unos minutos, ¿Qué éramos? ¿Amigos?, ¿compañeros?, ¿conocidos? La pregunta del millón era esa: ¿Qué éramos? Era mi enemigo, pero a la vez era algo que no lograba descifrar aún. Algo extraño pero agradable que solo hacía que quisiera escapar, porque sentir algo por el en mi mundo estaba mal.

- ¿son? – espero ansioso la respuesta.

- Estamos en el mismo grupo de amigos. – moví mis hombros como si nada, Villa solo tenía que tener ese papel en mi vida y nada más.

- Genial... – sonrió – entonces no te molestara que haga esto.

¿Qué era lo que haría? Pero que idiota me sentí cuando vi su rostro acercarse a mí y sentir su respiración sobre mi piel. Algo extraño comencé a sentir, no era esa sensación de nerviosismo y de ansiedad de querer besarlo como tenía con Villa, ¿Qué me sucedía?

- ¡Esperanza!

Abrí mis ojos sorprendía frente a la voz de mi padre. Alce mi vista hacia él, mostraba en su rostro aquel enojo característico de que lo que veía no le gustaba para nada. Rápidamente me levante de mi asiento y Fernando me imito.

- ¡Papa! – trague saliva nerviosa.

- Señor Lee... – sonrió Mendes – Soy Fernando Mendes. – estiro su mano en saludo.

Mi padre solo lo observo con su aire de superioridad, aquella forma de protección no me gustaba para nada ya que jamás se había comportado así. El no muy convencido acepto el saludo, pero no perdía de vista nada.

- Papa, ¿Qué es lo que haces aquí?

- Vine a buscarte. – relamió sus labios.

- ¿buscarme? – fruncí el ceño confundida.

- Sí, quiero que vuelvas inmediatamente a casa.

- Pero papa... – hable aún más confundida.

- Disculpe señor, pero yo la puedo acercar.

- No. – hablo autoritario, su forma de ser me estaba irritando – Quiero que te despidas esperanza y camines al auto.

- ¿Qué? – hablé sorprendida – ¡no! – negué rápidamente – no estoy haciendo nada malo.

- Esperanza... – otra vez utilizaba aquel tono arrogante – hazme caso.

- Am, creo que deberían de hablar – intervino Fernando – y yo de irme, nos vemos luego Hope. – sonrió a medias – Señor, adiós.

Observe todo el recorrido de Fer hasta perderlo de vista totalmente, furiosa volví la vista a mi padre y tomando mis cosas lo deje ahí parado dentro de aquel bar. ¿Pero cómo se atrevía a tratarlo así? ¿Por qué razón había aparecido aquí? ¿Cómo se enteró?

- Hope. – su voz autoritaria me llamo.

- ¿Cómo te atreves a hacer lo que hiciste papa? – furiosa lo observe – Fernando no te hizo nada para que lo trates así.

- Pensé que lo llamabas por su apellido o por algún adjetivo calificativo como lo haces con Juan Pablo. – cruzo sus brazos.

- ¿Qué tiene que ver Villa en todo esto?, él es un imbécil. – fruncí el ceño.

- Si no fuera por él, quien sabe lo que estaría pasando con ese chico...

Inhale y exhale varias veces. Estaba por prenderlo fuego cuando me volviera a cruzar con sus ojitos verdes, no podía creer que fue capaz de hacer una cosa así.

Abrí mis ojos sorprendida cuando lo vi salir con Simón a su lado, como si nada. Tranquilo, pero no le duraría mucho.

Me acerque rápidamente a él, Simón se percató de mi presencia abriendo sus ojos a la brevedad. Villa solo volteo a verme, pero de mí se llevó una cachetada. Estaba harta de él, de su presencia en mi vida, que él pueda arruinarme todos mis planes.

Había llegado a mi limite.

- ¡Esperanza! – el grito enojado de mi padre solo había empeorado la situación

- ¡Eres un imbécil! – grite en su rostro mientras el que el solo se tomaba de la mejilla como una niña – ¿no puedes tan solo dejarme respirar, aunque sea, una tarde?

Sentí el hormigueo ese que no quería jamás dejar salir frente a él. No quería que me viera llorar. Mi respiración se alteró, el aun no decía nada. No se defendía solo intentaba balbucear mi nombre.

- Sabía que me odiabas Villa, pero jamás pensé que tanto. – murmure dolida.

Camine alejándome de ellos, no quería escuchar más nada. Villa solo era el típico estúpido, patán que quería venganza por todo. ¿Dónde había quedado el famoso pacto que habíamos hecho? Era imposible que llegáramos a conocernos, había visto su parte más detestable y de eso no se volvía jamás. ¿Tanto odio había generado en el como para que llegara a arruinarme una salida con alguien que me interesaba?, me maldecía por este karma que padecía.

- ¡Hope!

Su voz solo hizo que acelere mis pasos, lo quería lejos de mí. Ahora y por siempre. Visualice el auto de mi padre a media cuadra y cruce la calle aun estando el semáforo en verde.

- ¡Hope espera por favor! – nuevamente la voz de Villa tras de mi

Mi corazón tan solo se detuvo en un momento con el sonido de un auto apretando los frenos con todo sobre el suelo, eso solo hizo que volteara para que aun más mi alma se saliera del cuerpo.

Villa se encontraba tendido en el suelo, lo habían chocado por mi culpa.

Corrí rápidamente hacia el tirándome a su lado, se encontraba inconsciente.

- Villa. – susurre con las lágrimas en los ojos – Villa, por favor respóndeme... – suplique – por favor imbécil, no me hagas esto.

Mis palpitaciones aumentaron al ver que bajo ningún movimiento reaccionaba. Un vacío extraño se instaló en mí, Juan Pablo en ese estado era contraproducente para mi salud mental y sentimental porque estaba descubriendo que sin él no podía haber un yo soy Hope lee, una niña estúpida y eso, aunque estuviera mal, no quería que acabara. 



Les regalo un capitulo mas, espero que les este gustando "Karma" y de paso, les dejo un aviso parroquial aqui.... "Hasta que la muerte nos separe" salió de circulación por el momento. Prometo retomarla cuando este un poco mas tranquila, "Karma" la escribí hace tiempo ya... por eso la vuelvo a subir. Espero que no me odien, yo las quiero. 

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora