.5. segunda temporada

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Sonreí cuando entré al bar y vi a Moncho tomando cerveza. Elevo su mano en forma de saludo y con rapidez me acerque a él. Estaba tan feliz de volver a verlo que no me importaba, ni siquiera, sus comentarios de enamorado hacia mí.

- ¡Papo!

Se levanto de su asiento a abrazarme con fuerza.

- ¡qué bueno es volver a verte, luego de tanto tiempo!

- ¡lo mismo digo! – palmee su espalda con cariño.

Ambos tomamos asiento en aquella pequeña mesa, hice señas por una cerveza y luego volví a observar a simón con curiosidad.

- ¿Cómo has estado?

- ¡Muy bien! – sonrió emocionado – ¿Y tú?

- Bien... supongo. – moví mis hombros y luego vi como la botella de cerveza era puesta frente a mí.

- ¿Supones? ¿A qué se debe eso? ¿Qué sucedió contigo estos últimos años? Cuéntale a tu amigo. – alentó.

- Nada en especial. – tome un sorbo de aquella cerveza - ¿Tus hijos?

- Bien, quedaron con Nath en casa y debo decirte que serás tío de nuevo. – sonrió con victoria.

- ¿No se cansan? – fruncí el ceño con diversión.

- ¿De qué? – rio.

- De coger como conejos, Vargas. – hable con seriedad.

- Amigo, cuando estás enamorado lo que menos te importa es quedarte sin plata y sin vida producto de la cantidad de hijos que tienes y tendrás. – aseguro – Además, con Nath estamos casados... tenemos nuestros trabajos, no veo el problema.

- No hablo de problema, solo que a veces tener un hijo es como una responsabilidad enorme. – murmure.

- Es una responsabilidad hermosa y cuando tengas un hijo, te darás cuenta de lo que digo. – aseguro tomando un sorbo de su cerveza.

- ¿Cómo sabré que es una responsabilidad hermosa?

- Porque darías lo que fuera por esa criatura, porque sientes que debes estar ahí para cuando te necesita. – movió sus hombros con tranquilidad – Es claro que no todos nacen con ese don, pero es cuestión de intentarlo.

Lo observe unos minutos y suspire asintiendo. Baje mi mirada a la cerveza y pensé unos segundos en esa posibilidad ¿Yo tendría ese don? No quería ser mi padre y eso me daba aún más miedo. Aunque el volviera a mi vida, mi yo de pequeño no lograba aun perdonarlo. Eso dolía aún.

- Pero, cuéntame de ti. – pregunto otra vez animado - ¿Qué fue de tu vida?

- Bueno, estoy trabajando en la empresa de aguas pluviales... y bueno, estoy con Gabriela.

Simón mientras tomaba su cerveza abrió sus ojos con sorpresa. Todo esto sucedió cuando el decidió irse de Bogotá junto a Nath y se había perdido grandes detalles de mi vida.

- Vaya... - susurro con sorpresa – no me lo esperaba.

- Yo creo que tampoco. – murmure.

Ambos nos observamos de reojo unos minutos y terminamos por reírnos de eso. No era una desgracia, pero ahora que volví a ver a Hope sí que lo era.

- Gabriela es una buena mujer y siempre te quiso. – confeso.

- Si... - susurre bajando mi vista otra vez.

- Es bueno saber que te enamoraste...

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora