.24.

955 73 51
                                    

Mi teléfono vibro sobre el pupitre. Nerviosa lo tome ya que Villa no dejaba de observarme fijamente, nos encontrábamos en la clase del profesor Gilbert.

Maldita forma de demostrarme que tiene la vida que acababa de cometer una locura, pero no podía arrepentirme. Fernando sería mi novio dentro de poco así que no veía el problema.

Mensaje de WhatsApp de Fer.

"Nos vemos después de clases, bebe"

Nerviosa deje el aparato sobre la mesa, sin dejar de observar mi hoja. No captaba nada de lo que decía el profesor y terminaría por hacer catarsis frente a él si no dejaba de comportarme como una imbécil.

- Debes de rehacer el trabajo, Lee.

Vi el trabajo practico que me habia costado casi dos noche seguidas sin dormir, me habia costado horrores terminarlo, ¿Por qué tenía que odiar esta materia?, eleve mi rostro y Juan Pablo se encontraba ahí observándome fijamente, como si fuera que esperaba una respuesta.

- ¿Qué? ¿No tienes que seguir entregando los trabajos prácticos? – dije sin mas.

- Tienes una semana para volverlo a entregar si no...

- Si no ¿Qué? – fruncí el ceño - ¿me harás reprobar?

- Me encantaría. – sonrió hermosamente el muy imbécil – Lee un poco más Hope, no es tan difícil.

- Lo dices porque tu ya pasaste por esto. – bufe enojada.

Me asuste un poco cuando se puso a mi altura, de reojo lo observe. Sentía su densa respiración sobre mi piel y ¿Cómo no iba a volverme loca por el sí hacia este tipo de cosas?

- Oye ¿Qué haces? – dije nerviosa e intente que nadie se diera cuenta de la estupidez que estaba haciendo este dios del olimpo.

- Tu solo lee y si necesitas ayuda me lo dices... – susurro – y te ayudo.

- ¿De verdad? – voltee levemente a observarlo.

Él se había quedado en silencio sus ojos verdes se encontraban tan cerca de mí que hasta me los quería comer a besos y no podía porque sabía que sería su burla.

- Aunque me cueste el odio, lo hare. – asintió.

- Eres un imbécil. – susurre con una pequeña sonrisa.

- Y tu una niña estúpida, haz lo que te digo y aprobaras. – comento sonriendo y se hinco rápidamente para seguir con lo que se encontraba haciendo.

¿Por qué era tan malditamente lindo conmigo y a la vez tan malo?

(...)

Una vez que todos se habían ido espere a Fernando fuera de la universidad. No estaba segura, en realidad estaba sintiendo que no quería ir con él. Decidí inventar alguna excusa muy buena para evitar este suceso.

Volví a ingresar a la universidad en su búsqueda ya que no lo había visto salir. Los pasillos desolados solo me hacían sentir un poco más nerviosa de lo que ya estaba. Mientras iba practicando mi discurso de escapatoria escuche su risa y la de otra persona, uno de sus amigos.

- Si, hoy será así.

Me acerque hacia la puerta del aula, curiosa.

- Y, pero tienes que preparar todo. – comento el otro sujeto.

- Tranquilo, solo me tomara unos minutos... – dijo sin mas.

- Espero que no se dé cuenta de que grabaras todo.

- Y si lo hace, pues lo hare a la fuerza.

- Quieres decir que ¿abusaras de Hope si ella no quiere estar contigo?

Abrí mis ojos asustada por aquella pregunta, mi respiración se encontraba alterada.

- Esa niña es muy inocente y la tengo en mis manos – su risa se hizo presente – no te preocupes que mañana temprano tendrás el video de como la hice gozar rodando por toda la universidad.

Villa tenía razón.

Mi cabeza comenzó a torturarme lentamente. Él siempre la tuvo y me defendió contra él y yo simplemente fui una estúpida. Si él sabía perfectamente que era así, una niña boba, estúpida que lo alejo creyendo que Fernando me decía la verdad.

Rápidamente fui con lágrimas en los ojos hacia el salón de profesores, sabía que el no se iba hasta después de las dos porque se quedaba con el profesor Gilbert un rato más. Me sentía devastada, una tonta. Una ilusa por todo lo que había escuchado que Fernando quería hacerme.

- Villa ¿puedo hacerte una pregunta?

Otra vez detrás de las puertas escuchando todo. Lo más curioso era que antes de escóndeme como quien chismosa era, puede verlo con la tal Gabriela sentados en los sillones cómodos que tanto me gustaban de aquel lugar.

- Dime. – comento el sin mas.

- ¿Qué es lo que sucede con esa chica? – ¿había alguien más?

- ¿Qué chica? – el tono de voz de Villa era de nerviosismo.

- Hope, creo que era su nombre. – esta chica Gabriela sabía quién era y yo jamás le dije mi nombre.

- Se llama Esperanza, pero le decimos Hope.

- Si, ella – comento sin más - ¿Qué es lo que sucede con ella?

- ¿A qué te refieres con que sucede con ella?

- No lo sé ... cuando ella esta te comportas extraño como si la intentaras proteger.

- Y si. – afirmo, mordí mi labio inferior – Es una niña estúpida que suele mandarse de las suyas y meterse en problemas siempre.

- Claro. – susurro – entonces ¿no te sucede nada con ella verdad?

- ¿Qué? Gabriela, ¿Qué estas preguntando? – su voz se tornó un poco alterada - ¿Hope? ¿Interesarme? Es una niña estúpida – reitero - que solo se interesa por ella y no por los demás, que no ve más allá de su ombligo.

Eso me dolió.

- Que cree que es la reina del mundo entero y que no acepta que la quieran ayudar. – confeso molesto.

- ¿entonces porque te preocupas por ella?

- No me preocupo Gabriela, la detesto – afirmo con furia – la odio y siempre la odie.

Mis lágrimas comenzaron a caer una tras otra luego de escuchar sus crueles palabras.

- Hope no puede querer a nadie, solo a sí misma y seguir siendo así de egoísta e idiota como solo puede serlo ella.

Juan Pablo me rompió totalmente. ¿De verdad pensaba todo eso de mí?, me dolía el pecho con todo esto. No sabía ya a donde ir. Camine lentamente por los pasillos, me estaba asfixiando y quería irme solo a mi casa a llorar.

Fruncí el ceño cuando pude ver a Jenni sentada en la escalera de la universidad cabis bajo. Me senté a su lado. Ella me observo, también se encontraba llorando ¿Qué día era hoy? ¿El día de hacernos llorar o qué?

- ¿Qué te sucedió? – pregunto con la voz congestionada.

- De todo un poco... – susurre, no quería contarle en detalles - ¿a ti?

- Isaza me dejo – abrí los ojos impactada – no preguntes porque ni siquiera lo se.

Suspire.

- Los hombres tienen el poder de lastimarnos... – comento observando al frente.

- Y los shoppings de curarnos. – sonreí frente a mi idea. 

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora