Cerré la puerta tan fuerte que quizás hasta el musculo más pequeño de mi cuerpo se tensó. Sentía que las pocas energías que tenia dentro de mi se acababan con cada respiración. Descendí sobre la madera mientras el dolor me ahogaba en vida.
¡Es tu culpa! ¡Todo esto es tu maldita culpa!
Todo era mi culpa. Absolutamente todo.
me acurruque abrazando mis piernas, mientras me escondía como una pequeña niña a quien le habían arrancado las alas. Me habían destruido y me costaba admitirlo. ¿En qué me había convertido al final del día? Quería salvarlo y me quede sin nada, inclusive sin mí.
Me habían roto, me habían violentado de todas las maneras posibles. Debía admitir que por más que quería ser extraordinaria, por más que quería ser la salvadora y por quien quizás, el jamás se cansaría de amar, me había convertido en el fantasma de una historia de amor que se había acabado.
El cuerpo me temblaba. Quería arrancarme la piel, el nombre, todo lo que me hacía llamar Esperanza.
- Hija...
Sentí las manos de mi padre sobre mí. Con demasiada preocupación, lo sentía, tenía miedo hasta de verlo, pero no me salía ser cobarde frente a él. Eleve mi vista hacia el e intente que supiera que su hija, su tesoro ya no era ella.
- Papi... perdóname. – susurre con suplica.
- Hija, ¿Por qué? – limpio mi rostro mientras me observaba con demasiada confusión.
- Perdón, papa. Perdón.
- Hope, no tengo que perdonarte nada. – volvió a hablar – No entiendo que sucede, hija.
Quería que me perdonara porque no me defendí, porque deje que me destruyeran.
- ¿Qué sucede? – susurro.
- Papi, me lastimaron. – confesé mientras me achicaba aún más en el suelo.
- ¿Quién? ¿Qué te hicieron? – su voz se tornó con demasiada preocupación.
- Me violaron.
Mi papa se reincorporo en su lugar. Su rostro comenzó a desfigurarse, de su confusión paso a aquel estado de shock frente a lo que le había dicho. Había confesado mi calvario a quien me había cuidado más que a su propia vida.
- Me violaron papi y perdón, no pude evitarlo. No pude luchar, no pude gritar, no pude hacerlo. Perdóname, papi. – comencé a suplicar mientras me ahogaba en mi misma.
Sentí que me tomaba entre sus brazos y me acurrucaba contra él. Pegue mi rostro sobre su pecho, quería volver a ser pequeña. Quería volver a ser yo y no sabía cómo iba a hacerlo. Comencé a llorar con más fuerza que antes. Quería desahogarme como no lo había hecho en todo este maldito tiempo.
- Perdón papi, perdón.
- Hija... - su voz se encontraba rota, su pecho comenzó a temblar. – No fue tu culpa. Jamás va a ser tu culpa, no debo perdonarte nada.
Sentí sus labios sobre mi cabeza. No quería separarme de él porque era mi lugar seguro en este mundo que se había empeñado en romper todo.
(...)
Me encontraba acurrucada en mi cama, a oscuras, pero con un peso menos. No sabía porque, pero haberle dicho la verdad a mi propio padre había quitado algo de aquel dolor dentro de mi pecho.
Escuché la puerta y bajo un suspiro vi la luz encenderse. No tenía ánimos de nada.
- Hija...
Me moví un poco en aquella cama y lentamente me senté. Mi padre tomaba asiento frente a mí, me entrego una taza de té. En mi cabeza antes de tomarla recordé a villa y aquella noche. Mi mente era aquel lugar cruel de donde quería escapar, pero no había salida.
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KARMA - Juan Pablo Villamil
FanfictionPero hay otra cosa mas que entender en una historia de amor ; y es la historia de que cada cual es su Karma. Primer temporada Segunda temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación, caso contrario (de no haber hablado...