.47.

778 66 55
                                    

Respiré hondo una vez que Salí de aquella universidad. Quería mi casa, mi cama y un poco de Villa Solo los dos y nadie más.

Me detuve en la entrada mientras veía a los chicos de las distintas carreras salir en grupo, riéndose pacíficos como si los finales no estaban cerca.

Tomé mi teléfono y le envie un mensaje a Villa que lo esperaba fuera, no quería entrar a buscarlo. Él siempre se quedaba un poco más después de la hora de salida a hablar con el profesor Gilbert, pero hoy quería que sea rápido.

Quería estar amarrada a él. Quería que mi karma me consumiera lentamente y si podía fundirme en él, no me negaría en lo absoluto.

- ¡Aquí estas!

Abrí mis ojos sin levantar la vista. Mi cuerpo se tensó totalmente y lo único que quería era correr. Correr lejos y no volver. Su voz solo me traía de nuevo esa pesadilla, aquello tan aberrante que me hizo vivir.

- Te anduve buscando...

su voz se tornó más cerca de lo que anteriormente la escuche. Eleve mi vista con miedo y el solo esbozo una sonrisa malévola. Ahora que lo observaba un poco mejor, él siempre fue un ser oscuro y sin luz. Totalmente diferente a Villa, dos polos opuestos.

Él siempre me lo dijo y yo simplemente no lo escuche.

- ¿Qué quieres? – murmure con un dejo de desconfianza, tenía miedo de que me hiciera algo.

- Nada, solo quería verte...

Se acercó aún más a lo cual con rapidez me aleje.

- ¿me extrañaste?

- ¿Qué? – sorprendida estaba, lo odiaba con todo mi ser – solo quiero que te mueras.

El solo rio, no sabía si era a victoria o a que. Me irrito hasta lo más profundo de mi ser.

- Ya obtuviste lo que querías, ahora desaparece de mi vida.

Su sola forma de ser me repugnaba. Su sola presencia me irritaba y sacaba de mí, aquellas incontables ganas de que por arte de magia se atorara con una hamburguesa y jamás pudiera regresar a este mundo.

El apretó sus labios y se acercó con rapidez para tomarme del brazo. Mi respiración se puso densa, ya no podía tener miedo y por otro lado tenía que pensar cómo salir de ahí.

- Agradece que nos encontramos en vía pública Lee porque si no

- ¿Por qué si no, que?

Ambos solo volteamos a ver a Villa parado tras nuestro. Su cuerpo emanaba enojo, sus puños se encontraban apretados que podía ver la sangre hacer presión con su piel y tornarse rojo furioso. Trague saliva, Fernando aún no soltaba y tampoco disminuía su fuerza sobre mí.

- Creí haberte dicho que no te acerques a ella. – bajo amenazante los escalones de aquel lugar.

Fernando rio por lo bajo y soltó mi brazo para ponerse frente a él. Algo me decía que era momento de tomar la mano de Villa y volar a la luna, lejos de él.

- Tu no me das órdenes. – comento Fernando cruzándose de brazos – Esto es una conversación entre ella y yo.

- Te equivocas, cuando se trata de mi novia puedo meterme todo lo que quiera, – se acercó un poco más a el – Y más cuando tú te encuentras cerca – se relamió los labios y prosiguió – ¿Qué es lo que tanto tienes que hablar con ella? – se acercó un poco más quedando a centímetros de él y a mí a centímetros de querer que un rayo me pulverizara.

Era momento de actuar, de no ser cobarde.

- Villa – me interpuse entre ambos, quería llamar su atención – mi amor, vámonos.

Sus ojos verdes aun no dejaban de observar a Fernando de forma desafiante. Quería que este duelo de miradas terminara.

- Mi amor, por favor... – suplique nuevamente estirando su brazo para alejarnos de una vez – Quiero irme.

- Espera Hope, quiero saber qué es lo que tanto tiene que hablar contigo. – hablo sin perderlo de vista – Estoy harto de este tipo.

- ¿Estas harto de mí? – rio con cinismo - ¿Qué tu novia no te conto?

Villa frunció el ceño y volteo a verme confundido, esta vez quería esconderme en otro país. Fernando simplemente rio victorioso, estaba a punto de cometer un homicidio. Una venganza absoluta.

- Agradécele que estas libre.

- ¿de qué está hablando? – murmuro confundido, el ojiverde no dejaba de observarme.

Comencé a ponerme más pálida de lo que ya era, no tenía ni idea como enfrentar esto y menos tener como posibilidad perder al amor de mi vida por esto.

- Porque no le dices Hope. – espero ansioso Fernando.

- ¿Decirme que?

Pude notar que Villa estaba perdiendo la poca paciencia que tenía y yo solo me encontraba en silencio, no me salían las palabras y solo quería llorar. Sentí ese hormigueo característico y mis ojos se aguaron rápidamente.

- Creo que le comieron la lengua los ratones... – murmuro chistoso Fernando, baje mi mirada hacia el suelo. Simplemente no podía – yo te lo contare mejor, gracias a ella estas libre.

- Eso ya lo dijiste... – comento villa volviendo su mirada a el – y no logro entender el porqué.

- Claro, ahí viene lo mejor. – victorioso se escuchaba.

Me quería defender y no podía. Me sentía sucia, me sentía indigna de poder decir que yo no quería cuando al fin y al cabo me lo había buscado o quizás no.

- ¿recuerdas cuantas veces te dije que ella seria mía?

Eleve temerosa mi vista temerosa, escuche romperse muchas cosas y entre esas su corazón. Frunció el ceño, pero con angustia comenzó a negar. No era una pesadilla, era una realidad.

- ¿Qué? – murmuro observándome fijamente.

- Porque no le dices la verdad Hope. – sonrió con victoria abrazándome por los hombros.

Mis lágrimas caían, esta vez quería gritar la verdad y no podía. No podía simplemente decir que además de haber sido un error, Fernando había abusado de mí. Que quería defenderme, que quería que el supiera este calvario que tenía por dentro y que el solo me ayudaba a no sentirme de esa manera.

Pero Juan Pablo simplemente no entendió y mi mundo se destruyó por completo.

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora