.17. segunda temporada

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Juan Pablo.

Me recosté sobre la puerta y cerré mis ojos con fuerza. Tenía una hija, una perfecta y hermosa hija. Cuanto más lo pensaba más nervioso me ponía, me daba ansiedad de tan solo ver su cara en mi cabeza.

Era igual a Hope, era nuestra hija.

Y claro, ¿Cómo no iba a suceder si aquella vez, ni siquiera nos habíamos cuidado? Lo había olvidado por completo por tan solo estar obsesionado con aquel momento.

Estaba emocionado de poder verla mañana, de poder abrazarla. No sabía que se podía intensificar esta sensación hermosa y aunque todo fuera tan confuso dentro de mí, no quería perderme nada de ella

Suspire y camine hacia los sillones del departamento, ahora venía la parte en que debía hablar con Gabriela. Venia la parte en que tenía que sincerarme con ella y dejar todo en un punto sano sin que me perjudicara en la empresa.

Escuche la puerta de entrada y eleve mi vista hacia ella, quien sonrió al verme para acercarse a mí.

- Hola, mi amor. – tomo asiento a mi lado.

- Hola... - susurre.

Ella frunció el ceño observándome de reojo y yo solo suspire apoyando mis antebrazos en las piernas.

- ¿Qué sucede? – pregunto con preocupación.

- Debemos hablar. – voltee a verla con seriedad.

- Me asustas... - susurro.

- No, no temas. – suplique – es... sobre nosotros y sobre lo de tener un hijo.

- ¡Ah! – su rostro comenzó a transformarse en un dejo de felicidad - ¿Lo pensaste?

- Si. – asentí con seguridad y luego apreté mis labios – Lo pensé.

No quería hijos, eso era cierto. Pero él no querer solo hablaba de no querer hijos con Gabriela. Hope era totalmente diferente. Desde que conocí a Nina, algo extraño había sucedido en mí y debía aprovechar que ahora la tenia aquí. Debía responder como el padre que era, como el hombre que era.

- ¿Y? – sonrió emocionada.

- No quiero hijos...

Su sonrisa comenzó a desvanecerse lentamente.

- Contigo. – susurre observándola a los ojos.

- ¿Qué? – susurro con sorpresa.

Asentí una y otra vez. Baje mi mirada a las manos, había sacado uno de los pesos que tenía dentro de mí.

- No quiero tener hijos contigo, Gabi. – volví a repetir mi confesión – Eres una maravillosa mujer, pero, no me veo formando una familia contigo.

- Es por ella, ¿cierto?

Volví a verla, en su rostro ya caía una de sus lágrimas. Pensé unos segundos y debía hablar con sinceridad. Si era por Hope, pero también era Nina.

- Si, y porque...

- ¿Por qué? – susurro.

- Tengo una hija.

Ella se quedó en silencio unos minutos, sus ojos parpadeaban una y otra vez como si estuviera impactada con aquella confesión. Si yo lo había estado por un par de largos minutos, ella quizás estaría de la misma forma.

- ¿Qué dijiste? – pregunto sin dejar de observarme,

- Que tengo una hija, con hope. – la nombre por primera vez en nuestra conversación.

- ¿Qué dices? ¡¿Cómo puede ser que tengas una hija con Esperanza?! ¡Juan Pablo, ¿Qué mierda estas diciéndome?! – se levantó del sillón molesta.

- Que tengo una hija, su nombre es Nina. – me levante para enfrentarla como se lo merecía.

Ella comenzó a reírse aun con sus lágrimas en el rostro. Comenzó a tomarse la cabeza con desespero. Sabía que se acercaba el momento de su crisis, pero las cosas eran así. Se dieron de esta manera.

- ¡¿Cómo puede ser?! – grito furiosa - ¡¿Cómo puede ser que ella vuelva y encima tenga una hija?!

- Gabi... - susurre intentando que se relajara y que pudiéramos hablar.

- ¡Gabi, nada, Juan Pablo! – grito observándome furiosa - ¡Después de siete años, en donde te dejo en una silla de ruedas, te abandono, ella vuelve con su cara de niña perfecta y encima con una hija! ¡¿Quién se cree que es?!

- Gabriela. – la observe con seriedad.

- ¡Gabriela, ¿Qué, Juan Pablo?! – lanzo uno de los almohadones del sillón - ¡¿Cómo puede ser que ella vuelva después de siete años y a ti se te olvide que teníamos proyectos juntos?!

- ¡Gabriela, lo de tener hijos fue un proyecto nada más que tuyo! – hable molesto - ¡Tú fuiste quien decidió por los dos, ni siquiera pensaste en que quizás yo no los deseaba!

- ¡¿Y ahora si lo haces?! Claro, me olvidad de que a ti te hablan de ella y te olvidas de todo. – su voz se normalizo, pero llena de rabia - ¿Ahora si deseas tener un hijo? – se cruzó de brazos observándome con seriedad.

- Debo hacerme cargo, porque es mi hija. – me defendí molesto.

- ¿y qué tan seguro estas de que es tu hija? – pregunto con total molestia – Porque si mal no recuerdo la historia, Juan Pablo, ella se acostó con Fernando.

Sentí un puñal en mi corazón. Si quería conocer lo que era aquella metáfora de un puñal por la espalda, Gabriela había sido de esas personas crueles que no pensaron en cómo se sentía aun aquella traición.

- ¿Acaso se te olvido? – hablo con seriedad – o mejor aún, además de acostarse con Fernando, te utilizo para que su engaño no le diera tanto asco y que no la perturbe tanto mientras te veía demasiado enamorado de ella. Dime Villa, ¡¿Te has olvidado de eso?!

Trague saliva, eso era totalmente cierto y no podía refutar nada de sus palabras. ¿Y si Nina no era mi hija y Hope solo jugaba conmigo otra vez? Mi pecho subía y bajaba, los recuerdos eran pesados como las palabras de Gabriela. Baje mi mirada al suelo, me había olvidado de eso unos minutos, pero ahora tenía más que nuevas interrogantes.

- Me lo suponía. – murmuro – Yo que tú, pienso dos veces antes de hacerme cargo de algo que no me corresponde aun, Villa.

Gabriela comenzó a caminar hacia la habitación con gran molestia.

- Ah, lo olvidaba... - de reojo la observe sin decir una palabra – Ojalá Hope sea mejor mujer para ti que yo y que todo esto no te cueste tan caro, Juan Pablo. 




Se que es un capitulo corto pero bueno, es lo que me salió. Así de aburrido es el capitulo (por mil millones de veces mas por decirlo). Las quiero!

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora