.29. segunda temporada

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Hope.

- Mami.

Observe a Nina con curiosidad cuando murmuro. Ella se encontraba pensativa observando la fotografía que nos habíamos sacado los tres juntos. Era tan perfecta que no me había dado cuenta de cuanto necesitaba de ver aquello.

- Dime.

- ¿Tú crees que papa ahora viva con nosotras? – pregunto observándome unos minutos.

- No lo sé... - moví mis hombros pensativa - ¿Tu qué piensas?

- Yo creo que sí. – sonrió emocionada.

- Pues... deberíamos de preguntarle. – moví mis hombros como una sonrisa también.

Se sentía tan extraño pensar que quizás seriamos una familia como la que Nina se merecía. Ella arrugo tiernamente su nariz y volvió a observar aquella fotografía. Villa se observaba tan feliz, era tan extraño y hermoso verlo de esa manera.

- ¿Podemos ir a buscarlo mañana? – volvió a preguntar sin observarme – Porque hoy ni siquiera llamo.

- Papa seguro esta con mucho trabajo. – murmure.

Era cierto que el día de hoy ni siquiera había mandado un mensaje de texto, era como si se lo hubiese tragado la tierra.

- ¿Cómo mi otro papa? – elevo su mirada hacia mí.

- Si, como tu otro papa. – asentí con seguridad – Pero ninguno de los dos se podría olvidar de ti y menos abandonarte.

- Pues... papi lo hizo. – suspiro con tristeza.

- Pero te mando otro de reserva. – bromee, ella solo rio levemente.

- Me mando el verdadero. – asintió aun con su hermosa sonrisa.

- Lástima que el hombre la bolsa se lo quiera llevar. – continúe divertida.

- Mami, no... no quiero que el hombre de la bolsa se lo lleve, no quiero que me vuelva a dejar.

Comento, la observé unos minutos y luego entendí de aquella necesidad de tener a su papa con ella. Suspire y acomode su cabellera, la abrace un poco más contra mí y bese su frente.

- Papa nunca te va a dejar. – comente.

- ¿Y a ti? Porque se miran muy lindo. – me observo picara.

Reí levemente, suspiré luego y moví mis hombros sin saber.

- Deberías de preguntarle. Yo no sabría decirte eso. – comente – Pero, a ti, no te va a dejar sola.

(...)

Parpadee molesta mientras escuchaba el sonido del timbre. Observe mi teléfono, eran las casi doce de la noche. Me había quedado dormida en el sillón de la sala, leyendo. Me frote los ojos y lentamente camine hacia la puerta.

Al abrirla, observe con sorpresa a Villa.

- Hola. – susurre sin entender nada.

- Hola... - su tono de voz era tan bajo que apenas lo escuche - ¿Puedo pasar?

- Humm... sí. – asentí y me hice a un lado.

El ingreso en silencio, con miedo. Todo se sentía extraño. Me abrace el cuerpo una vez que el volteo a verme. Espere que hablara, pero nunca lo hizo, era un villa tan extraño que a penas podía leerlo.

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora