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Hope.

Camine por el pasillo de la universidad. Fruncí el ceño cuando por lo lejos vi a mis amigos encerrados en un círculo hablando entre ellos como si hubiera pasado algo que nadie se tenía que enterar.

Me acerque rápidamente y para imponer presencia golpee con mi cadera a Simón sonriendo. Rápidamente note que se quedaron en silencio, bajaron todas sus miradas nerviosas y note como Villa se escondía bajo una gorra negra.

¿Qué sucedía aquí?

- Am hola... – sonreí confundida – ¡buenos día!

- Buen día. – comento Simón luego de toser.

- ¿están todos bien? – curiosa pregunte.

Fije mi vista en Villa que aún no me observaba, aquí había gato encerrado y no era su ex.

- Creo que es hora de ir a clases. – comento Erick en medio del silencio que se había instalado nuevamente.

- Si. – asintieron todos.

- Si, vayamos a clases. – murmure.

Comenzaron a caminar, pero yo solo me quede estática en el lugar. Tome del brazo de Villa evitando que siga caminando. El solo se pegó contra el casillero evitando que viera su rostro.

- Villa ¿Qué es lo que sucede? – fruncí el ceño y tomé la iniciativa de quitar la gorra de su cabeza - ¿Puedes observarme?

El no respondió y seguía de la misma manera, ¿Qué había sucedido?

- Mi amor. – volví a suplicar con cansancio.

Este volteo quitándose la gorra. Abrí mis ojos sorprendida frente a lo que podía ver en su rostro. Un labio cortado y morado es lo que se avecinada frente a mí.

- Pero ¿Qué te sucedió? – me acerque preocupada a él.

- ¡Auch, Hope! – se quejó cuando rocé la herida con mis dedos.

- Perdón. – suplique arrepentida – pero ¿Por qué tienes el labio así?

Apretó sus labios con fuerza y bajo su mirada nervioso, el mundo universitario aun pasaba por nuestro alrededor, pero intentaba que nadie se diera cuenta de este suceso.

- Juan Pablo.

- Nada solo... – nervioso comenzó a ponerse, pero fruncí el ceño y termino con un suspiro de cansancio bajando su mirada – Pelee con Fernando.

Abrí mis ojos sorprendida frente a su confesión, otra vez había problemas con él y eso me inquietaba bastante. ¿No se cansaba de molestar?

- ¿Qué sucedió?

- Comenzó a molestar a Martin por su orientación sexual, le deje en claro que no lo haga y que no se metiera contigo... – trago saliva – entonces el me golpeo y termineporromperlelacabezacontraelespejodellugar

- ¿Qué? – dije en susurro, no había entendido lo último que dijo ya que fue rápidamente.

- Eso. – murmuro.

- Eso ¿Qué? – pregunte obvia.

Él iba a hablar, pero lo detuve, a veces nos comportábamos como niños de prescolar.

- Por favor, solo habla más despacio... – suplique – a veces no te entiendo, imbécil.

- Ya, niña estúpida. – frunció el ceño y utilizo su tono de sarcasmo, solo sonreí con malicia y señale que prosiguiera su relato con cautela – Que termine por romperle la cabeza contra el espejo del lugar.

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora