.11. segunda temporada

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Ingrese junto a Simón, Nath y los niños a la casa Lee. Nuevamente en este lugar, el corazón me latía como aquella vez que vine a cenar por primera vez. Me encontraba ansioso, este lugar me traía buenos recuerdos.

Camine hacia la cocina en silencio, mientras escuchaba como simón y Nath hablaban con Ciro y Matías. Nina iba en silencio a mi lado, por un momento la observe y ella desde su pequeñez arrugo su nariz, achino sus ojos pardos y sonrió.

Reí sin entender porque me sentía de esa manera.

Me apoye sobre la mesada observando como Simón actuaba como el padre de familia que era e intentaba que los tres mosqueteros no le arrebataran el vaso con jugo que estaba por servirle.

- ¡A ver! – me interpuse entre ellos y mi amigo – déjame ayudarte...

Busque tres vasos y tome el jugo para serviles a cada uno. Sonreí cuando pase el vaso a Nina, ella de un sorbo termino todo aquel líquido. La observe con sorpresa cuando me extendió el vaso nuevamente.

- ¡quiero más! – suplico.

- Oye... tranquila, deja un poco de jugo para los demás mortales. – bromeé y volví a servirle jugo de frutas.

Nina se sentó en una de las sillas altas a mi lado y yo solo la observe con diversión.

- ¿de dónde conoces a mi mama?

- ¿Por qué lo preguntas? – fruncí el ceño con diversión.

Movió sus hombros mientras volvía a tomar su jugo.

- De la universidad. – confesé.

- ¿Tienes hijos? – pregunto con curiosidad luego.

- No. – negué aun con aquella sonrisa extraña.

- ¿estas casado? – volvió a preguntar con demasiada curiosidad.

- Tampoco... - negué con mi cabeza.

- Pues podrías casarte con mi mama, ella también está sola y harían una linda pareja. – movió sus hombros y volvió a tomar de su jugo.

Escuche que alguien termino por escupir con fuerza y comenzó a toser, ahogándose. Observe a Nath mientras buscaba algo de aire para poder normalizarse. Simón se acercó a ella para golpear su espalda mientras me observaba con seriedad.

Nina había dicho algo que quizás hubiese sido nuestra realidad, si no fuera por todo lo que sucedió entre los dos. Quería contestarle con la verdad, pero no sabía porque termine por apretar mis labios y volver a observarla.

- Yo... - balbucee nervioso frente a la mirada de la niña.

- Nina, Ciro, Mati... - llamo Nath con rapidez – ¡Vamos a darnos un baño!

- Tía... - bufo la pequeña castaña – No quiero.

Nina se cruzó de brazos haciendo un berrinche como los que Hope hacia cuando era joven. Eran iguales, no se podía negar que eran madre e hija.

- Debes hacerlo. – murmure para ella – a no ser que quieras que el hombre de la bolsa te lleve.

- ¿Hombre de la bolsa? – abrió sus ojos con susto.

- Si, él se lleva a los niños que no se bañan. – la observe con seriedad.

Ella rápidamente se bajó de la silla y corrió hacia la planta alta. Observe a simón con diversión. Ambos terminamos por reírnos frente a eso, los demás la siguieron con rapidez mientras que Nath me observo con negación.

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora