- ¡Villa!
Gritaba una y otra vez su nombre, pero el solo aumentaba sus pasos hacia su moto. Fernando había dicho una gran mentira porque la verdad no era que había accedido, el simplemente tomo algo sin permiso.
- ¡Juan Pablo, por favor! – tome de su brazo para detenerlo.
- ¡No quiero escucharte! – grito enfurecido observándome a los ojos.
Inhale con fuerza deteniéndome frente a él. Sentía su densa respiración sobre mi rostro. Quería llorar, quería hacerme pequeña. Quería simplemente desaparecer.
- ¡Por eso estabas tan extraña! ¡Te acostaste con Fernando y como no pudiste con tu maldito cargo de conciencia, te acostaste conmigo!
- Eso no es cierto. – murmure, intentaba hablar, pero mis palabras se acumularon en mi estómago.
- ¿No lo es? – abrió sus ojos con sorpresa – Pensé que habías dejado de odiarme, Esperanza.
- No te odio, ¿Cómo podría hacerlo? – sentía que me ahogaba, las palabras se las llevaba el viento
- No lo sé, porque quizás jugaste a dos puntas.
Lo dijo con tanta fuerza y sinceridad que de todo lo poco que quedaba dentro de mí, lo destruyo un poquito más.
- Eso no es verdad, Villa. No juegue contigo, solo ¿Puedes escucharme? – suplique. Mis lágrimas comenzaron a caer sin previo aviso.
- ¿Escucharte? – murmuro con sus ojos pasados a otro color que no eran su verde característicos - ¿Quieres que te escuche sabiendo que estuviste ocultándome esto todo este maldito tiempo? ¡¿Cómo mierda quieres que te crea después de todo esto, esperanza?! – grito enfurecido, sus lágrimas comenzaron a caer una tras otra y a mí me dolía el alma verlo de esa manera.
- Perdón. – Susurre bajando mi mirada hacia el suelo.
¿Lo único que tenía para decirle era eso? Lo único que mi cuerpo me permitió decirle. Lo había traicionado, lo había roto y todo era mi maldita culpa. No podía verlo a los ojos sin ver que se rompía frente a mí. Juan Pablo era fuerte, pero esto lo había acabado y lo sabía.
- ¿Perdón? ¿Es lo único que se te ocurre decirme? – sentía su respiración sobre mí, quería decir algo más.
Comencé a negar una y otra vez, no sabía cómo decirle que Fernando se había aprovechado de mí, de mi vulnerabilidad y de mi miedo de perderlo.
- ¿No que, Hope? – susurro - ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me lastimaste?
- No te quería lastimar. – balbucee, me limpie el rostro y eleve mi rostro hacia el – No quería lastimarte...
- Pero lo hiciste y no te importo. Te cuide, te di todo de mí, te espere y tu...
Y por todas esas cosas me entregue a él. El había sanado cada parte que había lastimado un maldito y vil monstruo pero no lo sabía.
Se quedó en silencio y comenzó a negar alejándose de mí, se tomó la cabeza cerrando sus ojos con fuerza. Parecía un loco intentando evitar la realidad, la maldita forma que tenía nuevamente la vida de lastimarnos.
- Ay, por dios... - balbuceo.
- Mi amor, yo...
- ¿Mi amor? – abrió sus ojos con rapidez - ¿De verdad te das el lujo de llamarme de esa manera? Tú no puedes llamarme mi amor cuando te acostaste con otra persona, olvidándote de mí.
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KARMA - Juan Pablo Villamil
FanfictionPero hay otra cosa mas que entender en una historia de amor ; y es la historia de que cada cual es su Karma. Primer temporada Segunda temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación, caso contrario (de no haber hablado...