.21. segunda temporada

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Juan Pablo.

Me senté de golpe en la cama, el teléfono sonaba y no sabía dónde lo había metido. Observe el reloj de mi mesa de luz, eran las cuatro de la mañana. Comencé a revolver las sabanas hasta dar con él, simón marcaba.

- Moncho.

- Papo, perdón la hora, pero... - suspiro – Estamos en la guardia del hospital de niños.

Susurro lo último. Fruncí el ceño confundido.

- ¿Qué sucedió? – pregunte con preocupación levantándome con rapidez.

- Nina comenzó a sentirse mal y tuvimos que traerla a urgencias... Nath me matara, pero, eres su padre y no podía hacerte esto.

- Gracias, Simón. Voy en camino.

Me cambie rápidamente y tomando solo mi teléfono junto a las llaves, maneje con rapidez hacia el hospital de niños. Esperaba que Nina estuviera bien y que ya pudiera volver a su casa. El cuerpo me temblaba y no sabía porque, tenía demasiado miedo. ¿Así se sentía ser padre? La ansiedad, la angustia de no saber que sucedía me consumía lentamente.

Al llegar, corrí por los pasillos y preguntando donde se encontraba la guardia pude dar con Simón que se encontraba caminando de un lado a otro.

- ¡Ey! – el volteo rápidamente a verme - ¿Qué sucedió?

- Esta el medico revisándola, esta Hope con ella. – murmuro y señalo una de las habitaciones.

Camine hacia la puerta, pero simón se puso frente a mí con rapidez.

- ¿Qué?

- Espera un momento, deja que Hope se encargue y luego...

- Es mi hija, simón. – lo observe con seriedad – Por siete años, otra persona se hizo cargo de ella y Hope no se encuentra sola.

El me observo unos minutos y asintió entendiendo mi punto. Se hizo a un lado y nuevamente camine hacia la puerta. Inhale y exhale con demasiado miedo, pasando la puerta estaban ellas. Pasando la puerta, seria villa e iba a sonar extraño que quisiera que me diga papa.

Abrí la puerta, el medico volteo a verme junto a Hope. Cerré la puerta y me acerqué a ellos.

- Usted es... - pregunto el médico.

- Él es... - murmuro Hope.

- Juan Pablo. – extendí mi mano hacia el para saludarlo.

- ¡Ah!

Vi a Nina quejarse tomándose el abdomen. Sudaba como si hubiera jugado veinte partidos en dos horas, me acerque a ella con gran preocupación. El corazón me palpitaba tan fuerte y quería llorar.

- Ey... - susurre acariciando su frente, estaba hirviendo.

- Villa... - intento sonreír.

- ¿Qué sucede? ¿Qué duele? – tome su pequeña mano.

- Me duele aquí. – mostro su abdomen, más bien, su lateral derecho.

- Eso es el apéndice, Nina. – hablo aquel doctor.

- ¿Y porque me duele? – su rostro de dolor demostraba como verdaderamente se sentía.

- Es porque se encuentra hinchado. – comento aquel médico y con su estetoscopio comenzó a escuchar su corazón.

- Me duele mucho, mamita. – observo a Hope.

KARMA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora