Fields of Gold (2)

392: Retirada

" ¡¡Bakayarou !!" La cabeza de los piratas estaba extremadamente enojada y cortó fuertemente con su cuchillo un árbol que era tan grueso como el ancho de un cuenco para descargar su furia. Ese árbol se partió en dos. Parecía que la calidad de los cuchillos y espadas del Wokou era bastante buena.

En la parte delantera, había un pirata bajo que tenía una cabeza con forma de cerdo y ojos de rata diminutos y redondos combinados con una boca de aspecto miserable. Sus ojos parpadearon y se inclinó hacia el líder del grupo, "Lord Watanabe, parece que estos cerdos Great Ming están muy familiarizados con este terreno montañoso y tienen la ventaja. Somos buenos librando batallas en el mar y en campo abierto, y luchar en el bosque no es nuestra fuerza. El bosque aquí es espeso y profundo y hay demasiados lugares para esconderse. No creo que nuestro enemigo sea simplemente un grupo de campesinos débiles e inútiles. Si los enfrentamos, me temo que no sacaremos mucho provecho. ¿Qué tal ... primero nos retiramos y luego decidimos más tarde? "

¡Tortazo! Antes de que terminara de hablar, una fuerte bofetada golpeó su rostro. Watanabe Hiroshi no había desahogado toda su ira reprimida. Miró al otro pirata con ojos crueles y aulló: "¡Bastardo! ¿Estás diciendo que nuestros hermanos simplemente murieron sin ninguna razón, ah? Ni siquiera hemos visto las sombras de nuestros enemigos y han muerto más de treinta personas. Si los otros grupos se enteran, ¿me quedará alguna cara? ¡No esta bien! ¡Necesito atrapar a estos bastardos, abrirles las entrañas y arrancarles el corazón para desahogar mi furia! ¡Persíguelos! ¡Ni uno solo puede escapar! ¡¡Matadlos a todos !! "

Los piratas Wokou se agarraron con fuerza a sus cuchillos y espadas y avanzaron nerviosamente mientras miraban a su alrededor. A gran velocidad, avanzaron lentamente por el bosque. Los árboles de la zona cubrían el cielo con su dosel y la zona parecía muy lúgubre y oscura. De vez en cuando, llegaba un rayo de sol que proyectaba sombras variadas en el suelo ...

Esta vez, los piratas Wokou estaban más dispersos a medida que avanzaban. Se habían dividido en pequeños grupos que avanzaban lentamente. Cada grupo estaba a solo cinco o seis metros del siguiente, de modo que si algún grupo era atacado, los demás podían reforzarlo fácilmente.

El comandante de los guardaespaldas estaba actualmente escondido en un árbol que tenía un tronco del grosor de tres hombres. Las numerosas hojas del árbol lo abrigaron por completo y lo mantuvieron perfectamente oculto mientras esperaba en una emboscada. Debajo del árbol había un pequeño sendero por el que caminaba un grupo de piratas Wokou . El líder del grupo levantó la cabeza varias veces preocupado para mirar los árboles, pero nunca lo vio.

Cuando el grupo de piratas finalmente pasó junto al árbol, el comandante se deslizó silenciosamente por un ratán del árbol y se arrastró detrás del último pirata del grupo. Usó su mano izquierda para cubrir la boca del pirata y la mano derecha para usar una daga corta para degollar al hombre. Ese pirata Wokou abrió mucho los ojos y su cuerpo se estremeció mientras moría silenciosamente.

El comandante Zheng arrastró el cadáver del pirata a un montón de arbustos que era aproximadamente la mitad de alto que un hombre y la espesa vegetación escondía fácilmente a la persona muerta. Los piratas en el frente todavía no se habían dado cuenta de que ya habían perdido a uno de sus miembros y continuaron con cuidado a través del bosque con la espalda doblada.

El comandante continuó con sus ataques furtivos y logró matar a dos piratas adicionales. En este momento, el capitán del pequeño grupo de repente se volvió para mirar y descubrió que su grupo se había reducido a la mitad. Sorprendido, estuvo a punto de abrir la boca para gritar. Antes de que pudiera gritar, el comandante Zheng clavó su daga en su bota y desenvainó su espada para atacar inmediatamente al pirata.