Tenía un montón de sentimientos encontrados los cuales sólo lograban revolverme el estómago.
Salí a toda velocidad del lugar mientras escuchaba los pasos de Cinco ir a toda velocidad detrás de mi.
─¡Cero, espera! ─gritó el castaño a mis espaldas.
Lo ignoré por completo y seguí con mi camino.
Abandoné el lugar y en cuanto tuve la oportunidad le silbé a un taxista que iba conduciendo por la zona.
Abrí la puerta y me trepé al vehículo de inmediato.
─Espera, por favor, déjame explicarte. ─mencionó Cinco mientras metía su cabeza al interior del auto a través de la ventana abierta.
Suspiré.
─A la Academia Umbrella, por favor. ─ordené.
El sujeto quitó el cambio y sin decir más puso el pie sobre el acelerador.
Probablemente si el castaño no se hubiese apartado el conductor quizás le fuese volado la cabeza.
Observé por el retrovisor y pude ver que Cinco se subió a un taxi que iba detrás del mío.
El castaño me había seguido por todo el camino y luego de aproximadamente veinte minutos ambos vehículos quedaron atascados en medio de un embotellamiento que estaba a dos cuadras de la mansión.
─Aquí tiene. ─dije luego de sacar un billete de cien y arrojárselo al taxista─. Guarde el cambio. ─adjunté.
Sin decir más bajé del carro y cerré la puerta con fuerza.
Mi rabia le ganaba a la tristeza así que corrí por la calle mientras esquivaba los autos.
─¡Cero! ─escuché a Cinco gritar a mis espaldas.
No pensé en detenerme ni por un instante.
Cerré los puños con fuerza y mientras iba corriendo de un lado a otro no podía pensar con claridad.
Llegué a la entrada de la academia con rapidez, atravesé el umbral y de inmediato unas voces que provenían de la sala atraparon mi atención.
Me acerqué al lugar y noté a Vanya, Allison, Shelly y Luther presentes.
La zona estaba completamente limpia, Shelly siempre hace muy bien su trabajo.
─Se los juro chicos, hoy soñé que tenía poderes. ─expresó Vanya con una sonrisa.
En cuanto el cuarteto se percató de mi presencia me observaron fijamente.
─Syd, ¿Qué tal la noche? ─preguntó Allison.
Tensioné la mandíbula.
─Te traje ropa cómoda para que uses durante el vuelo, está en tu habitación. ─mencionó Shelly─. Y nuestras maletas ya están listas, las puse en la cajuela de tu auto. ─adjuntó.
─¿Dónde está Cinco? ─demandó saber Luther.
Me acerqué a Vanya y la observé fijamente por unos minutos.
Estaba ebria de cólera.
─¿Qué sucede? ─me cuestionó la pelinegra.
Tomé aire con fuerza por la nariz y sin decir más le desplomé una bofetada que le volteó el rostro.
─Mierda. ─musitó Allison─. ¿Qué ocurre contigo, Sydney? ─añadió molesta.
Giré la cabeza y la miré.
ESTÁS LEYENDO
EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.
Fanfiction─Cuando del cielo llueva todo lo que pueda hacerte daño. ─dijo Cinco observándome fijamente directo a los ojos─. Cuando eso pase, cariño, entonces yo seré tu paraguas. ────────────────── ❝Quizás en otra vida, en otro mundo o en otra dimensión final...