Bajé las escaleras a toda velocidad y me topé con Shelly al final de los peldaños.
─¿Qué está pasando? ─me cuestionó─. Simón acabó de llamarme, el avión ya llegó al aeropuerto, debemos irnos. ─añadió.
Ignoré su pregunta por completo.
─Sube al auto. ─ordené.
─¿A dónde vas? ─interpuso Luther luego de aparecer bajo el umbral de la sala.
─Lejos de ustedes. ─contesté─. Porque realmente no sé qué estaba pasando por mi cabeza cuando accedí a regresar a este maldito lugar. ─adjunté.
─¿Qué demonios pasó entre Cinco y tu? ─me cuestionó el rubio.
Suspiré.
─Deberías preguntarle tu mismo. ─resoplé.
Sin decir más me dirigí a la entrada, giré el picaporte y abrí la puerta.
─La familia Hargreeves puede irse al carajo. ─me detuve─. A excepción de Klaus, obviamente. ─aclaré.
Eso fue lo último que dije para finalmente atravesar el umbral.
Salí a la calle y caminé en dirección a mi camioneta, podía escuchar los pasos de Shelly ir a toda velocidad detrás de mi mientras cargaba la jaula de Pelusa entre sus manos.
Saqué las llaves del vehículo del interior de mi bolso, abrí la puerta y sin decir más me trepé al asiento de conductor.
La chica hizo lo mismo y se subió en la silla de copiloto para finalmente organizar todo en la zona de atrás.
Encendí el motor y quité el cambio.
─¿Qué demonios pasó allí dentro? ─me cuestionó la castaña luego de incorporarse.
Tomé aire con fuerza por la nariz y lo dejé escapar suavemente a través de mis labios.
─Confía en tus amigas cuando te digan que los hombres no valen una mierda. ─solté de golpe.
Y finalmente puse el auto en marcha a toda velocidad rumbo al aeropuerto.
Conduje por aproximadamente cuarenta minutos hasta la salida de la ciudad, el coche iba en completo silencio y por suerte había logrado calmarme un poco.
El lugar estaba bastante lleno así que aparqué la camioneta en el estacionamiento del lugar.
Apagué el motor, tomé las llaves y procedimos a descender del vehículo.
Caminamos hasta la cajuela y la abrí para sacar las maletas.
Cada una tomó su equipaje correspondiente.
─¿Tienes los pasaportes y el resto de mis documentos? ─la cuestioné.
Ella asintió.
─Sí, los llevo en mi bolso. ─respondió.
─Realiza el papeleo y trae la jaula de Pelusa, te espero en la pista de vuelo. ─resoplé.
La castaña asintió de inmediato.
Antes de que pudiera seguir con mi camino la chica me lo impidió.
─Espera, sé que no estás muy bien pero quiero que sepas que hice esto para ti. ─dijo sacando de la nada un gorro de lana color naranja─. Tardé dos semanas en terminarlo. ─adjuntó.
Lo observé por unos segundos.
Shelly tiene habilidades para tejer, bordar, diseñar y entre otras cosas.
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EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.
Fanfiction─Cuando del cielo llueva todo lo que pueda hacerte daño. ─dijo Cinco observándome fijamente directo a los ojos─. Cuando eso pase, cariño, entonces yo seré tu paraguas. ────────────────── ❝Quizás en otra vida, en otro mundo o en otra dimensión final...