Me di media vuelta y salí corriendo en dirección a las escaleras, subí los peldaños lo más rápido que pude mientras luchaba por no tropezar.
─¡Diego! ─grité a todo pulmón.
Podía sentir los pasos de Vanya sacudir la casa mientras iba caminando detrás de mi.
─¡¿Qué carajos está pasando?! ─apareció Número Dos a un lado del pasillo.
─¡Es Vanya, corre! ─exclamé.
El pánico en su rostro lo decía todo.
─Nunca me había sentido tan feliz de ver a toda mi familia reunida. ─se escuchó a mis espaldas.
Me giré y pude ver a la pelinegra caminando lentamente en dirección a nosotros y luego de unos segundos todo lo que se cruzara por su paso explotaba sin explicación alguna.
Su mirada era aterradora, lucía fría y vacía, como si nos desconociera por completo.
Intenté correr pero me tropecé, casi caigo al suelo pero Diego lo impidió.
El pelinegro me observó fijamente y lo supo de inmediato.
─¡¿Estás borracha?! ─me cuestionó con furia.
Tensioné la mandíbula y lo ignoré por completo.
Emprendimos la huida y logramos darnos la vuelta a través de los pasillos rumbo al otro lado de la mansión.
─¡Sal de aquí, iré por Luther y Allison! ─continué.
─¡Espera, no tienes poderes, es peligroso! ─respondió Diego─. ¡Yo me encargo! ─agregó.
Tragué saliva con fuerza.
─¡Sydney, sal de aquí! ─ordenó con firmeza.
Asentí con seriedad.
Suspiré y sin decir más procedí a correr rumbo a la salida, la casa se sacudía con tanta fuerza que era cuestión de tiempo para que nos cayera encima.
Antes de atravesar el umbral recordé algo de inmediato.
─Klaus. ─musité su nombre.
Carajo.
Me giré y procedí a correr nuevamente hacia el segundo piso, abrí las puertas de todas las habitaciones y me aterré al ver que no estaba por ningún lado.
─¡Klaus! ─exclamé con fuerza.
Sentí un líquido deslizarse por mi pierna, bajé la vista y noté que mi herida estaba comenzando a sangrar por el exceso de esfuerzo.
Me llevé las manos a la cabeza con frustración intentando pensar.
La puerta de uno de los baños estaba semiabierta así que me acerqué y la empujé de un tirón.
ESTÁS LEYENDO
EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.
Fanfic─Cuando del cielo llueva todo lo que pueda hacerte daño. ─dijo Cinco observándome fijamente directo a los ojos─. Cuando eso pase, cariño, entonces yo seré tu paraguas. ────────────────── ❝Quizás en otra vida, en otro mundo o en otra dimensión final...